Conde Roa, lecciones de una ca¨ªda anunciada
Hay comentarios que apuntan a que Conde Roa podr¨ªa ser premiado con alg¨²n puesto bien remunerado al aceptar la dimisi¨®n que le pidi¨® el partido.
El viejo axioma de que una imagen vale m¨¢s que mil palabras toma todo su sentido en el caso que acab¨® con la dimisi¨®n del alcalde de Santiago, Gerardo Conde Roa. En realidad fueron varias las im¨¢genes que dej¨® el proceso que llevo a la salida del regidor, quien hab¨ªa so?ado durante toda su carrera pol¨ªtica con llegar a ese puesto. Las fotograf¨ªas de la rueda de prensa en la que Conde Roa se puso a vender las bondades de los pisos que hab¨ªa comercializado su promotora inmobiliaria, o la imagen en la que el alcalde aparece en pleno via crucis por las calles de Santiago son dos ejemplos perfectos de la distancia que puede existir entre la imagen que un pol¨ªtico tiene de lo que ocurre y la realidad.
La gravedad de los hechos van m¨¢s alla de la dimisi¨®n del exregidor
Tras desvelar EL PA?S que Conde Roa ser¨ªa imputado por no haber pagado el IVA de unas viviendas que hab¨ªa constru¨ªdo su empresa, a muy pocos les cab¨ªa alguna duda de que el asunto se resolver¨ªa con la salida del alcalde. S¨®lo quedaba por saber el modo en el que Conde Roa y su partido escenificar¨ªan el desenlace. La forma en la que ¨¦ste se produjo dice mucho sobre la flagrante falta de cultura democr¨¢tica que todav¨ªa seguimos padeciendo. Que el alcalde de la capital de Galicia tenga que salir del puesto por no haber hecho frente a sus obligaciones impositivas es un hecho de una gravedad que va mucho m¨¢s all¨¢ de la dimisi¨®n concreta de un pol¨ªtico a causa de pr¨¢cticas poco edificantes.
Ni el PP ni Conde Roa han explicado de forma coherente lo sucedido
Lo cierto es que sobre el caso en s¨ª no hay mucho que decir. M¨¢s all¨¢ de que se trate de un asunto subiudice y que en los pr¨®ximos meses deber¨¢ decidirse sobre la apertura de procesamiento a Conde Roa, en el plano pol¨ªtico est¨¢ muy claro que el exregidor compostelano obr¨® con total imprudencia al presentarse a unas elecciones con el bagaje que ten¨ªa a sus espaldas. Pretender mantener oculto que su promotora no hab¨ªa pagado a Hacienda 291.000 euros procedentes de la venta de viviendas realizada en 2010 da pistas sobre su nivel de insensatez. Utilizar el argumento de que se despist¨® a la hora de realizar el pago le dejar¨ªa todav¨ªa en peor lugar como gestor de asuntos p¨²blicos.
M¨¢s all¨¢ de las implicaciones judiciales se echa de menos una disculpa y una buena explicaci¨®n hacia los miles de ciudadanos que dieron su voto a una persona para que fuese alcalde y se encontraron con la sorpresa de que el candidato no era quien dec¨ªa ser. Por el momento, ni el PP ni Conde Roa se han disculpado o explicado de forma coherente lo sucedido. Lo ¨²nico que se ha escuchado son excusas de mal pagador. Y nunca mejor dicho.
Ya en su momento parec¨ªa arriesgada la apuesta por ¨¦l
Lo m¨¢s grave es la responsabilidad del partido. Ya en su momento parec¨ªa arriesgada la apuesta de colocar como candidato a alcalde a Conde Roa, cuando ¨¦ste hab¨ªa exhibido un comportamiento dudoso en la oposici¨®n. Protagoniz¨® episodios lamentables, como la exhibici¨®n de un tal¨®n en un pleno municipal para pagar unas deudas con el propio Ayuntamiento que finalmente no lleg¨® a ingresar en las arcas p¨²blicas. Las fuerzas pol¨ªticas tienen una enorme responsabilidad a la hora de situar en un puesto de esa importancia a un candidato al que rodean tantas inc¨®gnitas.
Que el PP lo compense con un puesto ser¨ªa un nuevo desprop¨®sito
El resultado final ya es conocido: un sainete que dur¨® casi dos semanas y que dej¨® deteriorada la imagen p¨²blica de Santiago, una ciudad que ser¨¢ gobernada durante tres a?os por una persona que no se present¨® ante los ciudadanos como candidato a la alcald¨ªa. Todo esto se pod¨ªa haber evitado con el respeto a unos m¨ªnimos criterios de idoneidad en la elecci¨®n del cabeza de lista. El PP, que promueve ahora la reducci¨®n del n¨²mero de diputados, deber¨ªa apostar por elegir mejor a quien le va a representar en puestos de alta responsabilidad. Eso tambi¨¦n ahorrar¨¢ gastos y bochornos al ciudadano.
Hay comentarios que apuntan a que Conde Roa podr¨ªa ser premiado con alg¨²n puesto bien remunerado al aceptar la dimisi¨®n que le pidi¨® el partido. En caso de producirse esta recompensa ser¨ªa un nuevo error. Dar un premio a quien lo ¨²nico que ha hecho es causar un da?o a su partido y a la instituci¨®n que presid¨ªa ser¨ªa otro desprop¨®sito en una historia que ya cuenta demasiados. Avanzar hacia una democracia de mayor calidad implica que est¨¢s pr¨¢cticas sean erradicadas.
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