Los indignados buscan su sitio
Diferentes voces del 15-M en Madrid esbozan c¨®mo se encuentra el movimiento Algunos defienden el trabajo en los barrios; otros reclaman la unidad de la acampada Sol
¡°Los indignados pensamos que hab¨ªamos generado mucho movimiento ciudadano pero no era para tanto. El panorama ser¨ªa muy distinto sin los recortes del Gobierno, que son los que realmente han conseguido que todo el mundo salga a la calle¡±. ¡°Hemos dejado de creer que ¨¦ramos el 99 por ciento, como dec¨ªa aquel eslogan de Occupy Wall Street, que defend¨ªa que la indignaci¨®n representaba a toda la sociedad. No llegamos ni al 22 por ciento¡±. ¡°Hay asambleas que funcionan y otras que no¡±. ¡°Hay quien piensa que la unidad es que estemos todos juntos en una plaza como en Sol. Para m¨ª, el 15-M son los barrios¡±. ¡°El esp¨ªritu de la acampada se ha extrapolado a cualquier colectivo que lucha contra el desmantelamiento del Estado de Bienestar¡±.
Detr¨¢s de cada cita hay un indignado que participa activamente en el movimiento desde sus or¨ªgenes pero que no quiere revelar su verdadero nombre ni sus apellidos. Las ideas recogidas en el primer p¨¢rrafo son contradictorias pero en su conjunto conforman una especial radiograf¨ªa de c¨®mo se encuentra el 15-M en Madrid. Un a?o y cuatro meses despu¨¦s de que se prendiera la llama del descontento social, algunos de los activistas de la #spanishrevolution pretenden dar un salto m¨¢s arriesgado.
El pr¨®ximo martes, la Coordinadora 25-S y la Plataforma en Pie, integradas por partidos de izquierda radical (Partido Comunista o Izquierda Anticapitalista, entre otros) y miembros del 15-M planean llevar a cabo una manifestaci¨®n simb¨®lica rodeando el Congreso de los Diputados en la que exigir¨¢n la destituci¨®n del Gobierno y la apertura de un proceso constituyente. Los activistas defienden que se trata de una ¡°acci¨®n de desobediencia civil pac¨ªfica¡± y que no impedir¨¢n el tr¨¢nsito de los diputados. La delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes, ha advertido que esta convocatoria vulnera el art¨ªculo 494 del C¨®digo Penal, que proh¨ªbe cualquier manifestaci¨®n en el Congreso que altere el funcionamiento de su actividad parlamentaria. Ante la petici¨®n de un ciudadano que responde a las iniciales R. O. G. R., y que solicit¨® permiso manifestarse el pr¨®ximo martes, Cifuentes ha autorizado finalmente varias concentraciones en las inmediaciones del Congreso.
Un primer comunicado de Plataforma en Pie propon¨ªa la disoluci¨®n de las Cortes y la ¡°convocatoria inmediata¡± de elecciones generales. En el ¨²ltimo mes, y tras la incorporaci¨®n de otros colectivos, han rehecho su propuesta, rebajando notablemente el tono: ¡°Tenemos claro que contamos con representatividad social, nuestro inter¨¦s es seguir dinamizando el debate¡±, afirman. ?Cu¨¢ntos manifestantes asistir¨¢n el martes? Para ellos tambi¨¦n es un misterio. Lo ¨²nico que saben es algo tan vacuo como que 47.000 personas han mostrado su apoyo en Facebook. Polic¨ªa Nacional estima que ser¨¢n unos pocos.
¡°El 15-M ha impregnado todas las movilizaciones sociales¡±
"?Que no, que no, que no nos representan!", gritaban los m¨¢s de 200 sanitarios cuando los agentes antidisturbios les conminaron a recoger las tiendas de campa?a que hab¨ªan desplegado en la entrada principal del Hospital La Paz. El pasado 13 de septiembre, la Coordinadora de Hospitales y Centros Sanitarios, junto a varias asambleas del 15-M, asociaciones de vecinos y de inmigrantes organizaron una acampada de 24 horas frente a La Paz para protestar por los recortes en la sanidad p¨²blica. El esp¨ªritu de la Puerta del Sol se traslad¨® por un d¨ªa al hospital, donde las batas blancas, verdes y amarillas del personal sanitario sustituyeron a los "perroflautas". Algunas de las manifestaciones celebradas en la capital repiten las mismas proclamas de los indignados; adoptan el m¨¦todo asambleario, inclusivo y horizontal, no descubierto pero s¨ª actualizado por el 15-M. "Por primera vez la gente se ha dado cuenta de que pueden hacer cosas al margen de asociaciones tradicionales. El 15-M nos ha recordado que se puede luchar con tu vecino y con el de al lado. Por tanto, es l¨®gico que la manera de hacer del movimiento se haya extrapolado al resto de colectivos que est¨¢n saliendo a la calle para protestar contra los recortes. Es un m¨¦todo que ha funcionado", explica ?ngeles D¨ªez, una soci¨®loga af¨ªn al movimiento y miembro de la plataforma de trabajadores de la Universidad Complutense de Madrid. Para Jes¨²s Ja¨¦n, celador del Hospital La Princesa e indignado, el 15-M ha impregnado todas las movilizaciones sociales con sus lemas, su filosof¨ªa y su manera de tomar las calles. "?De norte a sur, de este a oeste, la lucha sigue, cueste lo que cueste!", coreaban los miles de desempleados procedentes de diferentes puntos de Espa?a al llegar a Madrid, el pasado 22 de julio para manifestarse contra la falta de pol¨ªticas de empleo. Un a?o antes, fueron los indignados los que recorrieron el mapa del pa¨ªs para trasladar la indignaci¨®n a todos los rincones.
