Diecis¨¦is miradas sobre la paz
¡®Mariposas en el hierro¡¯ inaugura la secci¨®n de cine vasco del certamen El filme aborda la experiencia de varias mujeres frente a la violencia
Mariposas en el hierro es una reflexi¨®n coral sobre la violencia contra las mujeres y su superaci¨®n, a 16 voces, 15 de ellas y un hombre. El documental se estren¨® ayer en el Festival Internacional de Cine de San Sebasti¨¢n, dentro de la secci¨®n Zinemira, y a pesar de que su proyecci¨®n coincidi¨® con la gala inaugural, la producci¨®n agot¨® las entradas de su primer pase, y las de los otros dos que tiene programados. El trabajo lo firma la periodista Bertha Gaztelumendi, su primera incursi¨®n en el mundo del cine, y a¨²na el testimonio de v¨ªctimas de ETA, los GAL o la violencia de g¨¦nero.
Gaztelumendi supo desde un primer momento, desde que el Centro Internacional de Innovaci¨®n en Pol¨ªticas de Igualdad le encarg¨® la realizaci¨®n de un documental sobre las mujeres y la paz, que deb¨ªa recoger las voces de diferentes v¨ªctimas, de diversos tipos de violencia, y no en exclusiva centrar el trabajo en el terrorismo. Porque no por el hecho de que no haya asesinatos y atentados, la paz de por s¨ª existe, sino que hace falta construir una sociedad en la que cualquier abuso no sea tolerado, explica la realizadora.
La cinta arranca con el testimonio de Tamara Muruetagoiena, hija de Esteban, un m¨¦dico de Oiartzun que falleci¨® despu¨¦s de ser detenido por un ataque al coraz¨®n. ¡°Los derechos humanos deben ser un contrato como sociedad. Hay que defenderlos para todos. El problema que hay detr¨¢s de los dos lados es que no se ve el sufrimiento ajeno, hay que salir del cascar¨®n¡±, reflexiona Muruetagoiena, que no supo hasta los 18 a?os todos los aspectos que rodearon el fallecimiento de su padre porque su familia se lo quiso ocultar. Un detalle este ¨²ltimo quiz¨¢s m¨¢s pr¨®ximo a las v¨ªctimas de ETA y al silencio que en muchos casos ha rodeado algunos asesinatos.
El documental recoge
Siguen al testimonio de la hija de Muruetagoiena la voz de Asun Casasola, la madre de Nagore Laffage, v¨ªctima de la violencia machista, que recorre las aulas de Euskadi concienciando a los j¨®venes contra el maltrato hacia las mujeres. La cinta tambi¨¦n recoge la historia de afectadas por los desahucios, de pol¨ªticas de diverso signo que se unieron en la iniciativa Ahotsak, de la intemperie como destino de muchas inmigrantes o el relato de una madre con sus dos hijos presos y los kil¨®metros recorridos para verles.
La realizadora se encontr¨® con la historia ¡°de mujeres individuales, que hab¨ªan sido capaces de trazar un sendero de paz y de justicia, mostrando una altura de miras incre¨ªble¡±, detalla. Y de las que admira la valent¨ªa y fuerza. ¡°Es her¨®ico, porque a una v¨ªctima, a ninguna, nadie les puede decir que perdonen o no, cada una sobrevive de la forma que puede. Pero me parece que la actitud de esas personas es para aplaudirla, es algo fuera de lo normal, una superaci¨®n extraordinaria¡±, apunta la cineasta.
La cinta se completa con las voces de varios expertos y la mirada de tres mujeres. Dos v¨ªctimas de ETA, y otra de los GAL. Rosa Rodero, viuda del sargento de la Ertzaintza Joseba Goikoetxea, y Carmen Hern¨¢ndez, esposa del conejal de PP Jos¨¦ Maria Pedrosa, asesinado en 2000. Las dos cuentan la pesadez de ciertos homenajes, la soledad de algunas v¨ªctimas, las muchas veces que se plantearon luchar para qu¨¦ o el perd¨®n que Hern¨¢ndez confiesa haber dado a los que tanto da?o le hicieron porque ¡°por mis convicciones era la ¨²nica forma de sentirme bien¡±. Para terminar con las palabras de Edurne Brouard, hija del dirigente de HB asesinado por los GAL y su experiencia en encuentros con v¨ªctimas de ETA.
Las diversas voces recorren a lo largo del documental visualmente hablando un camino que arranca en la oscuridad y al final comienza a entrever el horizonte infinito del mar. De la fragua oscura y crepitante en la que la hija de una v¨ªctima de los abusos policiales comienza a explicar por qu¨¦ muri¨® su padre al puerto de Bilbao, pr¨®ximo a un futuro nuevo, pasando por un mercado, ¡°el lugar de negociaci¨®n por antonomasia, donde se habla, discute y pacta¡±.
Un reto tanto para Gaztelumendi, excorresponsal de ETB en Am¨¦rica Latina, y su primer largo, escrito en abril, rodado entre mayo y junio y presentado para el Zinemaldia a tres horas de que finalizara el plazo, como para la sociedad vasca en su conjunto.
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