Aquel ordenador de Munich
Dos ingenieros donostiarras que fundaron su empresa en Alemania siguen con inter¨¦s la ¡®fiebre¡¯ por aprender alem¨¢n ¡°Es una experiencia muy recomendable¡±
Ainhoa Lete y Ra¨²l Navas, dos contrastados ingenieros donostiarras, observan con sumo inter¨¦s c¨®mo se han multiplicado en el Pa¨ªs Vasco y el resto de Espa?a las matr¨ªculas para estudiar alem¨¢n, con vistas a encontrar en este pa¨ªs un futuro profesional que est¨¢ complicado aqu¨ª. La curiosidad tiene su explicaci¨®n, porque ellos tambi¨¦n emprendieron la misma aventura al pa¨ªs centroeuropeo, donde trabajaron durante cuatro a?os, hasta que decidieron coger el billete de vuelta para fundar y ponerse al frente de la empresa BuntPlanet, radicada en San Sebasti¨¢n y dedicada a la ingenier¨ªa del software. ¡°Cualquier persona que est¨¦ dudando en irse a Alemania, yo le animo a embarcarse en la aventura. La experiencia es muy buena¡±, asegura Ra¨²l, director t¨¦cnico de la citada compa?¨ªa.
La avalancha de j¨®venes a las puertas de academias e institutos oficiales para aprender alem¨¢n ¡°est¨¢ justificada¡±, seg¨²n Ainhoa, gerente de la firma, porque el potente germano ¡°ofrece muchas posibilidades y trabajo seguro¡±. ¡°Los vascos somos muy dados a echar ra¨ªces, a estar junto a la familia y los amigos¡±, le apunta Ra¨²l, ¡°pero eso nos resta competitividad. Ahora se presenta una buena ocasi¨®n para salir, porque la situaci¨®n aqu¨ª no es buena¡±.
Un a?o antes de terminar en 1998 la carrera de Ingenier¨ªa en Tecnun-Universidad de Navarra, Ainhoa y Ra¨²l ¡ªen la actualidad tienen 37 a?os¡ª comenzaron a enviar sus curr¨ªculos a las principales empresas alemanas que encontraron en Internet: Bosch, Siemens, Bayern... ¡°Nuestra sorpresa fue que nos ofrec¨ªan trabajo, alojamiento...¡±, recuerda Ainhoa. Aceptaron la de Siemens, despu¨¦s de que el director de un departamento de esta multinacional llamara personalmente a casa de Ra¨²l. ¡°Nos encontramos en otro mundo. Fue un shock, porque nuestro centro de trabajo era como una ciudad con 15.000 ingenieros juntos haciendo programas. Sol¨ªamos comentar que ser¨ªa bueno contar con algo as¨ª en San Sebasti¨¢n¡±, comenta la gerente. Era la ¨¦poca en que Alemania dispar¨® la contrataci¨®n de ingenieros de todo el mundo, antes del batacazo de las <CF1001>puntocom, en 2001. No necesitaron apuntarse a una academia, porque hab¨ªan cursado sus estudios b¨¢sicos en el Colegio Alem¨¢n.
Ainhoa Lete y Ra¨²l Navas dirigen en San Sebasti¨¢n la firma BuntPlanet
All¨ª encontraron un pa¨ªs con ¡°grandes proyectos¡±, que ¡°apoya la investigaci¨®n¡± y tiene ¡°muchos recursos¡±, adem¨¢s de una ¡°potent¨ªsima capacidad organizativa¡±, seg¨²n Ainhoa. Y Ra¨²l agrega: ¡°Est¨¢n impulsando todo lo relacionado con la ciencia y la investigaci¨®n, la creaci¨®n de nuevos productos, y eso va a seguir. Necesitan ingenieros, f¨ªsicos, qu¨ªmicos, inform¨¢ticos... Aqu¨ª deber¨ªamos hacer lo mismo. Tenemos que ser capaces de atraer talento del extranjero. Es bueno que la gente se vaya, porque la rotaci¨®n es necesaria, pero es interesante que gente de fuera venga y nos aporte otra visi¨®n, como est¨¢n haciendo los alemanes¡±.
A los tres a?os de estancia, decidieron alumbrar su aventura empresarial: ¡°Planteamos la idea directamente a Siemens, les pareci¨® bien y creamos la empresa, con domicilio social en San Sebasti¨¢n aunque trabaj¨¢bamos desde Alemania, porque nuestro principal cliente fue Siemens¡±.
¡°Para trabajar en Alemania no es imprescindible saber su idioma¡±
BuntPlanet era en su inicio ¡°un ordenador colocado en la esquina de una habitaci¨®n¡±. En 2002 decidieron poner fin a la etapa germana e instalarse en la capital guipuzcoana. En la actualidad, con 21 empleados de m¨¢xima cualificaci¨®n, han logrado consolidar la firma, que desarrolla productos software para empresas de telecomunicaciones, transporte y relacionadas con el medio ambiente para la gesti¨®n del agua, los residuos, la energ¨ªa¡ Quieren ampliar su negocio al sector de la salud, donde ¡°hay mucho por hacer¡±, dice Ainhoa.
Ante la fiebre por el alem¨¢n, echan la mirada a su pasado y se encuentran con la paradoja de que ¡°para trabajar en Alemania no es imprescindible saber su idioma¡±, asegura Ra¨²l, ¡°aunque facilita mucho las cosas¡±, replica ella: ¡°En el trabajo se habla en ingl¨¦s, sobre todo en empresas como la nuestra, con un componente t¨¦cnico muy alto y trabajadores de todas las partes del mundo. Es verdad que el alem¨¢n ayuda a integrarse, hacer amigos y entender su cultura, y ellos agradecen¡±. Ellos, los alemanes, son ¡°gente muy hospitalaria, a la que le encanta hablar espa?ol¡±.
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