¡°Es hip¨®crita que la cotizaci¨®n de la risa est¨¦ tan poco valorada en la literatura¡±
Fernando Savater y Andr¨¦s Trapiello conversan sobre el humor como arma contra la barbarie "Puedes defenderte de un insulto con otro insulto, pero no de un buen chiste. Es poderos¨ªsimo"
Dos escritores, ensayistas y pensadores han dialogado esta noche en Bilbao sobre el humor contra la barbarie. De un lado, Fernando Savater (Donosti, 1947), fil¨®sofo y escritor que destaca en el campo del ensayo period¨ªstico y particularmente, en la lucha civil contra el terrorismo en el Pa¨ªs Vasco. Del otro, Andr¨¦s Trapiello (Le¨®n, 1953), ensayista, escritor, poeta y autor de la colecci¨®n de diarios ¡°Sal¨®n de pasos perdidos¡±. El tema del que debatieron, en una charla fluida y amena, es el leitmotif del Festival de la Risa de Bilbao, que estos d¨ªas se est¨¢ celebrando en la capital vizca¨ªna.
Ambos partieron de la consideraci¨®n de que el humor y la risa tienen una inmerecida mala fama. ¡°La cotizaci¨®n de la risa es m¨ªnima en la literatura¡±, se?al¨® Trapiello, ¡°y es hip¨®crita porque nada se agradece m¨¢s en la vida que un amigo gracioso¡±. Pero el humor, destacaron, es un g¨¦nero popular. Por algo los chistes no nacen, sino que circulan e incluso se mejoran. ¡°Pero el chiste es como la gaseosa, pierde efervescencia una vez se cuenta. El humor tiene fecha de caducidad¡±, opin¨® el leon¨¦s.
¡°Pero si algo est¨¢ claro es que la literatura espa?ola est¨¢ basada en efectos humor¨ªsticos¡±, le contest¨®, raudo como siempre, Fernando Savater, recordando que Voltaire trat¨® de convencer a su amante de que aprendiese espa?ol: ¡°Ella le contest¨® que no iba a aprender una lengua cuya obra principal era un chiste¡±. Y es que en aquel momento, El Quijote de Cervantes era una broma. ¡°Tard¨® m¨¢s de 200 a?os en convencer a la cr¨ªtica de que iba en serio¡±, matiz¨® Trapiello.
Los distintos tipos de humor fueron una constante a lo largo de la hora larga que dur¨® el encuentro. ¡°En la literatura espa?ola encontramos el humor quevedesco, que se r¨ªe de la gente, y el humor cervantino, mas fino, que se r¨ªe con la gente¡±, opin¨® Savater. La risa puede utilizarse como arma contra el poder y la tiran¨ªa, pero tambi¨¦n a modo de humor de la jaur¨ªa, para oprimir al m¨¢s d¨¦bil. ¡°Es poderos¨ªsimo¡±, recalc¨® el fil¨®sofo donostiarra, ¡°porque ante un insulto te puedes defender con otro insulto, pero ante un buen chiste sobre ti no tienes nada que hacer. El rid¨ªculo es la amenaza de la educaci¨®n oriental, m¨¢s que la culpa o el castigo. Por eso los tiranos temen tanto al humor¡±.
Tambi¨¦n tuvo cabida un recuerdo para el humor negro de Chumy Ch¨²mez, Gila o El Roto, ¡°ese que r¨ªe por no llorar¡±. Ante la pregunta de uno de los asistentes al encuentro, Savater tambi¨¦n se apresur¨® a destacar la diferencia entre el humor intencionado, ¡°el que acoge, la iron¨ªa, y el que rechaza, el sarcasmo, pero ambos deliberados¡±, y el humor absurdo, el que hace re¨ªr a los ni?os o a los que se sienten ni?os, como el de los hermanos Marx.
Los dos contertulios mencionaron a algunos autores literarios que eran "maestros" en el arte de hacer malabarismos con los distintos g¨¦neros de la carcajada. Savater nombr¨® a Shakespeare, ¡°un genio de los contrastes¡± y a Cervantes. Trapiello record¨® a Valle-Incl¨¢n: ¡°Luces de bohemia es el insulto m¨¢s pernicioso de la literatura espa?ola¡±, sentenci¨®, ¡°porque la suma de humor y tragedia logran un resultado grotesco¡±.
Savater clausur¨® el encuentro con una frase digna de reflexi¨®n, con la que se quedaron muchos de los presentes que abarrotaron anoche la Sala BBK: ¡°El ideal humano deber¨ªa ser estar contento aunque no se sea feliz y a eso nos ense?a el humor¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.