Artistas en cuarto creciente
El Circo Price estrena Crece 20.12, un espect¨¢culo con j¨®venes talentos internacionales que sabe bien casi de principio a fin
Hasta anteayer, los oficios del circo se transmit¨ªan de padres a hijos, y de estos a quien, rendido ante la enmara?ada belleza de alguna contorsionista, la segu¨ªa en su aventura equinoccial. Cupido model¨® vocaciones a flechazo limpio. Ahora, los artistas de tradici¨®n familiar compiten con j¨®venes emergidos de escuelas profesionales.
El programa Crece, creado por la escuela Carampa con el apoyo del Circo Price, re¨²ne anualmente a j¨®venes reci¨¦n egresados de centros de toda Europa y de Am¨¦rica y los pone a montar un espect¨¢culo con un director esc¨¦nico. Tan excelente idea, ha tenido en las dos ediciones anteriores resultados irregulares, porque el proyecto art¨ªstico del core¨®grafo que se contrat¨® era m¨¢s ambicioso de lo que pod¨ªa materializarse en los escasos veinte d¨ªas de ensayos que presupuesta el Price.
Este a?o, los responsables de Carampa han encargado el proyecto a Emilio Goyanes, director de la compa?¨ªa granadina Lavi e Bel, especializada en recrear con iron¨ªa n¨²meros del cabaret de anta?o. La jugada no les ha podido salir mejor. En esos 20 d¨ªas (repito: escas¨ªsimos para concertar a profesionales de medio mundo que se ve¨ªan por vez primera), Goyanes, apoyado en la core¨®grafa Michelle Man, ha creado equipo y ha cosido con aguja de plata las transiciones entre solos, d¨²os y tr¨ªos. Crece 20.12 sabe bien casi de principio a fin.
El primer acierto ha sido la selecci¨®n de artistas: casi todos tienen algo singular, un acento vertiginoso o un matiz extravagante. Ellos mismos han creado en tan breve plazo la mayor parte de la m¨²sica de la funci¨®n, de modo que pasan de la pista a la orquesta y viceversa sin soluci¨®n de continuidad. Pero vayamos por partes. Tras un comienzo algo manido en el que cada artista se auto presenta (Pina Bausch dej¨® estas secuelas), se desata un bien orquestado caos de saltos acrob¨¢ticos, para desembocar en un sensible d¨²o de equilibrios mano a mano interpretado por una pareja que aporta un car¨¢cter diferente a esta disciplina cl¨¢sica: en vez de portor herc¨²leo, la portuguesa Ana Jordao, tan menudita, tiene como pareja a Samuel Moos, espigad¨ªsimo y fr¨¢gil como un alambre, con el que intercambia por un momento su papel.
Originales, el d¨²o de Ian V¨¢zquez L¨®pez y Valia Beauvieux con una sola rueda Cyr, y el divertido n¨²mero c¨®mico musical de acrobacias sobre bastones. Los malabares deconstruidos del exc¨¦ntrico Thibaut Lezervant, que cultiva su rareza como otros su huerto, son al circo lo que la nouvelle cuisine a la restauraci¨®n. Estupendas, las variaciones del tr¨ªo de aros chinos, la combinaci¨®n de ligereza y fuerza de Niklas Blomberg en la cuerda y su amoroso d¨²o con la abracadabrante contorsionista pelirroja Ana?lle Molinario. Cada n¨²mero desemboca en el siguiente de manera fluida y sencilla. El tr¨ªo de Rada, Beauvieux y Hobitz en el doble m¨¢stil pone a Crece 20.12 un broche de 24 kilates. Con el talento de este a?o y m¨¢s tiempo y apoyo, Crece podr¨ªa ser un proyecto como para mantenerlo mes y medio en cartel.
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