Uno m¨¢s uno suman cuatro o, tal vez, cinco
M¨¢s de tres horas de show ininterrumpido con un despliegue t¨¦cnico de gran envergadura
Uno y uno suman dos. Como m¨ªnimo eso aseguran los matem¨¢ticos pero, en los ¨²ltimos tiempos, andan por ah¨ª un par de p¨¢jaros dispuestos a poner en entredicho incluso esas rigurosas verdades cient¨ªficas. Lo l¨®gico ser¨ªa suponer que un concierto de Serrat y Sabina al alim¨®n ser¨ªa m¨¢s o menos como un concierto de Serrat y otro de Sabina o casi con seguridad un poco menos (la experiencia con parejas antinaturales anteriores as¨ª lo dicta) pero no. Serrat y Sabina se lo han montado a lo grande y puestos a romper con todo se llevan por delante hasta los asertos matem¨¢ticos y demuestran que, en su caso, uno m¨¢s uno suma tres o cuatro o, para los muy entregados, hasta m¨¢s de cinco.
Serrat y Sabina
M?SICA
Joan Manuel Serrat y Joaqu¨ªn Sabina: Dos p¨¢jaros contraatacan.
Palau Sant Jordi, 13 de septiembre.
Lo dejaron claro en su primer concierto ante un Palau de Sant Jordi lleno (las entradas para su segunda actuaci¨®n de ayer viernes estaban tambi¨¦n agotadas). M¨¢s de tres horas de show ininterrumpido con un despliegue t¨¦cnico de gran envergadura, una orquesta magn¨ªfica y, sobre todo, un pu?ado de canciones compartidas de gran eficacia y que, en su mayor¨ªa, forman ya parte del imaginario colectivo. A pesar de ser un espect¨¢culo de canci¨®n tanto da que sus dos protagonistas no luzcan ya sus voces de anta?o, lo compensan con muchas m¨¢s tablas y una enorme capacidad para meterse al p¨²blico en el bolsillo. Y el p¨²blico apretujado en esos dos bolsillos canta, r¨ªe, grita y, sin muestra alguna de cansancio, parece pas¨¢rselo de maravilla.
Serrat y Sabina saben que han conseguido romper con las matem¨¢ticas y explotan el invento al m¨¢ximo, hasta extraerle todo el jugo, llevando la complicidad hasta sus ¨²ltimas consecuencias en largos parlamentos sat¨ªricos y constantes colaboraciones cantadas. Y funciona a la perfecci¨®n aunque podr¨ªamos habernos ahorrado alguno de los discursos que m¨¢s que un chiste alargado parec¨ªan una sesi¨®n de psicoan¨¢lisis dom¨¦stico.
El primer concierto barcelon¨¦s de la gira Dos p¨¢jaros contraatacan se sald¨®, pues, con ¨¦xito, un gran ¨¦xito. Comenz¨® con casi media hora de retraso cuando dos pajarracos negros y con bomb¨ªn hicieron de maestros de ceremonias desde la enorme pantalla de v¨ªdeo presentando a los dos cantautores, tambi¨¦n de negro y con bomb¨ªn, que ya desde el primer tema quisieron dejar claro su compadreo reparti¨¦ndose estrofas y haciendo burla constante, el uno del otro y ambos de cualquier que se movieran a su alrededor, desde el gobierno hasta la iglesia pasando, c¨®mo no, por los medios de comunicaci¨®n.
Y as¨ª transcurrieron las tres horas. Muchos chistes, muchas bromas, alg¨²n paso de claqu¨¦ por parte de Sabina, intentos de malabarismos de sem¨¢foro por la de Serrat, un entorno soberbio con pantallas de v¨ªdeo muy bien resueltas para cada canci¨®n y cientos de luces cambiantes y multicolores, una orquesta de altos vuelos con algunos pesos pesados de nuestro panorama (Ricard Miralles, Kitflus, David Palau, Pancho Varona) y Serrat y Sabina en su salsa.
Recuperaron temas de su ¨²ltimo disco pero centraron el peso de su actuaci¨®n en las viejas y entra?ables canciones que fueron compartiendo. Se sucedieron los momentos ¨¢lgidos, v¨ªdeos muy bien realizados, una desternillante introducci¨®n a La orquesta del Titanic le¨ªa en off por Marcos Mundstock, Sabina cantando en catal¨¢n Paraules d¡¯amor o todo el p¨²blico del Sant Jordi en pie cantando a Machado, los dos cantautores reparti¨¦ndose Esos locos bajitos, Mediterr¨¢neo, Para la libertad, La del pirata cojo, ...
En fin, una noche completa para cualquier serratista sabiniano.
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