Vuelta con las preferentes, a¨²n hay carrera
Centenares de afectados por el fraude bancario llevan su protesta a distintos puntos de la etapa ciclista. ¡°Al Gobierno no le votar¨¢ nadie, eso seguro¡±
Dif¨ªcilmente pudieron distinguir los ciclistas en su esforzado pedaleo el mensaje que traslad¨® a la Vuelta la protesta de los afectados por las preferentes, fundidos sus coros con los gritos de aliento de la afici¨®n. ¡°?Manos arriba, esto es un atraco!¡±, salud¨® un centenar de ellos a los dos escapados y luego al pelot¨®n, al culminar el Alto de San Cosme (400 metros), de tercera categor¨ªa. El griter¨ªo orquestado enfrente, en la otra orilla de la carretera, por el Ayuntamiento de Mos, anul¨® la comprensi¨®n del mensaje, pero no era tanto para los ciclistas, ya toda la parroquia estaba al corriente.
Los afectados por el fraude bancario, singularizado aqu¨ª en Novagalicia, se apostaron en lugares marcadamente ostensibles, como hitos del recorrido de la etapa de ayer. Los del Val Mi?or estuvieron en Ponteareas, a poco de la salida, y en el Alto de San Cosme (frontera de Mos y Vigo), junto a otros de Vigo; los de O Morrazo, en la Curva da Pardi?a de Moa?a, en la rotonda da Pedra de Cangas, en el centro urbano, en el Alto da Portela, fronteriza con Bueu..., con su bulla indesmayable, ¡°pol¨ªticos, banqueros, todos al caldero¡±.
A la cumbre de San Cosme llegaron a las 12 ¡ªhora y pico antes de que pasara la carrera¡ª y enseguida se adue?aron del ambiente sus camisetas amarillas, que los hubieran confundido con un club de aficionados de no mediar su despliegue de pancartas y carteles con fotos y textos minuciosos que explican su caso, las caretas de Carnaval ¡ªde Rajoy y De Guindos, de Feij¨®o y Guerra, de Gayoso...¡ª y los propios disfraces: uno enfundado en minifalda y medias de malla larga, otro paseando a pecho desnudo dentro de un tonel: ¡°Nos dejan en pelotas¡±. Las oleadas de gente que acudi¨® a ver pasar la Vuelta chocaron antes que nada con el incesante estr¨¦pito de los afectados, guiados por un cornet¨ªn de berrea sus consabidos gritos: ¡°No hay pan para tanto chorizo¡±, ¡°Estamos hartos, queremos nuestros cuartos¡±, ¡°Feij¨®o, ladr¨®n, danos soluci¨®n¡±, etc¨¦tera. No era precisamente el ambiente m¨¢s calmo y reflexivo para recabar opinones sobre la noticia del d¨ªa, o de la v¨ªspera, la convocatoria de elecciones, aunque nadie se cort¨® de opinar: ¡°Votaremos a quien nos devuelva el dinero¡±. S¨ª, pero...
¡°Mire, no somos idiotas¡±, trata de zanjar uno. ¡°Yo le aseguro que nadie de nosotros votar¨¢ al Gobierno, estar¨ªamos tontos si vot¨¢ramos por Feij¨®o, que nos ningune¨® y nos ech¨® del Parlamento. Al Gobierno no le votar¨¢ nadie, y van a ser muchos votos, yo mismo arrastro otros nueve¡±...
?Y por qui¨¦n votar¨¢n?, ?piensan que otros partidos resolver¨¢n el problema? ¡°Lo que sabemos ya es que estos no nos lo arreglan¡±. Un agente de la Guardia Civil les llama al orden: no pueden tapar con sus pancartas ¡ª¡°Bancos estafan, Gobernos consienten¡±, ¡°Toda unha vida aforrando para eles nos roubar¡±¡ª la oficial de la Vuelta que corona el alto: ¡°Loter¨ªas y Apuestas del Estado¡± precisamente. ¡°Claro, a nosotros no se nos reserva sitio, ?verdad?¡±, acusan, para que el agente tome nota, apuntando al otro lado, reservado por el Ayuntamiento de Mos para llenarlo con camisetas rojas: ¡°Mos coa Volta¡±. Lleg¨® una furgoneta con cajas de ellas, pero la oferta apenas tuvo eco, ni siquiera cuando Nidia Ar¨¦valo, la alcaldesa, se aprest¨® a repartirlas. Solo una excursi¨®n de discapacitados se las enfund¨®. ¡°Esos ni?os / est¨¢n utilizados¡±, corearon los de las preferentes, extendiendo los brazos para se?alarlos.. ¡°Estos revientan la Vuelta, seguro que aparecen los antidisturbios¡±, auguraba un paisano enfrente. Apareci¨® un pelot¨®n, pero nada m¨¢s. Ante cada coche de la tediosa caravana que preced¨ªa a los ciclistas arreciaban cornetines y berrea. Hasta que pas¨® el pelot¨®n, despu¨¦s de los escapados. ¡°?Ya se acab¨®?¡±, pregunt¨® un ni?o, incr¨¦dulo y frustrado. ¡°La carrera sigue¡±, trataba de explicarle el padre... Tambi¨¦n para los otros: ¡°Iremos a todos los actos¡±, aseguraban al dispersarse, pensando en llevar su murga a la campa?a del PP.
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