¡°Aunque s¨¦ de gente que va a venir pero no quiere decirlo en redes sociales¡±, afirma Antonio L¨®pez, simpatizante del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT). Otra activista, por su parte, afirma que querr¨ªa asistir pero que no lo har¨¢ por medio a ser multada. La polic¨ªa ha movilizado a 1.350 agentes antidisturbios y establecer¨¢ varios per¨ªmetros de seguridad alrededor del Congreso. Pero no todos los indignados no se han sumado ni mucho menos a la convocatoria. Las asambleas de Sol, Carabanchel, Villaverde, Vallecas o San Blas son algunas de las que se han desvinculado. Las de Chamber¨ª, Lavapi¨¦s, Vic¨¢lvaro o Rivas, entre otras, apoyan la acci¨®n.
¡°El 25-S era la oportunidad que ten¨ªa el 15-M de volver a mostrarse unido pero no hemos sido capaces de ponernos de acuerdo¡±, lamenta un abogado af¨ªn al movimiento. En su opini¨®n, la lucha se ha vuelto a parcelar y esto se debe, en parte, a que las diferentes asambleas, comisiones y grupos de trabajo son ¡°agentes pol¨ªticos¡± con autonom¨ªa propia, lo que dificulta organizar acciones conjuntas.
En ciertos sectores del movimiento se habla de un des¨¢nimo generalizado debido a la p¨¦rdida de fuelle de las ¨²ltimas manifestaciones convocadas por grupos afines al 15-M. El pasado seis de septiembre, Democracia Real Ya Madrid (DRY) convoc¨® una protesta para dar una bienvenida simb¨®lica a la canciller alemana, Angela Merkel, a la que asistieron entre 500 y 1.000 indignados. Nada que ver con los miles de indigados que tomaban las calles de Madrid un a?o antes. ¡°Tanta manifestaci¨®n espont¨¢nea ha desgastado al movimiento. En este primer a?o lo m¨¢s com¨²n era irte a casa con unas cuantas multas sin conseguir nada¡±, asegura Javi, integrante de asamblea Sol que pide que no se publique su apellido. Una miembro de DRY reconoce que el 15-M est¨¢ en plena transformaci¨®n: ¡°Ha habido momentos en los que hemos perdido el norte. Pero cada d¨ªa los indignados nos vamos conociendo mejor y estamos trazando una red de ciudadanos unidos contra los recortes de los derechos b¨¢sicos¡±.
Los cambios han afectado a DRY, uno de los promotores del 15-M. En apenas un a?o, este grupo ha perdido fuerza. Tras el enfrentamiento fratricida que sufri¨® el colectivo la pasada primavera, miembros de DRY Madrid reconocen que aunque muchos de sus integrantes han abandonado el proyecto, siguen trabajando en el movimiento. Jon Aguirre, uno de sus activistas m¨¢s destacados, admite su desvinculaci¨®n ¡°natural¡± del grupo.
Para el soci¨®logo experto en cambio social, Alesandro Gentile, el concepto 15-M ya ha pasado de moda. ¡°Los indignados tuvieron su momento de protagonismo en la acampada de Sol. Ahora se est¨¢ gestando un colectivo reticular que ha expandido la indignaci¨®n a trav¨¦s de las redes sociales. Y esta transformaci¨®n hace que el movimiento est¨¦ m¨¢s vivo que nunca. Un mismo ciudadano forma parte de esa red como funcionario, m¨¦dico, o profesor, pero ya no habla como un indignado, sino como un afectado m¨¢s¡±, explica.
