Fallece Paco Fern¨¢ndez-Buey
Marxista y fil¨®sofo, muri¨® este s¨¢bado en Barcelona v¨ªctima del c¨¢ncer
Paco Fern¨¢ndez Buey (Palencia, 1943-Barcelona, 2012) ha muerto hoy en Barcelona v¨ªctima de un c¨¢ncer. Hace unos a?os ya hab¨ªa sufrido la enfermedad, a la que combati¨® con tanta voluntad como pon¨ªa en casi todo. Cuando se le reprodujo tuvo una primera fase en la que confiaba en una nueva victoria. No ha sido as¨ª. Hace unas semanas confesaba su agotamiento, en parte, por la lucha contra los dolores que le distra¨ªan de otras ocupaciones.
Empez¨® su actividad docente en la Universidad de Barcelona en 1972. Eran tiempos extra?os. ?l impart¨ªa un curso para estudiantes de los cursos tercero a quinto. El objeto central de la ense?anza era la obra del fil¨®sofo italiano Antonio Gramsci, pero la asignatura se llamaba algo as¨ª como Teor¨ªa y Sociedad, no fuera a ser que las autoridades se inquietaran. Y se inquietaban mucho. El propio Fern¨¢ndez-Buey les resultaba inquietante. Las autoridades eran, sobre todo, las pol¨ªticas, las acad¨¦micas hab¨ªan empezado a cambiar gracias, tambi¨¦n, a una generaci¨®n de estudiantes a la que pertenec¨ªa el propio Paco Fern¨¢ndez-Buey.
Como estudiante form¨® parte del SDEUB (Sindicato Democr¨¢tico de Estudiantes Universitarios de Barcelona) y, como representante del mismo, asisti¨® al encierro que se produjo en el convento de los Capuchinos de Sarri¨¤, en Barcelona, conocido como la capuchinada. Fue una presencia que le supuso un servicio militar mucho m¨¢s inc¨®modo de lo que ya era esa obligaci¨®n para la mayor¨ªa de espa?oles varones.
Terminado el periodo de conscripci¨®n militar, Paco se incorpor¨® a la Universidad de Barcelona. Aportaba la influencia de tres grandes maestros: Manuel Sacrist¨¢n, Jos¨¦ Mar¨ªa Valverde y Emilio Lled¨®, quien lo acogi¨® en su departamento. A su lado hab¨ªa un grupo de j¨®venes profesores que, con el correr de los a?os, han marcado buena parte de la actividad filos¨®fica en Espa?a: Eugenio Tr¨ªas, Jacobo Mu?oz, Jos¨¦ Manuel Bermudo y Miguel Candel, entre otros. Casi todos ellos compaginaron en un momento u otro de sus vidas la actividad acad¨¦mica con la pol¨ªtica y la militancia en el, entonces, partido con mayor presencia social en la universidad y en la sociedad catalana: el PSUC (Partit Socialista Unificat de Catalunya), equivalente catal¨¢n del PCE. En la universidad fueron los creadores del movimiento de los PNN (profesores no numerarios) que entonces batallaban por la democratizaci¨®n de la universidad y por la apertura de la misma a los contratos docentes de tipo laboral, que ve¨ªan m¨¢s estimulantes que obtener la plaza con car¨¢cter vitalicio.
La carrera acad¨¦mica de Fern¨¢ndez-Buey no fue f¨¢cil. Tras una primera etapa en Barcelona tuvo que instalarse en Valladolid y tard¨® a?os en disponer de una plaza en Catalu?a. Cuando la obtuvo, no fue en la Facultad de Filosof¨ªa, sino en la de Econ¨®micas, la misma que hab¨ªa acogido temporalmente a Manuel Sacrist¨¢n. Hubo que esperar a¨²n a la creaci¨®n de la Universidad Pompeu Fabra para que se le ofreciera una c¨¢tedra en la nueva Facultad de Humanidades. Por cierto, se reencontr¨® all¨ª con compa?eros de su ¨¦poca de estudiante y de PNN como Tr¨ªas y Rafael Argullol.
En materia filos¨®fica se caracteriz¨® por centrar su ocupaci¨®n tanto en la filosof¨ªa de la cultura, en la l¨ªnea marcada por Gramsci, pero con impronta propia, como en cuestiones de metodolog¨ªa, en especial en el ¨¢mbito de las ciencias sociales. Su obra se plasm¨® tanto en diversos libros: Ensayos sobre Gramsci, (1977); La ilusi¨®n del m¨¦todo, (1992), y ?tica y filosof¨ªa pol¨ªtica, (2001), como en una multitud de art¨ªculos, a la vez anal¨ªticos y militantes, convencido, como estaba, de que la sociedad es el resultado de la acci¨®n de los individuos que la componen. Escribi¨® abundantemente en EL PA?S y en publicaciones como Zona Abierta, El Viejo Topo y, sobre todo, Mientras Tanto, en cuya fundaci¨®n colabor¨® junto a Manuel Sacrist¨¢n y Juan-Ram¨®n Capella.
Estuvo siempre al lado de los vencidos de la historia y defendi¨® que no solo no hay ¨¦tica sin est¨¦tica; tampoco hay pol¨ªtica al margen de la moral. Una moralidad que no pierda de vista que defender la felicidad de los m¨¢s d¨¦biles es preferible a acumular riqueza en beneficio de uno mismo. Por eso era comunista, es decir, partidario de disminuir al m¨¢ximo aquello que produce infelicidad, por la v¨ªa de la redistribuci¨®n de la riqueza, de evitar el sufrimiento que la necesidad acarrea.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.