Pigmali¨®n en el Arriaga
Paloma San Basilio interpreta ¡®My Fair Lady¡¯ en un montaje que emplea proyecciones ¡°El escenario es mi casa¡±, dice la cantante
Paloma San Basilio (Madrid, 1950) asegura que desde que protagoniz¨® el musical Evita en los a?os 80 no ha vuelto a sentirse nerviosa antes de salir a escena. Durante seis meses hizo 11 funciones por semana; en los dos a?os siguientes, nueve. ¡°Aprend¨ª a estar en el escenario, a que fuera mi casa¡±, reconoce. ¡°Los musicales me han dado capacidad de crecer, de aprender y, tambi¨¦n, mucha humildad, porque compartes siempre con alguien aunque seas cabeza de cartel¡±.
Su participaci¨®n en cuatro musicales ha marcado su carrera: Evita, Victor o Victoria, El hombre de la Mancha, y My Fair Lady. Ahora vuelve a encarnar a Eliza Doolittle, la protagonista de My Fair Lady, en una gira que despu¨¦s de pasar por San Sebasti¨¢n llega hoy al Teatro Arriaga, donde permanecer¨¢ hasta el 9 de septiembre.
¡°El musical te lleva a interactuar con todas las disciplinas¡±, afirma la artista
Paloma San Basilio ya fue Eliza, la florista inculta y malhablada que se transforma en una gran dama de la mano del profesor Higgins, hace m¨¢s de 10 a?os. Fascinada por el personaje, interpretado en el teatro por Julie Andrews y en el cine por Audrey Hepburn, compr¨® los derechos e impuls¨® la producci¨®n. ¡°Soy el motor. No siempre saco un beneficio econ¨®mico en proporci¨®n, pero si un beneficio art¨ªstico¡±, explica.
El a?o pasado retom¨® My Fair Lady en un montaje pensado para una gran gira por Espa?a, que mezcla las proyecciones y la presencia corp¨®rea de los actores. La escenograf¨ªa y el vestuario se han renovado, pero el gran enganche de la obra sigue radicando en el im¨¢n de la protagonista. ¡°Es el personaje m¨¢s bonito para una mujer, no hay otro con tantos matices¡±, defiende la cantante. ¡°Es una mujer valiente y avanzada para su ¨¦poca, que lucha por ella misma y su dignidad¡±.
El montaje llega hoy al Arriaga bilba¨ªno despu¨¦s de pasar por
El musical es para Paloma San Basilio, con m¨¢s de 30 discos en el mercado, un espacio con capacidad para aglutinar el trabajo de actriz, de cantante y de bailarina. ¡°El musical me gusta porque es muy libre. Te permite cantar, hablar, bailar; te obliga a interactuar con todas las disciplinas como si fueran una sola, sin rupturas. Y sin dar explicaciones porque hay una convenci¨®n que hace que el musical sea as¨ª¡±.
?Por qu¨¦ no aparecen nuevos t¨ªtulos de musical capaces de suceder a los hist¨®ricos? ¡°Se est¨¢ suplantando el talento literario y musical por la tecnolog¨ªa. Hay que tener muy claro que si no hay una historia, con unos sentimientos, unos personajes bien dibujados, y una buena escenograf¨ªa, el musical se cae¡±, explica.
My Fair Lady le exige nueve cambios de vestuario, en dos horas y 45 minutos de funci¨®n, ocho veces por semana, pero no desfallece porque el propio trabajo le sirve de ¡°generador de energ¨ªa¡±. Solo debe cuidar la garganta, evitar el aire acondicionado y dormir muchas horas.
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