Sexo en femenino y sin tapujos
La obra 'Tengamos el sexo en paz' llega al Teatro Arenal para combatir el puritanismo El Nobel de Literatura Dario Fo y su esposa Franca Rame teatralizan un libro de su hijo de 1992 La masturbaci¨®n, el orgasmo y la impotencia son los puntos ¨¢lgidos de la pieza
Sienten calores. Se miran a los ojos y empiezan a sudar. No saben qu¨¦ les est¨¢ pasando, una atracci¨®n sobrenatural une sus cuerpos. Son Ad¨¢n y Eva en el para¨ªso y, contra todo pron¨®stico, explotan de placer. No es precisamente la versi¨®n recogida en el G¨¦nesis, sino la introducci¨®n escogida por el escritor italiano Dario Fo (Lombard¨ªa, 1926) para dar comienzo a Tengamos el sexo el paz, una pieza teatral que despoja de tab¨²es el encuentro sexual.
¡°Qu¨¦ puede haber m¨¢s transgresivo que Ad¨¢n y Eva teniendo un orgasmo¡±, cuenta la protagonista de la obra, Mercedes Castro (Ferrol, 1962), ¨²nica actriz sobre el escenario que, a modo de mon¨®logo, narra las experiencias m¨¢s calientes de una profesora especializada en sexo. Se trata de la adaptaci¨®n teatral del ir¨®nico manual de terapia sexual El zen o el arte de follar, que Jacopo Fo, hijo del dramaturgo, public¨® en 1992. Tras el ¨¦xito arrollador de la publicaci¨®n en Italia, donde se convirti¨® en best-seller durante la d¨¦cada de los noventa, Dario Fo ¡ªganador del Premio Nobel de Literatura en 1997¡ª y su esposa, la actriz y escritora Franca Rame, teatralizaron el texto con la colaboraci¨®n de su hijo.
¡°Es una historia muy sencilla y nada metaf¨ªsica que pretende hacer ver al p¨²blico que el sexo se puede tratar con naturalidad y sin complejos¡±, explica Castro, ataviada con un traje de falda color grisaceo y una peluca a modo de sesentona, su vestuario sobre las tablas. ¡°El problema es que los de mi generaci¨®n fuimos educados en la cultura del no, de las prohibiciones sexuales, y hoy en d¨ªa todav¨ªa nos pesa¡±.
Como toda obra de Fo, su objetivo no es el mero entretenimiento; tiene tintes de cr¨ªtica contra el conservadurismo y el puritanismo ¡°incrustados¡± en la sociedad. En uno de los pasajes la protagonista finge un orgasmo. ¡°Es uno de los momentos m¨¢s desternillantes y que causa m¨¢s complicidad entre el p¨²blico femenino. Es una forma excepcional de retratar un problema en clave c¨®mica, el dramatismo no suele calar¡±. La denuncia se ci?e sobre la educaci¨®n de la mujer como ¡°sierva¡± del hombre, pues, seg¨²n plantea Castro, desde la adolescencia y como por ¡°ciencia infusa¡± la f¨¦mina asume que en alg¨²n momento tendr¨¢ que fingir su llegada al cl¨ªmax. ¡°La visi¨®n de la obra potencia la comunicaci¨®n entre las parejas, ya que, en la mayor¨ªa de ocasiones, falta sinceridad¡±.
La masturbaci¨®n o la impotencia son otros de los puntos ¨¢lgidos que construyen la historia. ¡°Tengo amigas que no se han masturbado en su vida¡±, confiesa la actriz gallega, entre la indignaci¨®n y la resignaci¨®n. Y m¨¢s all¨¢ del autoplacer est¨¢ la confianza en uno mismo para afrontar el sexo. Se necesita calma. ¡°Ya lo dicen los autores de la obra: abandonad el prop¨®sito de alcanzar el placer a toda costa y cuanto antes. Calma. El acto sexual no es un examen de inform¨¢tica ni un concurso de hula-hoop¡±. Esta obra lleg¨® por primera vez a Madrid en 1998 bajo la direcci¨®n Jos¨¦ Carlos Plaza y la interpretaci¨®n de Charo L¨®pez. A partir de hoy se representar¨¢ en el Teatro Arenal hasta el pr¨®ximo domingo bajo la direcci¨®n de ?lvaro Lav¨ªn.
Tengamos el sexo en paz. Desde hoy hasta el domingo en el teatro Arenal. Entrada: 15 euros.
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