Galicia pierde m¨¢s de 4.300 trabajos por el recorte en pol¨ªticas de empleo
Los programas de cooperaci¨®n reducen un 70% su presupuesto
La ma?ana de marzo en que el Gobierno recet¨® la f¨®rmula para el equilibrio a base de tijeretazos, los 1.557 millones de euros que ya no se dedicar¨ªan a ¡°pol¨ªticas activas de empleo¡± se deslizaron entre la mara?a sin apenas ruido. De aquella partida, Galicia renunci¨® sin reproches a 140 millones, parte de los cuales financian programas para la inserci¨®n laboral en entidades locales y diversas instituciones. El de 2011 benefici¨® a 6.867 personas, que en su mayor¨ªa trabajaron durante nueve meses a jornada completa. Este a?o, con contratos a tiempo parcial que apenas ara?an los seis meses, la cifra no alcanza los 2.500 empleos. El resto, camuflado entre las estad¨ªsticas de la EPA, sirve a los objetivos de d¨¦ficit. Hubo que ajustarse el cintur¨®n y se asfixiaron los de siempre.
Se reducen los empleos, el tipo de jornada y el
Los planes de cooperaci¨®n encandilan a propios y extra?os. Dentro del del programa europeo Adaptabilidad y empleo, se llevan de la cola del paro a ¡°colectivos con especiales dificultades¡± y facilitan a municipios, organismos p¨²blicos y entidades sin ¨¢nimo de lucro la prestaci¨®n de servicios adecuados a su entorno. Mujeres, parados de larga duraci¨®n, mayores de 45 a?os, menores de 30 y discapacitados constituyen el foco de atenci¨®n, y las entidades locales reciben la mayor partida. A mediados de marzo, cuando se convocaron las ayudas, nadie falt¨® al convite. M¨¢s de 330 instituciones municipales se arremolinaron en torno a unos 45 millones de euros que se repartir¨ªan en funci¨®n de la tasa de desempleo de cada localidad y de su evoluci¨®n entre 2007 y 2011. Para otras entidades se reservaron 20 millones. Pero la fiesta dur¨® lo que tardaron en llegar los Presupuestos Generales del Estado.
La Xunta cambi¨® las condiciones con las solicitudes ya formuladas
¡°Me aseguraron que me conceder¨ªan, como poco, seis trabajadores a jornada completa y acab¨¦ con subvenci¨®n para uno, a media jornada y durante seis meses¡±. El relato de Celso Fern¨¢ndez, alcalde de Maside, delinea las constantes del proceso en la mayor parte de las localidades. Con las directrices de la Xunta bajo el brazo, en el plazo de un mes elaboraron sus planes de empleo con la promesa de que, en el peor de los casos, recibir¨ªan ayudas para dos trabajadores. Avanzada la primavera, la Xunta prometi¨® 5.100 empleos y los solicitantes comenzaron a echar cuentas. Eran casi 2.000 menos que en 2011, pero suficientes para hacer planes. Hacia el verano se les fueron al traste.
Universidades y fundaciones, a cero
Las entidades locales no son las ¨²nicas que lamentan los recortes. Parte de los planes de cooperaci¨®n se destinan a la inserci¨®n laboral en organismos p¨²blicos distintos de las administraciones locales y otras instituciones, como universidades y entidades sin ¨¢nimo de lucro. As¨ª se preve¨ªa que fuera este a?o tambi¨¦n, hasta que el vendaval se llev¨® 12 de los casi 20 millones que se presupuestaron en febrero. Entonces, algunos no tuvieron m¨¢s remedio que abandonar el barco.
Entre ellos, las universidades. La de Santiago de Compostela (USC) y la de Vigo (Uvigo), que en 2011 recibieron sendas ayudas de 213.847 euros para fomentar el empleo, tendr¨¢n que ingeni¨¢rselas para no echarlas de menos. Tampoco hubo caramelo para las fundaciones. Dentro de esta categor¨ªa, la Fundaci¨®n P¨²blica Galega para a Tutela de Persoas Maiores (Funga), que protege a personas incursas en procesos judiciales o en situaci¨®n de dependencia, ya no recibir¨¢ ni uno de los 100.625 euros que le concedieron en 2011. Tambi¨¦n se queda fuera de la convocatoria el CSIC, que contaba con derecho a esta financiaci¨®n en calidad de organismo aut¨®nomo del Estado.
La mayor partida, pero tambi¨¦n el mayor recorte, se lo llevaron las entidades sin ¨¢nimo de lucro, que vieron esfumarse casi 10 millones de su partida. Un recorte superior al 50% en el presupuesto inicial, les oblig¨® a contener el aliento. A la mayor¨ªa les mantuvieron las cuant¨ªas. No obstante, en Down Galicia, donde aseguran ¡°depender altamente¡± de estas subvenciones, no quieren confiarse. Aunque van salvando los muebles, no son ajenos a la delicadeza de la situaci¨®n y dudan que la pr¨®xima vez vayan a salir indemnes. ¡°No es un recorte, es un desbarajuste¡±, lamentan.
