¡°He visto cosas horribles y escribo como terapia¡±
¡°Me interesan los cr¨ªmenes cuando se convierten en algo natural¡±, afirma el escritor sueco
Jens Lapidus lleg¨® a la literatura a trav¨¦s de la abogac¨ªa, su profesi¨®n. Dice que escribe como terapia por las ¡°cosas horribles¡± que ve en los casos que defiende. Alcanz¨® el ¨¦xito con la trilog¨ªa negra de Estocolmo, cuya primera parte, Dinero f¨¢cil, han le¨ªdo m¨¢s de 600.000 personas en Suecia, su pa¨ªs. Ayer particip¨®, en Bilbao, en una mesa redonda titulada Crimen y novela.
Pregunta. ?Por qu¨¦ un abogado penalista de ¨¦xito sin vocaci¨®n literaria decide de pronto escribir novelas?
Respuesta. Fue una chispa. Asist¨ª a un juicio a tres j¨®venes acusados de robo con violencia en un apartamento. Tras dos d¨ªas escuchando a testigos, acusados y v¨ªctimas, la jueza les pregunt¨® c¨®mo se ve¨ªan dentro de cinco a?os. Quer¨ªa saber simplemente si ten¨ªan ambici¨®n para cambiar sus vidas. Pues bien, los chicos se pusieron de pie y empezaron a gesticular y gritaron a la mujer que no entend¨ªa nada, que ellos ven¨ªan de un mundo que era violento y eran consecuentes con eso. Esa noche fui a casa, encend¨ª el ordenador y escrib¨ª mi primer texto de ficci¨®n. De eso hace casi siete a?os.
Perfil
Jens Lapidus (Estocolmo, 1974) es abogado penalista de profesi¨®n y escritor de novela negra desde 2006. Casado y padre de dos hijos, est¨¢ considerado como el mejor autor del g¨¦nero de la nueva hornada sueca. El ¨¦xito le lleg¨® con su trilog¨ªa negra de Estocolmo (Suma de letras), que contiene Dinero f¨¢cil, Nunca la jodas y Una vida de lujo.
P. Un comienzo accidental.
R. No escrib¨ª desde el punto del investigador o una de las v¨ªctimas, sino a trav¨¦s de los ojos de uno de los criminales. Pens¨¦ que si hay personas que ven natural robar y atacar a otros, ten¨ªa que ser interesante contarlo.
P. En su caso, la novela negra era el ¨²nico camino.
R. S¨ª, por mi trabajo. No habr¨ªa escrito estas historias sin mis antecedentes profesionales. Pero mis libros son tambi¨¦n una reacci¨®n contra las novelas policiacas escandinavas tradicionales de, por ejemplo, Henning Mankell. En ellas hay un polic¨ªa, detective o fiscal que investiga un delito, casi siempre un asesinato. En mis libros trato de ir m¨¢s all¨¢ de esas fronteras, intento dar la vuelta a la tradici¨®n. Mis personajes principales son delincuentes, no detectives, y el misterio no est¨¢ en el asesino, sino en los propios cr¨ªmenes.
P. ?Sus novelas son fruto de un desencanto con la justicia?
R. No estoy desencantado, pero es cierto que psicol¨®gicamente necesitaba hacer terapia. Como abogado he visto cosas horribles. Aunque con el tiempo te haces duro y te proteges con una coraza, te afecta. Tengo colegas que visitan a un psiquiatra y le hablan. Yo escribo; es mi terapia.
Me interesan los cr¨ªmenes cuando se convierten en algo natural¡± Jens Lapidu
P. ?Dejar¨¢ de escribir cuando no necesite esa terapia?
R. No. Seguir¨¦ escribiendo. Lo necesito. Me encanta. Siento una libertad total y completa. Necesito esa parte creativa en mi vida. Mi trabajo como abogado es muy formal y estricto, de seguir unas reglas. Escribir, en cambio, es un acto libre. Me gustan las dos cosas y, de momento, las seguir¨¦ compaginando.
P. ?Qu¨¦ es lo que m¨¢s le interesa de los criminales?
R. Cuando trato de justificar un delito. Cuando pienso que yo tambi¨¦n har¨ªa lo mismo en esa situaci¨®n, cuando lo entiendo, cuando llego a la conclusi¨®n de que era lo ¨²nico que se pod¨ªa hacer. Me interesan los cr¨ªmenes cuando se convierten en algo natural. Intento ponerme en la piel del delincuente durante al menos un par de segundos y sentir que lo que ¨¦l ha hecho lo podr¨ªa haber hecho yo.
P. ?Todos podemos ser criminales?
R. Eso creo. La cuesti¨®n es hasta qu¨¦ punto la situaci¨®n es extrema. Es algo eterno: la libertad de elecci¨®n frente a qui¨¦nes somos, a la responsabilidad de la sociedad. Mis personajes no se ven obligados a cometer un crimen. Tienen libertad de elecci¨®n. Pese a ello, cometen ese delito. Entonces, ?a qui¨¦n hay que culpar? Ha habido un cambio en la percepci¨®n de la delincuencia. A finales de los 70 y comienzos de los 80, se ve¨ªa como un problema de la sociedad y de cada individuo. Ahora, solo se contempla como un problema del individuo. Hace 30 a?os, el 70% de los asesinos no iba a la c¨¢rcel, sino a un hospital. Hoy es solo un 20%. ?Es que los asesinos de entonces estaban m¨¢s enfermos?
P. En sus novelas muestra una Suecia tenebrosa, opuesta a la imagen que se tiene aqu¨ª del pa¨ªs. ?Existe realmente?
R. Todo existe. Tenemos los mismos problemas que cualquier otro pa¨ªs, con crimen organizado, violencia, j¨®venes empujados a las drogas¡ Dicho eso, es un buen lugar en el que vivir.
P. Reconoce haberse inspirado mucho en James Ellroy, del que aprendi¨® el lenguaje rev¨®lver.
R. Es un lenguaje duro, que refleja las cosas con un ritmo r¨¢pido, agresivo. Crea un impacto doble al lector. Tiene m¨¢s fuerza. Frases muy breves, a veces de una palabra. Rapidez. Cuando envi¨¦ a Ellroy mi primera novela, pens¨¦ que me iba a responder que le copiaba, pero le encant¨®.
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