La historia se repite y se repite
La Generalitat ha reaccionado igual que hace 20 a?os cuando Disney World desech¨® Tarragona
Hace 20 a?os tambi¨¦n nos dieron con la puerta en las narices. Si hoy es Eurovegas, entonces fue Disney World. Finalmente, los norteamericanos prefieren otras tierras; pero la reacci¨®n ni antes ni ahora es aguantarse y olvidar, sino responder con un ¡°pues yo m¨¢s¡±, que se dir¨ªa m¨¢s propio de otras idiosincrasias norte?as que del seny catal¨¢n. Entonces, como ahora, la Generalitat, tambi¨¦n dirigida por Converg¨¨ncia i Uni¨® (CiU), busc¨® una alternativa.
La norteamericana cervecera Anheuser Busch (entonces parece que no hab¨ªa tanto problema con el alcohol) compraba terrenos cerca de Tarragona para construir un parque (?Ay, ignorantes!, no sab¨ªan que sus tierras ca¨ªan parte en Vila-seca parte en Salou, con todas las secuelas que trae la independencia de territorios).
Corr¨ªa el a?o previo a los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona cuando ¡°el empresario mod¨¦lico y salvador de empresas¡± ¡ªcomo Jordi Pujol defini¨® a Javier de la Rosa¡ª se hizo con el 80% de Tibigardens, con los norteamericanos ya hartos de las rencillas entre los dos Ayuntamientos. Pero ya sabemos qu¨¦ pas¨® con Tibigardens y con De la Rosa. Todo se hundi¨® y Pujol llam¨® a La Caixa pidiendo socorro para acabar construyendo como fuese el parque tem¨¢tico que Walt Disney World hab¨ªa despreciado. ?bamos a demostrar primero que se har¨ªa, y luego que tendr¨ªa ¨¦xito.
Que Enrique Ba?uelos, como antes Javier de La Rosa, anuncie seis parques tem¨¢ticos es cuando menos dudoso.
Con el m¨²sculo casi infinito de La Caixa, el parque primero llamado Busch, luego Tibigardens, luego Port Aventura, luego Universal¡¯s Port Aventura, luego Universal Studios Port Aventura, luego Universal Mediterr¨¢nea y ¨²ltimamente Port Aventura vio la luz en 1995.
Fue, es, maravilloso, pero como inversi¨®n nada recomendable. La inestabilidad del nombre era paralela a la de sus accionistas, solo estabilizada finalmente cuando La Caixa se deshizo, pagando un sobreprecio, de los americanos de Universal, que aguantaban bien sentados los r¨¦ditos que reportar¨ªan no ya los millones de visitantes (que nunca dieron beneficios) sino la ocupaci¨®n de habitaciones de hotel y, sobre todo, la venta de adosadas con campos de golf.
Eso finalmente ha puesto en ligeros beneficios todo el entramado de Port Aventura: el ladrillo junto al golf. Las atracciones por s¨ª mismas no generan beneficios en ning¨²n parque tem¨¢tico del mundo, donde se mima la calidad de las instalaciones al m¨¢ximo. Pero m¨¢s dif¨ªcil es obtener r¨¦ditos del ladrillo cuando de Sitges a Cabo de Gata hay decenas de miles de apartamentos en venta desde hace cinco a?os.
Desde el lejano 1992 (estreno de Eurodisney, luego Disney Par¨ªs), cuando incluso a Google le flaquea la memoria de aquellas chapuzas, hoy se repite la historia con otra ocurrencia de la Generalitat dirigida por CiU y el socorro de La Caixa.
Que Enrique Ba?uelos, como antes Javier de La Rosa, anuncie seis parques tem¨¢ticos es, cuando menos, dudoso. Otra cosa es que crezcan seis Roca Village o seis Marina d¡¯Or. CiU repite la historia para pasmo de los catalanes viejos, pero para que los nuevos catalanes lo recuerden: la historia se repite siempre y, a veces, ni apenas cambian sus protagonistas.
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