Juego de tronos
Es una delicia ver juntos en el ruedo a Hermoso de Mendoza y Diego Ventura
En la cima del toreo a caballo se dirime una estrecha competencia por el trono entre un veterano caballero que es adalid de la pureza y un joven maestro, exponente de un espectacular clasicismo, que trata de hacerse un merecido hueco en la silla regia. No lucen unos f¨ªsicos ol¨ªmpicos ni pectorales gimn¨¢sticos, pero guardan en sus corazones las medallas de la m¨¢s pura torer¨ªa. Y hay un tercero, un chaval con cuerpo y cara de ni?o, que los mira de t¨² a t¨² y aguarda agazapado el m¨¢s m¨ªnimo descuido para encaramarse en todo lo alto.
Es una verdadera delicia ver en el ruedo a esos dos ¡®monstruos¡¯ del rejoneo actual, Pablo Hermoso de Mendoza y Diego Ventura, dos tauromaquias distintas, que convergen en la b¨²squeda permanente de la perfecci¨®n. El primero es la elegancia, la solera, el magisterio, la solemnidad. Hermoso ha alcanzado el m¨¢ximo nivel del toreo a caballo, y da la impresi¨®n de que puede aspirar a metas distintas a¨²n sin explorar. Ventura es puro nervio, la espectacularidad en estado puro desde el respeto al clasicismo. Su carrera es de una admirable progresi¨®n, de tal modo que, en muy poco tiempo, ha lanzado su candidatura para sentarse en el trono.
Es l¨®gico que ambos conciten la atenci¨®n de los p¨²blicos porque son la expresi¨®n, primero, de la competencia en el ruedo; y, despu¨¦s, exponentes de la calidad y la emoci¨®n del toreo a caballo.
Hermoso solo pudo cortar una oreja, pero da igual. Toda su actuaci¨®n, especialmente en el primer toro, fue la lecci¨®n magistral de un torerazo. Sin aspavientos, sin una carrera de m¨¢s, con parsimonia, protocolo y majestad, coloc¨® rejones de castigo con Villa, que se permite detener su marcha cuando el toro lo persigue; se luci¨® en banderillas con Manolete, que es una maravilla templando a dos bandas; o con ?caro, que baila literalmente al ritmo de la m¨²sica y desaf¨ªa al toro con su mirada. Fall¨® con el rej¨®n de muerte en el cuarto, pero all¨ª qued¨® otra demostraci¨®n de conocimiento y poder¨ªo. En esta ocasi¨®n, par¨® al toro en un palmo de terreno con Estella; templ¨® a la perfecci¨®n con Chenel, un caballo torero de ¨¦poca, y coloc¨® un par de banderillas cortas montando a Pirata. El premio qued¨® en una ovaci¨®n tras un pinchazo hondo, pero lo que qued¨®, de verdad, es el regusto de haber gozado, una vez m¨¢s, con la maestr¨ªa de un caballero que ha dado alas al rejoneo moderno desde un trono que ocupa con una merecida y reconocida autoridad de maestro.
Hermoso, serena madurez; Ventura, espectacular clasicismo; Hern¨¢ndez, decisi¨®n y entrega
Pero Diego Ventura no pierde punta, y lleva algunos a?os rondando la cima, haciendo m¨¦ritos extraordinarios para que se le reconozca como lo que es, un caballero que bebe en las fuentes cl¨¢sicas, sin olvidar la comunicaci¨®n con el p¨²blico. Y esta es, quiz¨¢, la diferencia que le separa de Hermoso, que no siempre supera ese punto de fr¨ªo hieratismo de su buen gusto. Ventura cuenta, como su compa?ero, con una cuadra excepcional, pero tiene la virtud de que alcanza una r¨¢pida conexi¨®n con los tendidos porque es puro nervio y vive con aut¨¦ntica pasi¨®n lo que en Hermoso es serena madurez.
Otra solitaria oreja gan¨® Ventura, lo que no evit¨® que entusiasmara a los tendidos en el tercio de banderillas, en las cortas al viol¨ªn, y, por encima de todo, templando con Nazar¨ª y luci¨¦ndose con Oro, que se adorna a pie cojito. Le pidieron con fuerza las dos orejas, pero la presidenta, con buen criterio, solo concedi¨® una, lo que motiv¨® que el caballero diera una segunda vuelta al ruedo por su cuenta y que la se?ora se ganara una sonora bronca. El mismo nivel mantuvo en el quinto, pero mat¨® mal, y todo se redujo a una ovaci¨®n.
No se dej¨® ganar la pelea el joven Leonardo Hern¨¢ndez, consciente de la dif¨ªcil papeleta que el destino le ha deparado frente a sus compa?eros. Es todo decisi¨®n y entrega, y de este modo se sobrepuso a la mansedumbre del tercero, que sali¨® olisqueando el albero y huy¨® de su propia sombra, y al que consigui¨® hacerle la faena que no ten¨ªa. El toro, muy parado, no le permiti¨® una gran brillantez; pero se sobrepuso en el sexto y consigui¨® la oreja que lo equiparaba con los maestros.
Los tres fallaron a la hora de matar, que es el tal¨®n de Aquiles del toreo a caballo. Los tres clavaron de forma muy trasera y escasamente ortodoxa, pero ya se sabe que al p¨²blico lo ¨²nico que le interesa es que el toro se derrumbe cuanto antes. El duelo por el trono contin¨²a.
San Pelayo/Hermoso, Ventura, Hern¨¢ndez
Toros despuntados para rejoneo de San Pelayo y San Mateo, bien presentados, mansones y manejables. Muy parado el tercero.
Hermoso de Mendoza: rej¨®n trasero y ca¨ªdo (oreja); pinchazo hondo y un descabello (ovaci¨®n).
Diego Ventura: rej¨®n trasero y ca¨ªdo (oreja); pinchazo, rej¨®n trasero y descabello desde el caballo (ovaci¨®n).
Leonardo Hern¨¢ndez: rej¨®n muy trasero, tres descabellos _aviso_ y dos descabellos (silencio); pinchazo hondo muy trasero (oreja).
Plaza de la Malagueta. 19 de agosto. D¨¦cima y ¨²ltima corrida de feria. Tres cuartos de entrada.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.