La crisis empuja la creaci¨®n de peque?as empresas
Convertir una oportunidad en un negocio es el reto que se plantean muchas personas que han sido desalojadas del mundo laboral
Solo Eva Gispert sabe qu¨¦ pens¨® el d¨ªa que perdi¨® su trabajo a los 43 a?os. Corr¨ªa 2009, la crisis llevaba dos a?os dando bofetadas y aquel no era un recorte de empleo muy diferente del resto. En el filo del abismo laboral, las dudas la azotaban. Sab¨ªa que perd¨ªa el buen sueldo y el buen horario que le garantizaba su puesto en el Consejo de Abogados de Catalu?a. Pero en ella conviv¨ªan el miedo por un futuro incierto y el alivio por un pasado que, en realidad, quer¨ªa dejar atr¨¢s. Eva se tom¨® la invitaci¨®n del destino para reinventarse profesionalmente. Hizo un google con su nombre y se asombr¨® de que muchas entradas la vinculaban con temas de adopciones. Ahora, tras un a?o de planteamientos, temores y decisiones, su trabajo se centra en el asesoramiento psicol¨®gico a padres adoptantes. Su particular empresa acaba de empezar. Busca local para instalarse y sondea entre posibles socios para crear alianzas.
El de Gispert es uno de esos proyectos que a¨²na necesidad y oportunidad. El Global Entrepreneurship Monitor (GEM), una instituci¨®n que estudia la emprendedur¨ªa, se?ala que esas son las dos principales plataformas de lanzamiento de los que hoy hemos acabado designando emprendedores, personas que crean su propia empresa. Antes ambos factores avanzaban por caminos divergentes. ¡°El emprendedor es alguien que ve una oportunidad, la convierte en un plan de negocio y la lleva a la pr¨¢ctica no sin un gran esfuerzo personal¡±, se?ala Pedro Nueno, profesor de la escuela de negocios IESE, quien subraya que antes ha de haber ¡°ideas, conocimiento, trabajo¡±.
Sin embargo, la alta tasa de paro con la crisis lo ha cambiado todo. Desde 2011 el grado de emprendedur¨ªa se ha disparado, pero m¨¢s como f¨®rmula para escapar del desempleo. Y es que 7 de cada 10 personas crean su empresa b¨¢sicamente por ese motivo. Y una de cada cuatro lo intentan despu¨¦s de haber estado en las listas del paro, seg¨²n el informe de GEM para Espa?a de 2011. Una evidencia de esa realidad estad¨ªstica es el aumento que ha tenido el uso de la capitalizaci¨®n del paro, la posibilidad de utilizar el subsidio por desempleo para financiar la puesta en marcha de una empresa propia. En Catalu?a, el a?o pasado, unas 8.300 personas optaron por esta v¨ªa. La cifra es significativa: en el mismo periodo el servicio auton¨®mico de empleo (SOC) gestion¨® 56.500 empleos. Y ese a?o cerr¨® con 775.000 catalanes desocupados.
¡°La situaci¨®n es tal que gente a la que nunca se le hab¨ªa ocurrido autoemplearse ahora lo hace¡±, se?ala Xavier L¨®pez, director general de Econom¨ªa Social de la Generalitat. Es lo que Ignacio Mur, profesor de Pol¨ªtica de Empresa de ESADE, denomina ¡°motivaciones negativas, que no son las m¨¢s aconsejables¡±. Uno de los grandes problemas es ser consciente de las dificultades que entra?a sacar adelante nuevas empresas. ¡°La tasa de fracaso es alta, con el agravante de que aqu¨ª el fracaso est¨¢ muy estigmatizado¡±, se?ala L¨®pez, al contrario que en los pa¨ªses anglosajones. La supervivencia de una empresa no depende ni de uno ni de dos a?os. Hay que esperar 42 meses para certificar el ¨¦xito y los inicios son los m¨¢s complicados.
Junto con su cu?ada, en paro, Assumpta Miralles lanz¨® hace un a?o DeCookies, una empresa que elabora galletas personalizadas. No ha dejado su puesto en la empresa de prevenci¨®n de riesgos en la que ya trabajaba, pero tardes y noches las pasa haciendo galletas. Han recibido dos premios por el proyecto, pero el a?o pasado declararon p¨¦rdidas y necesitar¨¢n tres o cuatro a?os para alcanzar el negocio que so?aban: la venta por Internet. Por ahora, ¡°vamos tirando, pero el mercado est¨¢ muy duro y las ayudas escasean¡±.
