Alcornoques con queso

El urbanita indolente suele tener debilidades, como todo el mundo. Una de ellas es calzarse sus rutilantes trekking para justificar su compra y caminar por el monte un d¨ªa. Es decir, dar un pase¨ªto por un sendero entre pajaritos, alcornoques, pinos y carrascas, hasta que se haga la hora de jalar en un restaurante o bareto con sabor a pueblo. Si a este enclave humanizado de la naturaleza se accede f¨¢cilmente a trav¨¦s de una c¨®moda autov¨ªa y una carreterita con las curvas suficientes para a?adir color a la excursi¨®n, miel sobre hojuelas. Y si, adem¨¢s, este pueblo goza de un negocio familiar, artesanal, que ofrece productos aut¨¦nticos, aunque se vendan tambi¨¦n en el mercado de tu barrio, entonces ya de aqu¨ª a la eternidad.

Almed¨ªjar es todo eso y mucho m¨¢s. M¨¢s que la cortedad de miras de esa rata de ciudad que lleg¨® a la queser¨ªa de este peque?o pueblo atra¨ªdo por una leyenda urbana. Dec¨ªa algo as¨ª: ¡°Hay un personaje, familiar de un tipo muy importante de Madrid, que se dej¨® todos sus lucrativos y estresantes negocios para vivir alejado del mundanal ruido en Almed¨ªjar. Y ahora hace uno de los mejores quesos de Espa?a¡±.

?ngel Valeriano esboza una amplia sonrisa mientras niega con la cabeza. Lo ¨²nico realmente cierto es que uno de los quesos que hace con su compa?era Maite Regidor y otras trabajadoras del pueblo forma parte de los 750 mejores del mundo, seg¨²n una acreditada clasificaci¨®n internacional que otorga su corona al parmesano. En definitiva, que los quesos de Los Corrales est¨¢n muy buenos. De hecho, esta queser¨ªa se ha convertido en un lugar de peregrinaci¨®n, al tiempo que la distribuci¨®n de sus productos se ha ido extendiendo en los principales puntos de ventas no s¨®lo gourmet en Valencia y otras ciudades.

?ngel y Maite se conocieron en el Mas de Noguera. Corr¨ªan los a?os ochenta. Quer¨ªan trabajar y vivir en contacto con la naturaleza y empezaron a buscar por el Alto Palancia un sitio para establecerse. Dieron con una casa en Almed¨ªjar, una de las puertas de entrada al parque natural de la Serra de Espad¨¢n, y se quedaron. La idea de hacer quesos de autor siempre le rond¨® por la cabeza a ?ngel. Abrieron su queser¨ªa en 1989.

La comarca hab¨ªa conocido su esplendor lechero en la d¨¦cada de los setenta. Una multinacional introdujo las vacas en un territorio poblado por cabras y ovejas, entre otros animales. Ante la demanda, se mont¨® una ganader¨ªa que explotaron tambi¨¦n firmas valencianas como Cervera o El Prado, hoy desaparecidas o absorbidas. Una vez el negocio dej¨® de ser tal, las vacas lecheras dejaron de pastar, mientras perviv¨ªan las aut¨®ctonas cabras y ovejas.

?ngel y Maite estimularon la cr¨ªa de estos animales con ganaderos de la zona y con la lecha cruda de ellos hacen ahora sus seis clases de quesos, adem¨¢s de sus quesos de temporada. Han logrado que Los Corrales suene como una marca de calidad ligada a Almed¨ªjar, muy cercano a Segorbe.

Degustar un buen queso, visitar el horno, beber agua fresca de la fuente y caminar por alguno de los numerosos senderos de la acogedora Sierra de Espad¨¢n son algunos de los atractivos de Almed¨ªjar. Su poblaci¨®n habitual de no m¨¢s de 300 personas cobija restaurantes y bares en los que se puede comer desde una sabrosa carne a la piedra hasta excelentes paellas. Pasear por sus calles encaladas bajo la sombra de la rotunda monta?a que la cobija es un notable placer.

Tan notable como la perplejidad del urbanita al percatarse de que su inicial nerviosismo se debe a la ausencia de tr¨¢fico, de humos, de velocidad... Una vez acompasa su pulso al raspado de los grillos logra apaciguar su instinto evasivo para descubrir la serenidad. Al menos por un d¨ªa.