Independencia ¡®off line¡¯
Forma parte cada vez m¨¢s de nuestra experiencia y/o expectativa el estar on line,conectados, en interrelaci¨®n permanente con personas e informaciones en red, lo que presenta sin duda inconvenientes ¡ªcomo la tentaci¨®n crecida de distraerse¡ª, pero tiene la impagable ventaja de acercarnos al/el mundo, esto es, de liberarnos del peso y los determinismos de nuestra ubicaci¨®n geogr¨¢fica. Hasta hace muy poco tiempo, acceder a prensa extranjera, seguir la vida cultural de otro pa¨ªs o entablar amistad con personas de fuera requer¨ªa desplazarse, lo que no estaba obviamente al alcance de todos. Hoy, gracias a Internet, vivimos, en un sentido literal, en el mundo. Y la relaci¨®n que con el mundo mantengamos, superficial o profunda, est¨¢ tambi¨¦n en nuestras manos. Como lo est¨¢ el poder ¡°personalizar¡± nuestra navegaci¨®n, el liberarla de programas y configuraciones predeterminados. Internet nos ha acostumbrado tambi¨¦n a estar al d¨ªa en las actualizaciones, a desear las ¨²ltimas versiones de todo y un acceso f¨¢cil a manuales de instrucciones y tutoriales.
Estar on line ha cambiado nuestra percepci¨®n del mundo y de las cosas. Y creo que ese cambio debe reflejarse en el enfoque e interpretaci¨®n de cualquier asunto de la actualidad. Por ejemplo, ahora mismo, del planteamiento de independencia de Catalu?a. Lo primero que se percibe es que este proyecto viene sin las adecuadas instrucciones o tutorial. No incluye el plano detallado de la posici¨®n de una Catalu?a independiente en el mundo (?se puede garantizar su permanencia en Europa y el euro?) Tampoco una contabilidad seria de la secesi¨®n ni en lo material ni, desde luego, en lo inmaterial (los previsibles y costosos desgarros ¨ªntimos). Le faltan, en fin, datos imprescindibles para poder decidir en libertad sobre esa independencia. La versi¨®n del programa tampoco est¨¢ actualizada; se aparta abiertamente de la tendencia de ¨²ltima generaci¨®n que es a agrupar (?a estas alturas nuevas fronteras?). Incluso Europa se ha dado cuenta de que no necesita m¨¢s pa¨ªses sino menos, y hacia all¨ª intenta avanzar. Lo est¨¢ haciendo a trompicones, pero se mueve en la l¨ªnea de una mayor unidad pol¨ªtica.
Pero donde creo que el proyecto de Artur Mas est¨¢ m¨¢s off line es en el ¨¢mbito de una identidad anclada en la cl¨¢sica configuraci¨®n territorio-sociol¨®gico-cultural. Cuando la percepci¨®n contempor¨¢nea invita a trascender estos l¨ªmites predeterminados, a ¡°personalizar¡± la barra de tareas de la identidad; a concebirla como la pertenencia no a un lugar, sino a un sistema de valores, principios, compromisos. A la geograf¨ªa moral, por ejemplo, de un modelo pol¨ªtico y social solidario, distinto pues al que el Gobierno de la Generalitat est¨¢ aplicando ahora en Catalu?a. Y tal vez sea ¨¦se el ¨²nico punto en que este planteamiento de independencia se parece a una experiencia en la red: en que invita a distraerse de y no a concentrarse en las verdaderas urgencias ciudadanas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.