Hace dos a?os, con 24, Francesc Jaumot tambi¨¦n mont¨® su propia compa?¨ªa de soluciones inform¨¢ticas con Yolanda Manzanares. Hoy, Clibb emplea a 10 personas m¨¢s, pese a que sus dos accionistas muchos meses no cobran por su trabajo. ¡°Nos tiramos a la piscina sin nada¡±, explica Jaumot, que detectaba que las empresas de inform¨¢tica prestaban servicios con una tecnolog¨ªa que ya era muy anticuada. ¡°Ahora tenemos el mismo problema que el primer d¨ªa: la liquidez. Hemos pedido dos cr¨¦ditos al ICO para comprar sillas y ordenadores para la plantilla¡±, se?ala y advierte que si las cosas no cambian tendr¨¢n que prescindir de dos trabajadores¡±.
La contribuci¨®n de las Administraciones a las empresas de nueva creaci¨®n escasean. Y el cr¨¦dito bancario, cerrado desde el inicio de la crisis, tampoco contribuye a la creaci¨®n de las denominadas start-ups, si bien esta es una cuesti¨®n que pone en duda Pedro Nueno: ¡°No veo proyectos buenos que se queden sin financiaci¨®n¡±. Cree que en la ¨²ltima d¨¦cada han proliferado las redes de capital riesgo (entidades que gestionan recursos de terceros para invertir en proyectos incipientes) y los denominados business angels, peque?os inversores que optan por empresas que empiezan. Cuando todav¨ªa se pod¨ªa hablar de bonanza, las family offices, sociedades que gestionan las fortunas de familias del mundo de las empresas, entraron tambi¨¦n en esos proyectos.
Alucha, una empresa especializada en sistemas de reciclaje, se ha beneficiado de esas redes de apoyo. Sus accionistas lanzaron la idea en 2006, tras un MBA en IESE. Ten¨ªan la soluci¨®n al problema de separar el aluminio en los envases de tetrabrik y conseguir convertir el pl¨¢stico resultante en un combustible completamente ecol¨®gico. Constituyeron la compa?¨ªa en 2004 y en 2011 pusieron en marcha su primera planta tras conseguir la financiaci¨®n. Ganan dinero, pero saben que la crisis frenar¨¢ su proyecto pese a que la inversi¨®n ser¨ªa f¨¢cilmente amortizable. ¡°El mercado potencial es grande, pero a corto plazo nadie quiere hacer nada¡±, se?ala Hans Cool, accionista.
Este caso, no obstante, es singular en los tiempos que corren. Su inversi¨®n es muy superior a la de la media en un momento en el que proliferan los centros de negocios compartidos, espacios en los que conviven aut¨®nomos de todo tipo. Herminio Fern¨¢ndez es uno de ellos desde hace pocos meses. Dise?ador, tras el cierre del diario en el que trabajaba, se traslad¨® a Barcelona para vivir con su pareja. Participa en el capital de la empresa valenciana Itbook, especializada en contenidos editoriales para tabletas, pero ahora ha optado por un espacio de trabajo en un centro com¨²n porque el despacho le permite tener ¡°un ambiente de trabajo donde recibir a gente y compartir experiencias¡± con otras personas que trabajan por su cuenta.
La duda es si los emprendedores ser¨¢n capaces de sacar al pa¨ªs de la crisis o solo solventar¨¢n sus propios empleos. Ignacio Mur reclama proyectos m¨¢s grandes, que generen empleo y riqueza para impulsar la econom¨ªa. El decano de la Facultad de Ciencias Econ¨®micas de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona, Joan Clavera, recela del discurso del emprendedor: ¡°Estamos como antes de la burbuja¡± en empleo. Y el problema es que para recuperarlo r¨¢pidamente solo es posible hacerlo con empresas intensivas en mano de obra, como las de la construcci¨®n, que nos han llevado a la situaci¨®n actual. Cree que hay que cambiar el modelo. M¨¢s formaci¨®n, empresas de alto valor a?adido que exporten y una econom¨ªa que crezca por encima del 3% para generar empleo. En definitiva: ¡°A corto plazo es imposible".
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