Enemigos del taxi
Los taxistas frenaron in extremis la protesta contra la normativa que abr¨ªa el sector. Ahogados por las p¨¦rdidas, denuncian un aumento de la picaresca de veh¨ªculos intrusos y de los propios compa?eros.
El taxista se descubre rezando para que el sem¨¢foro cambie a verde. Al otro lado de la calle del Capit¨¢n Haya, al norte de la capital, aguarda una pareja con maletas. Le han hecho una se?al con la mano. Le esperan. Pero teme que llegue otro compa?ero, que se adelante, que los suba. Se abre el sem¨¢foro. Respira. Jaime Gal¨¢n, que luce perilla cana de trazo casi perfecto, ha conseguido un cliente despu¨¦s de una hora dando vueltas un s¨¢bado por la ma?ana. Subido en su coche asume que est¨¢ entre los m¨¢s precarios de un colectivo con 15.700 licencias en Madrid.
Como si se tratara de la burbuja inmobiliaria, Gal¨¢n compr¨® su licencia en 2007 por m¨¢s de 200.000 euros, el precio de un piso. En el mejor de los casos, dice mientras encadena cigarros en una cafeter¨ªa, ahora se deshar¨ªa de ella por la mitad. ?l mismo es su patr¨®n y su ¨²nico empleado. Hay d¨ªas que apura al volante las 16 horas que un taxi tiene permitido circular. Con 46 a?os, tuvo que renunciar al alquiler y vive en un piso de sus padres, que tambi¨¦n le echan una mano cuando surge un gasto extra.
Gal¨¢n, como el resto de compa?eros, estaba llamado el pasado mi¨¦rcoles a una huelga nacional del sector que se fren¨® in extremis. Los taxistas se echaron a la calle el 27 de julio en una manifestaci¨®n por el centro de Madrid que acab¨® con cinco detenidos por des¨®rdenes p¨²blicos. Hubo gritos, forcejeos, enfrentamientos. Quer¨ªan evitar un miedo recurrente: m¨¢s oferta para menos demanda. El Ministerio de Fomento prepara una norma (la Ley de Ordenaci¨®n del Transporte Terrestre) que abr¨ªa la puerta al aumento de los servicios de alquiler con conductor, un modelo similar al taxi pero con menos gastos y con margen para fijar precios. En Madrid hay unos 500 veh¨ªculos de este tipo. Su movilizaci¨®n tuvo eco y consiguieron un nuevo articulado que respeta los l¨ªmites actuales de un coche de alquiler por cada 30 taxis. Han ganado una batalla pero quedan frentes abiertos.
El ahogo de Jaime Gal¨¢n, que no tiene para pagar si le surge una aver¨ªa, es el drama del sector. Hace dos a?os, las principales asociaciones aseguraban que la crisis hab¨ªa desplomado sus ingresos un 30%. Ahora hablan del 40%, seg¨²n estimaciones de la Gremial. El dato proviene de lo que recaudan desde el servicio de Radio Taxi, al que est¨¢n apuntados 2.000 coches de la flota, seg¨²n explica el secretario de la asociaci¨®n, Miguel ?ngel Leal. Traslada el c¨¢lculo a un d¨ªa cualquiera. Antes: hasta 130 euros limpios por una jornada de trabajo. Ahora es dif¨ªcil pasar de 80 por 16 horas. ¡°El que no tiene conductor se las come solo, una detr¨¢s de la otra¡±, lamenta. Las estrecheces han encendido las alarmas. Les han hecho combatir m¨¢s al intruso ¡ª¡°Siempre ha habido gente con taxis pirata, pero ahora es insostenible¡±, asegura Leal¡ª y vigilarse incluso entre ellos para evitar trampas.
¡°Tenemos compa?eros que dejan comisiones al botones de un hotel para que les avisen cuando hay clientes¡±, explica Leal. ¡°No lo regalan, eso luego lo cobran en la carrera¡±. Uno de los responsables de la Gremial, la asociaci¨®n con m¨¢s representatividad en Madrid que aglutina dos tercios de las licencias, elabora desde noviembre un listado con los hoteles detectados. ¡°Lo dif¨ªcil es pillarles con las manos en la masa¡±. No facilita nombres, dice, para no meterse en l¨ªos con las grandes cadenas. Asegura que han presentado ¡°centenares¡± de quejas ante el Ayuntamiento de Madrid, que no ofrece datos ni una valoraci¨®n sobre este asunto ante el requerimiento de este peri¨®dico.
La vigilancia no termina ah¨ª. Han acudido ¡°de redada¡± con polic¨ªas municipales al aeropuerto de Madrid-Barajas a denunciar a los tironeros, como los llaman en el argot. Conductores sin licencia de taxi que interceptan a los viajeros en las terminales de llegada y les quitan la clientela. Mientras, ellos aguardan fuera, en una fila que ahora les resulta eterna. ¡°Las cinco horas de espera no te las quita nadie¡±", calcula Jaime Gal¨¢n mientras se atusa la perilla alineada.
Los taxistas vigilan desde las colas al enemigo en el aeropuerto y rastrean en las webs en las que se promocionan con anuncios que les dejan en mal lugar, como muestra el texto recogido en una denuncia interna: ¡°Debido a que los taxistas deben de esperar largas colas para recoger a los pasajeros en las terminales del aeropuerto, es posible que algunos se muestren reacios y en ocasiones incluso agresivos cuando el destino deseado sea un lugar no muy alejado del aeropuerto¡±. Manuel S¨¢nchez, otro conductor con casi 30 a?os de profesi¨®n, present¨® esta denuncia ante la Gremial. Forma parte de lo que llama ¡°una corriente de pensamiento¡± alternativa dentro del colectivo para mejorar la situaci¨®n, el Grupo Emprendedor de Estudios T¨¦cnicos del Taxi. En las horas de espera en las paradas, subido a su coche, hace escritos en el ordenador para las asociaciones, para el Ayuntamiento, para el Gobierno¡ Quiere combatir al intruso pero tambi¨¦n mejorar su formaci¨®n y la opini¨®n de los ciudadanos. ¡°Nos joroba esa imagen del taxista que da una vuelta m¨¢s larga para cobrar m¨¢s o el que dice que, como el coche es suyo, puede hacer dentro lo que quiera¡±.
En Madrid te dan el permiso municipal para conducir en 24 horas mientras que en otras capitales, como Londres ¡°se necesitan a?os para conseguirla tras demostrar un pleno conocimiento de la ciudad y garantizar la calidad¡±, a?ade este veterano. Su petici¨®n ha quedado fuera de la nueva ordenanza municipal del taxi, ahora en fase de alegaciones en el Ayuntamiento de Madrid, que les permitir¨¢ llevar publicidad dentro de los veh¨ªculos (pero no exterior como reclamaban) y obliga a un cambio progresivo de la flota por coches menos contaminantes, entre otros cambios.
En la llegada de Alcal¨¢ a Cibeles, un viajero espera junto a un sem¨¢foro en rojo. La situaci¨®n es parecida a la de del conductor de la perilla, pero en noche de viernes y con peor final. Un compa?ero acelera y le adelanta desde otro taxi. El primero pita y sale a gritos del coche. Se enzarzan. Tiene que intervenir un agente municipal. ¡°Los viejos cabreos puntuales, se han convertido ahora en una situaci¨®n dram¨¢tica que nos preocupa¡±, advierte el secretario de la Gremial. ¡°La gente se est¨¢ jugando el pan¡±.
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