El rescate
Yo veo el Fondo de Liquidez Auton¨®mico como un dispositivo doble, financiero y pol¨ªtico
Sufren las instituciones pol¨ªticas una sensible p¨¦rdida de cr¨¦dito, algo que hasta ahora se entend¨ªa como una merma de cr¨¦dito moral y c¨ªvico, de autoridad y apoyo, pero que ha llegado a convertirse en una p¨¦rdida literal de cr¨¦dito econ¨®mico, de solvencia. Hoy la Junta de Andaluc¨ªa no encuentra bancos que le presten dinero y prepara a la opini¨®n antes de acogerse inevitablemente al Fondo de Liquidez Auton¨®mico (FLA) que cre¨® en julio el Gobierno Rajoy por decreto ley para ofrecer ¡°medidas extraordinarias de apoyo a la liquidez de las Administraciones p¨²blicas¡±, muy semejante a los fondos de rescate que maneja Europa. La comunidad aut¨®noma, aceptando su impotencia econ¨®mica, se plantea pedir auxilio a la Administraci¨®n central, mientras el Gobierno espa?ol, no menos impotente, medita acogerse al amparo financiero de la Uni¨®n Europea.
Pero que nadie hable de rescate, palabra impertinente y molesta aqu¨ª y en Madrid. Supongo que el rescate es una operaci¨®n de salvamento coyuntural con condiciones, y los gobernantes parecen considerar una indignidad someterse a cualquier tipo de condici¨®n. La Junta recalca que no pide rescate, sino liquidez, y el problema es que los prestamistas suelen conceder liquidez imponiendo condiciones al deudor. Yo veo el FLA como un dispositivo doble, financiero y pol¨ªtico: los bancos prestan dinero a la Administraci¨®n central para que lo traspase a las comunidades aut¨®nomas y controle que las autonom¨ªas paguen con ese dinero lo que ya deben a los bancos, y la Administraci¨®n central se asegura el control de las pol¨ªticas presupuestarias de las autonom¨ªas, vieja aspiraci¨®n de la derecha.
A principios de agosto, la consejera de Hacienda de la Junta, Carmen Mart¨ªnez Aguayo, consideraba el FLA ¡°un fondo de rescate dirigido a limitar las competencias de las Autonom¨ªas¡±. A finales de agosto, Susana D¨ªaz, consejera de la Presidencia, dec¨ªa que la Junta ¡°nunca ha descartado acudir al fondo¡±. El Gobierno andaluz est¨¢ de acuerdo, en todo caso, con el catal¨¢n y el central: los tres proclaman que aceptar fondos de instancias superiores, espa?olas o europeas, no debe implicar el sometimiento a condiciones econ¨®micas o pol¨ªticas. Pero no s¨¦ si (aparte de Carmen Mart¨ªnez Aguayo, evidentemente bien informada) los consejeros de la Junta han tenido tiempo de leerse el decreto ley que activa el FLA, que no solo exige ¡°prudencia financiera¡± a las autonom¨ªas que se acojan al fondo. Tambi¨¦n les impone ¡°estrictas condiciones presupuestarias¡±, como ya ha recordado la Uni¨®n Europea.
As¨ª que, para orientarme un poco, pas¨¦ la ¨²ltima tarde de agosto ley¨¦ndome el Real Decreto 21/2012, publicado el 14 de julio en el Bolet¨ªn Oficial del Estado, instructiva lectura veraniega, y fij¨¢ndome especialmente en el cap¨ªtulo segundo, dedicado a ¡°condiciones financieras y fiscales¡±. El Gobierno central, a trav¨¦s del Ministerio de Hacienda, autorizar¨¢, controlar¨¢ y seguir¨¢ los planes de ajuste y de tesorer¨ªa de la comunidad aut¨®noma, vigilar¨¢ saldos y vencimientos a corto y largo plazo, reserv¨¢ndose la posibilidad de alterar el calendario, proponer medidas y enviar ¡°misiones de control¡± que supervisen el cumplimiento de los planes de ajuste, y se encargar¨¢ de la gesti¨®n del pago de los vencimientos de deuda. Si, tal como yo lo entiendo, gobernar significa elaborar y administrar un presupuesto, se puede decir que el Gobierno auton¨®mico que se acoja voluntariamente al FLA elaborar¨¢ y administrar¨¢ su presupuesto bajo la custodia alerta y operativa del Gobierno central.
El pre¨¢mbulo del decreto ley del FLA apela una vez m¨¢s a ¡°la situaci¨®n extraordinaria¡±, vuelve a repetir que vivimos ¡°circunstancias de extraordinaria y urgente necesidad¡± que justifican gobernar por decreto ley. Por decreto ley est¨¢n desmantelando pieza a pieza el sistema legal vigente, desde el derecho de los trabajadores a las autonom¨ªas.
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