De hecho, en cualquier manifestaci¨®n o plataforma surgida a ra¨ªz de la crisis, es f¨¢cil encontrar activistas que tocan todos los palos. Uno de los manifestantes que llev¨® su tienda quechua al Hospital La Paz para manifestarse contra los recortes en sanidad el pasado 13 de septiembre fue Jes¨²s Ja¨¦n, celador en el Hospital La Princesa. Es vecino de Carabanchel y participa en la asamblea del barrio. Tambi¨¦n es miembro de la Coordinadora de Hospitales y Centros sanitarios de Madrid contra los recortes en la salud p¨²blica. ?ngeles D¨ªez es profesora de Sociolog¨ªa, est¨¢ afiliada a un sindicato, participa en la asamblea del Barrio del Pilar y en la Plataforma de Trabajadores de la Universidad Complutense de Madrid en defensa de la educaci¨®n p¨²blica.
El 15-M, presente en diferentes luchas sociales
La defensa de los derechos sociales b¨¢sicos siempre ha sido una de las principales preocupaciones de los indignados. Los recortes a funcionarios, profesores, m¨¦dicos, mineros o ferroviarios, por ejemplo, han hecho que en los ¨²ltimos meses el 15-M haya suscrito las reivindicaciones de estos colectivos. En otras ocasiones, el movimiento ha impulsado luchas que apenas ten¨ªan visibilidad, como es el caso de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. ¡°El a?o pasado, el 15-M aglutinaba movimientos sociales que se alimentaban de su fuerza pero eso ya se ha perdido. Puede que ahora sea el movimiento el que se alimente de la lucha de otros¡±, sostiene un indignado.
¡°El 25-S era la oportunidad que ten¨ªa el 15-M de volver a mostrarse unido pero no hemos sido capaces de ponernos de acuerdo¡±, asegura un abogado af¨ªn al movimiento.
La creaci¨®n del grupo de apoyo a los mineros, su participaci¨®n en la marcha de desempleados; las acciones de solidaridad con los jornaleros del SAT, denunciados tras asaltar varios hipermercados en agosto, y su apoyo al alcalde de Alburquerque, ?ngel Vadillo, en huelga de hambre durante 91 d¨ªas en defensa de las luchas renovables, son algunas de las luchas que han hecho suyas.
Otra acci¨®n que han apoyado ha sido la manifestaci¨®n del pasado s¨¢bado, 15-S, convocada por los sindicatos mayoritarios junto a 150 asociaciones civiles para protestar contra los recortes del Gobierno.El 15-M asisti¨® a la concentraci¨®n en una marcha propia a la que dieron el nombre de ¡°bloque cr¨ªtico¡±, para dejar claro su rechazo a los sindicatos mayoritarios. Julio, un administrativo de 34 a?os y miembro de Huelga General, de la asamblea de Sol, formado por una decena de indignados, reconoce que no fue f¨¢cil consensuar la participaci¨®n del 15-M en las convocatorias de los sindicatos mayoritarios. Sin embargo, la relaci¨®n con los minoritarios (CGT, Solidaridad Obrera o CNT) es m¨¢s fluida porque tambi¨¦n son asamblearios y tienen una estructura horizontal.
Desde CC OO se vio positivamente la participaci¨®n de los indignados en la Cumbre Social. Tanto sindicatos mayoritarios como los grupos municipales de IU y PSOE en el Ayuntamiento de la capital celebran que el 15-M, adem¨¢s de impulsar la movilizaci¨®n social, participe en las movilizaciones contra las pol¨ªticas del Gobierno. Paco Naranjo, secretario de comunicaci¨®n de CC OO, reconoce que muchos de sus afiliados participan a ¡°t¨ªtulo individual¡± en el movimiento. ¡°Si algo hemos aprendido del 15-M es que hay que estar m¨¢s en la calle y menos en los despachos¡±, asegura.
En la regi¨®n hay aproximadamente unas cien asambleas. Villaverde, Lavapi¨¦s, Sol, Vic¨¢lvaro o San Blas son algunas de las que tienen mayor participaci¨®n. Otras, sin embargo est¨¢n m¨¢s rezagadas. Jorge, miembro de la de Carabanchel (255.000 habitantes), afirma que el n¨²mero de participaci¨®n en su asamblea oscila entre los 50 y los 100 vecinos. Las comisiones tratan los temas que m¨¢s les afectan: vivienda, servicios p¨²blicos, econom¨ªa y trabajo. ¡°Seamos sinceros, algunas funcionan y a otras solo van cuatro gatos que adem¨¢s resultan ser siempre los mismos¡±, sentencia S.D, la fot¨®grafa que ha retratado la #spanishrevolution. Cristina Cifuentes, afirma que la actividad del 15-M en los barrios no representa a toda la ciudadan¨ªa: ¡°Estar en la calle no significa estar m¨¢s cerca de los ciudadanos. La verdadera representaci¨®n est¨¢ en las Cortes y en los ayuntamientos¡±, sostiene. El soci¨®logo Alesandro Gentile considera que si hay algo que el 15-M ha demostrado es que la ¨²nica forma de ¡°alimentar la democracia¡± es a partir del tejido social.
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