Esbozo de futuro con sombras al fondo

A ning¨²n lector que hojee hoy este suplemento, bien con inter¨¦s, bien de forma despreocupada, se le escapar¨¢, estoy convencido de ello, que su aparici¨®n para celebrar los 30 a?os de la edici¨®n catalana viene a coincidir con uno de los momentos m¨¢s dif¨ªciles, tensos y pre?ados de malos augurios para el futuro por los que hayan atravesado Catalu?a y Espa?a desde el final de la dictadura. A la debacle financiera, econ¨®mica y social se le suma la fragilidad de las instituciones. Y a esta viene ahora a superponerse la pulsi¨®n secesionista en Catalu?a.

Celebremos, pues, las tres d¨¦cadas. Pero aprovechemos tambi¨¦n la ocasi¨®n para reiterar ante la sociedad catalana que seguimos comprometidos con ella en los valores que desde su aparici¨®n primera han hecho de EL PA?S la instituci¨®n que es en el conjunto de Espa?a: un peri¨®dico liberal, independiente y socialmente solidario. Liberal en el sentido m¨¢s generoso: estar siempre dispuesto a comprender y escuchar a los dem¨¢s, virtud cuya escasez en la pol¨ªtica espa?ola ha contribuido en no poca medida a la actual irracionalidad de algunos planteamientos a ambos lados del Ebro.

He escrito en m¨¢s de una ocasi¨®n en los seis a?os que llevo en la direcci¨®n de este peri¨®dico que Espa?a necesita abordar de una vez por todas una revisi¨®n de la Constituci¨®n para adentrarse de forma decidida por una senda federal que nos permita solventar nuestros problemas territoriales con serenidad y ecuanimidad. Nada de todo ello ser¨¢ posible sin di¨¢logo. Hacer posible un clima en el que ese di¨¢logo sea fruct¨ªfero y contribuir con todo nuestro esfuerzo a su ¨¦xito ¨²ltimo es la tarea que nos hemos impuesto. Y en eso, y solo en eso, seremos inflexibles.