El Espa?ol ense?a sus tripas
El teatro m¨¢s antiguo de Madrid abrir¨¢ sus puertas a partir de septiembre con visitas guiadas Grandes dramaturgos como Valle-Incl¨¢n representaron sus obras sobre este escenario
La oscuridad invade el teatro. Hoy no habr¨¢ actuaci¨®n. Se levanta el tel¨®n y una luz enmudece al p¨²blico. La visita a las entra?as del Teatro Espa?ol est¨¢ a punto de empezar. A partir del pr¨®ximo 15 de septiembre se abrir¨¢n al p¨²blico las puertas del coliseo m¨¢s antiguo de Madrid en forma de visitas guiadas. Un recorrido que permitir¨¢ a los ciudadanos de a pie contemplar los lugares m¨¢s rec¨®nditos del templo, con m¨¢s de 400 a?os de historia. ¡°La ac¨²stica es ¨®ptima, de las mejores de la ciudad¡±, comenta uno de los t¨¦cnicos mientras el grupo se adelanta. Est¨¢n sobre el escenario, una superficie de unos 160 metros cuadrados cuyo tel¨®n todav¨ªa se alza de manera manual.
?El Espa?ol no quiere quedarse atr¨¢s, y al modo de grandes teatros internacionales como la Fenice de Venecia, la ?pera Garnier de Par¨ªs o el Teatro Col¨®n de Buenos Aires, ¡°quiere mostrar su grandeza¡±, apuntan desde el ¨¢rea de las Artes del Ayuntamiento de Madrid. La cuesti¨®n de la gratuidad de las visitas todav¨ªa no est¨¢ clara, aunque los comentarios dejan entrever que se tiende m¨¢s al pago. ¡°Los grandes teatros del mundo cobran, eso s¨ª, un precio simb¨®lico¡±. Lo que s¨ª est¨¢ definido es que se realizar¨¢n con cita previa y se destinar¨¢n a grupos de escolares, turistas y residentes.
Llegado el momento de mostrar al p¨²blico la carga hist¨®ricia del Espa?ol, el primer cap¨ªtulo es para los incendios. M¨¢s de media docena desde que se levantaran sus muros. El techo sobre el patio de butacas luce granate. En sus inicios brillaba por los frescos que desaparecieron con el fuego de 1975. ¡°Extra?amente no hay documentaci¨®n gr¨¢fica sobre las pinturas, por lo que en la reconstrucci¨®n de los a?os 80 se opt¨® por la unidad con el color de las butacas¡±, explica el gu¨ªa. Lo del granate de los asientos no es casualidad. A finales del siglo XVIII y XIX los teatros eran decorados con terciopelo rojizo para ¡°enga?ar al ojo humano¡± y hacer la estancia m¨¢s c¨¢lida. No exist¨ªa sistema de calefacci¨®n. Otra de las pecualiridades del cielo del templo es una ventana de tama?o reducido bautizada como sala de los curillas. Era un lugar relegado a los sacerdotes para visualizar las obras y ejecutar las censuras. No se tienen datos del final de tales supresiones.
Testigo de la historia de Madrid, el Espa?ol fue en sus or¨ªgenes un corral medieval (Corral del Pr¨ªncipe) en el que se realizaban peque?os espect¨¢culos a mediados del siglo XVI. Precisamente su peculiaridad reside en que es el ¨²nico teatro madrile?o que conserv¨® durante decenios el lugar destinado al escenario, en el que se representaron algunos imprescindibles de la literatura espa?ola. Dramaturgos como el Nobel de Literatura en 1922 Jacinto Benavente, Benito P¨¦rez Gald¨®s, Valle-Incl¨¢n o Ferderico Garc¨ªa Lorca llevaron sus obras al Espa?ol.
Una de sus salas emblem¨¢ticas es el Parnasillo. Lugar de reuni¨®n de actores, directores y dramaturgos, fue el espacio escogido por Valle-Incl¨¢n para realizar las lecturas dramatizadas de sus textos. Pese a conservar el mobiliario original fue utilizado durante a?os como almac¨¦n. ¡°Cuentan que adem¨¢s fue uno de los salones de importantes reuniones durante la Transici¨®n¡±, apunta el gu¨ªa.
Tampoco faltan las historias de clases. Los palcos, con grandes espejos en su interior, eran alquilados en el siglo XIX por los m¨¢s adinerados para ver en su reflejo la entrada y salida de espectadores sin tener que girarse para ello. ¡°El descaro se elevaba a sacrilegio¡±. Entre los palcos con espejo y ubicado en la primera planta, el balc¨®n del rey. ¡°No ten¨ªa una visi¨®n privilegiada del espect¨¢culo, pero lo importante era que el espectador pudiera ver al monarca y ¨¦ste al pueblo¡±. En una sala contigua, un espacio reservado a su majestad, que tras el incendio de 1975 fue saqueado. Los visitantes podr¨¢n analizar al detalle el palco del rey, una opci¨®n que no est¨¢ al alcance de los espectadores, pues no se encuentra entre las localidades disponibles.
M¨¢s all¨¢ de los t¨ªtulos que est¨¢n por llegar al Espa?ol, cuya programaci¨®n est¨¢ todav¨ªa por determinar, sus tripas de lujo estar¨¢n muy pronto al alcance de cualquiera.
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