Tras la Conferencia Sectorial de Empleo y Asuntos Laborales del 24 de mayo, del plan de cooperaci¨®n solo qued¨® el nombre. Las entidades locales tendr¨ªan que apa?¨¢rselas con 12 millones. En una escueta orden del Diario Oficial de Galicia, el 13 de junio la Xunta adelgaz¨® el plan de empleo un 70% para ajustarse a la ¡°pol¨ªtica presupuestaria¡±. En ¡°coherencia con los principios¡± de la misma, cambi¨® las reglas del juego cuando los participantes ya hab¨ªan ense?ado sus cartas. No hubo posibilidad de adaptar las solicitudes a las nuevas condiciones. De todos modos, solo algunas se especificaban en el documento. La mayor¨ªa de los asteriscos se revel¨® sobre la marcha.
En nombre de los regidores ¡ªaunque no de acuerdo con todos ellos¡ª la Fegamp reclam¨® una modificaci¨®n ¡°de forma y de fondo¡± en la redistribuci¨®n de las ayudas. La forma implicaba favorecer a los municipios con Grumir (Grupos Municipales de Intervenci¨®n R¨¢pida), socorristas y Protecci¨®n Civil. El fondo olvid¨® los fines del plan de cooperaci¨®n. Ya que habr¨ªa menos personal, los regidores quer¨ªan profesionales curtidos en la materia y pidieron renovar las plantillas de otros a?os. Y la Xunta accedi¨®. El m¨¦todo de asignaci¨®n directa, reservado solo a v¨ªctimas de violencia de g¨¦nero y personas en riesgo de exclusi¨®n, permiti¨® favorecer tambi¨¦n a trabajadores subvencionados en a?os anteriores. De este modo, los 59 Ayuntamientos gallegos que cuentan con Grumir pasaron al principio de la lista con brigadas de 12 empleados escogidos ¡°a dedo¡±. Parados de larga duraci¨®n, mujeres y colectivos en riesgo de exclusi¨®n se cayeron de las prioridades.
De las negociaciones tambi¨¦n prosper¨® el compromiso de sufragar al menos un trabajador por municipio a mayores de los Grumir, pero la realidad desautoriz¨® el apret¨®n de manos. En el municipio lucense de Becerre¨¢ a¨²n esperan el suyo. De hecho, aunque la Xunta incluye al Grumir en la cuenta para insistir en que ¡°todos¡± los Ayuntamientos recibieron subvenci¨®n, a Bembrive (Vigo) no lleg¨® ni un c¨¦ntimo. En la Conseller¨ªa les explicaron que este a?o las entidades locales menores se quedan sin ayudas, aunque la atrevida convocatoria insinuase lo contrario.
Se permiti¨® la contrataci¨®n ¡°a dedo¡± de personal de a?os anteriores
Resueltas las concesiones, unas 300 historias relatan casi el mismo cuento. La del Ayuntamiento de Ourense, que aglutina alrededor del 40% de los parados de la provincia, cuenta que tendr¨¢ que afrontar con 42.000 euros y cinco empleados el trabajo que en 2011 desarroll¨® con 50 trabajadores y 645.000 euros. En O Barco, este a?o hab¨ªan solicitado 40 trabajadores con la esperanza de incrementar los 28 del pasado a?o. Recibieron 28.455 euros para pagar a cuatro. Ahora asumen los costes de la guarder¨ªa, tratan de cuadrar el c¨ªrculo para mantener la ludoteca y reh¨²san hacer planes de futuro. Y sobre un escenario con olor a mar, en Oleiros a¨²n no se explican por qu¨¦ se privilegiaron las ayudas para socorristas si los tr¨¢mites para contratarlos no se formalizaron hasta finales de agosto. ¡°Si no los tienes a principios de verano, luego no los necesitas¡±, observa el alcalde, que paga con fondos de cooperaci¨®n a tres trabajadores de los 46 a los que aspiraba.
Para completar el entuerto, la naturaleza de la financiaci¨®n tambi¨¦n levanta suspicacias. Fuentes del PsdeG recuerdan que la Xunta ha retirado los fondos propios para estas subvenciones en los dos ¨²ltimos ejercicios y, con los presupuestos en la mano, creen que los 12 millones para cooperaci¨®n local solo pudieron salir de un trasvase desde los fondos de formaci¨®n. La Estrategia Espa?ola de Empleo 2012-2014 proh¨ªbe expresamente dicha pr¨¢ctica.
Fuentes del PsdeG apuntan al
Aferrados a las misivas que les anunciaron su suerte, los Ayuntamientos se mecen entre la ira y la resignaci¨®n. En el grupo de los primeros, alcaldes socialistas y nacionalistas se quejan de la falta de transparencia; mientras que los segundos, en su mayor¨ªa del PP, asumen que ¡°las circunstancias son las que son¡±. Tambi¨¦n en la Fegamp se adhieren al discurso. ¡°Podr¨ªa haber sido peor¡±, afirman, y relativizan el impacto del tijeretazo porque se trataba de un ¡°dinero ca¨ªdo del cielo¡± que ¡°se ped¨ªa para todo¡±. Lo cierto es que unos y otros se duelen m¨¢s de los servicios que pierden que de los empleos que dejan de generar.
Mientras, a la lista de 4.387 nombres que ya se arrug¨® con los recortes, solo le queda seguir ensayando su firma en la revista del paro mientras espera poder hacerlo en un contrato.
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