Part¨ªculas fundamentales
No todo iban a ser disgustos. Este 2012 nos est¨¢ dejando tambi¨¦n noticias que alegran porque, entre otras cosas, ensanchan el horizonte. Como el hallazgo del bos¨®n de Higgs, que viene a confirmar lo que la F¨ªsica ya esperaba: la existencia en el Universo de un no vac¨ªo, de un campo con cuyo roce las part¨ªculas elementales pueden adquirir masa y volverse materia junta, o unirse en la materia que ha ido formando el mundo tal como lo conocemos.
El valor de este hallazgo cient¨ªfico debe de ser colosal, a juzgar por la repercusi¨®n informativa que ha tenido. Pero creo que su valor de representaci¨®n del tejido social es tambi¨¦n estimable. Porque, ?no es acaso la democracia precisamente eso, un campo de interrelaci¨®n entre ciudadanos o un ¡°gel¡± de part¨ªculas ciudadanas de cuyo contacto nace la sustancia social, la materia junta de la convivencia? ?Y no es una responsabilidad fundamental de la democracia el que esa sustancia junta lo sea justamente en igualdad de derechos y deberes y en equilibrio de oportunidades? Creo que s¨ª y que por eso, m¨¢s all¨¢ de sobresaltos contables, vivimos un momento cr¨ªtico. Porque mientras se confirma el campo de la uni¨®n c¨®smica, el de la uni¨®n social se ve cada vez m¨¢s comprometido, m¨¢s fragilizado, m¨¢s amenazado de desintegraci¨®n entre nosotros.
A los cient¨ªficos les ha costado mucho, varios decenios, hallar el bos¨®n de Higgs, la llamada, por su conexi¨®n con el origen de la materia, ¡°part¨ªcula de Dios¡±. No me parece exagerada ni inoportuna la iron¨ªa de imaginar que les costar¨ªa mucho m¨¢s encontrar alguna forma de part¨ªcula humana, vinculada sin duda al origen de la materia democr¨¢tica, en muchos de los gestos pol¨ªticos que nos dedica la actualidad.
?D¨®nde est¨¢, por ejemplo, esa part¨ªcula en el ¡°que se jodan¡± (QSJ) con que una diputada del PP apoyaba recientemente en sede parlamentaria la supresi¨®n de un subsidio, que es de estricta supervivencia, para los desempleados? Y quisiera recordar que en los albores de la definici¨®n democr¨¢tica la Roma cl¨¢sica afirmaba con la frase Senatus Populusque Romanus (SPQR), que el Senado estaba con el pueblo. La comparaci¨®n entre las siglas de entonces y ¨¦stas de ahora habla por s¨ª sola del sitio que para algunos corresponde a la ciudadan¨ªa en el Parlamento. ?Y d¨®nde encontrar esa part¨ªcula en la afirmaci¨®n de que con m¨¢s de 5.000 euros al mes uno las ¡°pasa canutas¡± para vivir? ?O en la decisi¨®n de no atender las necesidades sanitarias de los inmigrantes en situaci¨®n irregular cuya vulnerabilidad es, por ello, m¨¢xima? Y, sin embargo, creo que sin esas part¨ªculas b¨¢sicas de consideraci¨®n por lo humano no hay campo social; el gel de las relaciones ciudadanas se vuelve una pasta dura, injusta, incapaz de sustentar una democracia digna de ese nombre. Y, por eso, la vida p¨²blica y la solvencia de los pol¨ªticos debe verse como nunca a la aclaradora luz de esas part¨ªculas elementales, fundamentales, de humanidad.
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