El cofre del tesoro
Gordailua, el dep¨®sito de fondos art¨ªsticos de la Diputaci¨®n, espera el traslado de 56.000 nuevas piezas
Gordailua es un coloso, una especie de gigante que custodia los fondos art¨ªsticos de la Diputaci¨®n de Gipuzkoa. El edificio, en los lindes de un pol¨ªgono industrial de Ir¨²n, con tres pisos y una superficie de 9.148 metros cuadrados, alberga a d¨ªa de hoy unas 17.000 piezas de todo tipo: cuadros, cer¨¢mica, aparejos de hierro,...
El espacio, inaugurado hace poco m¨¢s de un a?o, aguarda para el pr¨®ximo oto?o una gran mudanza: el traslado de otras 56.200 piezas, entre el resto de fondos de la Diputaci¨®n almacenados en otros puntos del territorio, los del Museo San Telmo (24.000) y los de la Kutxa (1.000). Pero el coloso aspira a ser algo m¨¢s que un simple almac¨¦n. El proyecto busca adem¨¢s construir un relato completo y unitario de las obras art¨ªsticas de la provincia, as¨ª como su custodia ¨®ptima y su difusi¨®n.
El interior del edificio parece vac¨ªo. Una sucesi¨®n de estanter¨ªas sumidas en la oscuridad conforman el coraz¨®n de la planta baja. En un extremo de la sala se distribuyen cuadros de los siglos XIX y XX, retratos, bodegones y paisajes, de cualquier estilo, de muchos autores. En el lado opuesto, piezas de cer¨¢mica de Pasaia ocupan unas baldas.
Entre lienzos y tazas, los fondos editoriales de Arteleku que pudieron ser salvados y tratados tras las inundaciones del pasado noviembre descansan a la espera de regresar a la biblioteca del centro art¨ªstico. ¡°Menos mal que exist¨ªa Gordailua; si no, no hubi¨¦ramos podido recuperarlos¡±, explican las anfitrionas de la visita: la directora de Cultura de la Diputaci¨®n, Garazi L¨®pez de Etxezarreta, y la jefa del Servicio de Patrimonio, Gabriela Vives.
El centro recibir¨¢ en oto?o obras del Museo San Telmo y del fondo de Kutxa
No entra la luz, al igual que en muchas de las dependencias de Gordailua, como la piscina, el tanque que utilizan los conservadores para desalinizar las piezas que han sido halladas en el fondo del mar o las otras salas reservadas para el almacenaje. Los rayos de sol solo franquean las estancias destinadas a restauraci¨®n, en las que un especialista en pintura y otro en madera trabajan y las dependencias dedicadas a oficinas, salas de reuniones y centro de documentaci¨®n.
¡°Al margen de la funci¨®n como apoyo a los museos de Gipuzkoa, Gordailua tiene en s¨ª un alto valor expositivo¡±, explica L¨®pez de Etxezarreta, porque una vez encendidas las luces, las primeras estanter¨ªas descubren al visitante unos cuadros de Zumeta. Lucen, sin contar el soporte en que est¨¢n colgados y el cristal que separa un pasillo de la sala, casi como en un museo. Las anfitrionas recuerdan que el cambio de ubicaci¨®n no impide la consulta de las obras por parte de los especialistas o que cualquier otra instituci¨®n requiera alguna para una exposici¨®n temporal, por ejemplo.
Un punto rojo sobre un letrero que resume lo que esconde cada estanter¨ªa indica que la pieza est¨¢ siendo restaurada o tratada por si pudiera tener cualquier tipo de insecto u hongos.
El proyecto busca construir un relato art¨ªstico unitario y potenciar su difusi¨®n
Las medidas de conservaci¨®n son extremas. Nada entra si no ha sido revisado previamente y los t¨¦cnicos del dep¨®sito determinan que est¨¢ libre de cualquier infecci¨®n. Las obras se distribuyen por las salas en funci¨®n de las condiciones ambientales que precisen: luz regulada, temperatura en su punto exacto,...
El coloso se prepara ahora para la avalancha del oto?o, detalla Vives. La Diputaci¨®n trabaja con los responsables de San Telmo ¡ªlas piezas de Kutxa llegar¨¢n despu¨¦s¡ª. Las 24.000 obras que reciban del centro donostiarra ya tienen su hueco reservado en Gordailua, han recibido una numeraci¨®n, se les han tomado fotos y han sido revisadas para comprobar si precisan alg¨²n tratamiento de desinfecci¨®n o de restauraci¨®n. Todo parece bajo control: ¡°C¨®mo embalarlas, c¨®mo desembalarlas, las condiciones del transporte, su limpieza, su estado de conservaci¨®n¡±, enumera Vives.
Gordailua es un centro ¨²nico, explican sus responsables, por la ambici¨®n y por sus objetivos. Inspirado en el Museum Resoruces de Glasgow (Reino Unido) o en Le D¨¦pot de Marsella (Francia), cuando se halle a pleno rendimiento cuatro personas trabajar¨¢n all¨ª de forma constante. Se antojan pocas para tantas obras y metros cuadrados. De hecho, a lo largo de la visita, y a excepci¨®n de los restauradores y de otro grupo de especialistas interesados en Gordailua nadie parece recorrer los pasillos y salas del dep¨®sito.
Cada puerta se debe abrir con una tarjeta especial. ¡°Esto es s¨®lo un ejemplo de las mediadas de seguridad. Del resto, no te puedes ni hacer ni idea¡±, puntualiza Vives, una vez terminado el recorrido y a las puertas del edificio para despedir a los intrusos. No cuenta m¨¢s.
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