La otra televisi¨®n
El cierre de Canal Sur 2 es una mala, p¨¦sima noticia, porque nos sepulta a todos aquellos que creemos que Andaluc¨ªa tiene otros horizontes a los que mirar en un hoyo m¨¢s profundo y turbio
La otra tarde un amigo, uno de esos periodistas andaluces que milagrosamente a¨²n disponen de n¨®mina, se preguntaba en Facebook qu¨¦ opinar¨ªa el maestro Jos¨¦ Mar¨ªa Bern¨¢ldez de la liquidaci¨®n sumaria de Canal Sur 2. Y a m¨ª me parece verlo; sentado en el velador de un caf¨¦, con un vaso por delante, con ese rictus de iron¨ªa o amargura camuflada bajo una sonrisa en diagonal, resignado a lo que ya sabemos, que la cultura es ese cuerpecito fr¨¢gil y de pocos arrestos que cae antes que nadie cuando las cosas vienen mal dadas.
Todo cuanto Bern¨¢ldez y otros lucharon para convertir Canal Sur en espejo de una Andaluc¨ªa culta, comprometida con el presente, luminosa y valiente, se va con este cerrojazo. Se van las pel¨ªculas subtituladas, se marchan los documentales, las series de madrugada, se va Al sur, que quiso ser abanderado de otro reino que no es de este mundo, se va El p¨²blico lee, donde en su d¨ªa las editoriales de ¨¢mbito nacional se part¨ªan los dientes por poner un pie.
Dicen que ahorraremos mucho gracias a las tijeras y que el cambio no afectar¨¢ de modo sustancial a la programaci¨®n: que el Canal Sur principal se har¨¢ cargo de los retos que el otro ha dejado en el aire y que la segunda cadena se ocupar¨¢ de reciclar los mismos contenidos, la misma leche desnatada y sin sustancia, haci¨¦ndola accesible a todos mediante rotulitos y signos para sordos. Pero yo veo otra vez al maestro Bern¨¢ldez en el velador de su caf¨¦, escuchando las excusas de los gerifaltes de turno, y me parece o¨ªrle re¨ªrse con un sonido cascado, de sarcasmo e irritaci¨®n, con poder, a pesar de su lejan¨ªa, de atravesar las puertas de hierro de la muerte. El trabajo de los pol¨ªticos consiste en presentar paliativos, pretextos, zarandajas: como si el nuestro, adem¨¢s, consistiera en cre¨¦rnoslos.
Las preguntas llueven inevitablemente. Ese monto que el erario p¨²blico pretende poner a salvo, ?no podr¨ªa haber salido de otras partidas m¨¢s in¨²tiles o est¨²pidas? ?No podr¨ªan, en vez de condenar a los andaluces a un p¨¢ramo eterno de pan y circo, haber escatimado en cargos que no sirven para nada, en delegados pol¨ªticos que s¨®lo se usan para se?alar con el dedo, en consejeros de no s¨¦ qu¨¦ cosa, en oficinas fantasma encargadas de la formaci¨®n patria, en observatorios ciegos, en consejos audiovisuales donde se teje y desteje el traje nuevo del emperador? Y ya dispuestos al asesinato y dispuestos a perpetrarlo en la carne de la televisi¨®n p¨²blica, ?no habr¨ªa que poner delante a tonadilleras, jubilados que buscan novia, repelentes ni?os de circo que recitan cosas que no comprenden, incienso, ruedos de albero, noticiarios que vuelven in¨²til la publicidad electoral, padres de la patria y glorias del estatuto? Para lo que han dejado, m¨¢s habr¨ªa valido que hubieran tirado a la basura la entera televisi¨®n auton¨®mica, con sus cortinillas entre guitarras y taconazos, y recolocado a todos sus trabajadores en un lugar m¨¢s obvio: la Consejer¨ªa de Propaganda.
Ya sabemos que en ¨¦pocas de campos minados, los primeros que acaban mutilados o muertos son los creadores de cultura, pero no cualesquiera: primero y ante todo, aquellos que no sirven al estado para repetir sus consignas, aquellos que no cumplen su labor de domesticaci¨®n social, de los que puede prescindirse c¨®modamente sin que nadie agite el bigote o se marche para la cama pensando que, en fin, ma?ana ser¨¢ otro d¨ªa. El cierre de Canal Sur 2 es una mala, p¨¦sima noticia, porque nos sepulta a todos aquellos que creemos que Andaluc¨ªa tiene otros horizontes a los que mirar en un hoyo m¨¢s profundo y turbio.
Querido maestro Bern¨¢ldez, al menos donde t¨² te encuentras no hay mandos a distancia de los que huir con un escalofr¨ªo.
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