Un libro de 8.000 metros cuadrados
Clubes de lectura, exposiciones, talleres para ni?os, literatura ¡®pulp¡¯, ¡®bookcrossing¡¯. Todo esto cabe en las cuatro naves de la Casa del Lector, que abre la pr¨®xima semana
Un centro destinado a la investigaci¨®n, estudio y fomento de ese proceso mental casi m¨¢gico que convierte la mezcla de los 27 caracteres del alfabeto en todo tipo de historias, im¨¢genes, teor¨ªas o emociones. Es decir, la lectura. Esta casa no es un minipiso, sino una mansi¨®n bien espaciosa: 8.000 metros cuadrados en cuatro naves de Matadero que han sido remozados cuidadosamente desde su estado ruinoso por el arquitecto Ant¨®n Garc¨ªa-Abril, con la se?al¨¦ctica del dise?ador Alberto Coraz¨®n y el interiorismo de Jes¨²s Moreno. El espacio se suma a la intensa vida literaria de la ciudad, en la que bullen nuevas librer¨ªas grandes y peque?as, las escuelas de escritura, los festivales o los lugares de bookcrossing, para ofrecer a la fauna de las letras madrile?a exposiciones, cursos, clubes de lectura, espect¨¢culos, actividades infantiles y, c¨®mo no, libros.
La Casa del Lector ser¨¢ inaugurada por los pr¨ªncipes de Asturias el pr¨®ximo mi¨¦rcoles 17 y contar¨¢ con la presencia del escritor noruego Jostein Gaarder (autor del superventas filos¨®fico El mundo de Sof¨ªa), que dar¨¢ una conferencia a modo de pistoletazo de salida. ?Y a partir de ese d¨ªa? Estas son algunas de las cosas que el lector podr¨¢ hacer entre sus literarias paredes.
? Siguiendo el hilo hasta acabar en un tuit. El hilo de Ariadna fue el hilo que utiliz¨® el h¨¦roe griego Teseo para escapar del laberinto del Minotauro. Y tambi¨¦n el t¨ªtulo de una exposici¨®n, comisariada por el catedr¨¢tico de Filosof¨ªa Francisco Jarauta, que inaugura el espacio expositivo de la Casa del Lector: ¡°El hilo hace referencia a un recorrido por la idea de laberinto desde el mundo antiguo hasta el m¨¢s contempor¨¢neo¡±, explica. En la muestra se encuentran una veintena de obras, de Jaume Plensa, Adolph Gottlieb, Daniel G. And¨²jar o Robert Smithson, pero tambi¨¦n dibujos de Julio Cort¨¢zar o Santiago Ram¨®n y Cajal, que exploran las conexiones entre el laberinto y el arte, la ciencia, la literatura, desde la ¨¦poca del mito a las actuales redes de comunicaci¨®n. ¡°La cultura contempor¨¢nea en su totalidad tiene car¨¢cter de laberinto¡±, dice Jarauta. Al final de la muestra habr¨¢ un Twitwall, un muro digital en el que los visitantes, mediante tuits, podr¨¢n dejar constancia de lo que m¨¢s le ha gustado y donde cada obra se identificar¨¢ con un #hashtag.
? Leyendo en pandilla. Aunque pueda hacerse a solas, con amigos mejor: ¡°Creemos que leer es un acto colectivo¡±, explica el escritor Pablo Nacach, coordinador de los clubes de lectura de la Casa del Lector. Habr¨¢ cuatro: uno infantil, otro para adultos, otro para mayores de 55 a?os y otro espec¨ªfico de filosof¨ªa. ¡°Un acto colectivo que cobra vida cuando se habla de literatura, cuando se reflexiona en voz alta, incluso en el di¨¢logo interno que mantenemos con cada autor¡±, contin¨²a Nacach. La din¨¢mica de un club de lectura es la siguiente: se designa un libro para leer y, un mes despu¨¦s, el club se re¨²ne para comentarlo bajo la direcci¨®n del coordinador, que encauza la charla o proyecta pel¨ªculas. ¡°Tambi¨¦n apreciamos que se escriba un peque?o texto sobre el libro porque, como dec¨ªa Robert Musil, escribir es tambi¨¦n leer¡±. Se leer¨¢ a Julio Cort¨¢zar, a Dino Buzzati, a Georges Perec, a Paul Auster o a Italo Calvino. Y el 15 de noviembre se celebrar¨¢ una reuni¨®n de clubes de lectura de toda la comunidad: ¡°En Madrid hay muchos m¨¢s clubes de lectura de los que pueda parecer, en bibliotecas, universidades, asociaciones culturales, pero, adem¨¢s, en cualquier esquina donde dos personas se pongan a hablar de libros, ah¨ª hay un club de lectura¡±.
¡°Una biblioteca que crecer¨¢ al ritmo del futuro¡±
Se ha propuesto crear una biblioteca "acorde con los tiempos, que crecer¨¢ al ritmo del futuro". C¨¦sar Antonio Molina, director de la flamante Casa del Lector ahora, pero ya antes ministro de Cultura con el PSOE y, antes aun, director del Instituto Cervantes, quiere crear su propia biblioteca de Alejandr¨ªa digital: "Ser¨¢
un lugar en el que encontrar las nuevas creaciones literarias en los soportes del siglo XXI y, aparte de textos, incluir¨¢ im¨¢genes y sonido¡±, explica Molina.
La selecci¨®n de los elementos que formar¨¢n parte de este creciente archivo literario ya ha empezado a efectuarse, tanto por los responsables de este nuevo ¡°hogar del lector¡± ubicado en las naves 16 y 17 de Matadero, como por el experto en publicaciones digitales de la Universidad Carlos III, Antonio Rodr¨ªguez de las Eras. Su inauguraci¨®n y apertura se calcula ¡°para la primavera, cuando ya se habr¨¢n elegido algunos de los elementos y materiales que formar¨¢n parte del invento¡±.
? Letras populares. De los t¨®rridos romances de Cor¨ªn Tellado a los duelos al sol de Marcial Lafuente Estefan¨ªa o las historias policiacas de Silver Kane. La literatura popular, del follet¨ªn a las novela de ¡°a duro¡± que se compraba en quioscos, llen¨® las mentes de muchas generaciones cuando no hab¨ªa otras diversiones ni el mundo estaba invadido por pantallas. Considerada por muchos como un ejemplo de subliteratura, otros reivindican hoy el valor del pulp espa?ol. La Casa del Lector acoge la Colecci¨®n Fernando Eguidazu de Novela Popular, 50.000 vol¨²menes, desde finales del siglo XIX a la actualidad, para el estudio, la documentaci¨®n y el disfrute de los visitantes. Del pasado al futuro, en fuerte contraste, esta curiosa biblioteca comparte espacio con ordenadores que guardan un archivo de obras espec¨ªficamente escritas para soporte digital, la llamada literatura hipermedia, que incluye, adem¨¢s de texto, imagen, v¨ªdeo, sonido o mapas: es la Biblioteca Digital.
? El espinazo de la Casa. El corredor principal de la Casa del Lector, conocido como La Espina, es un lugar de bookcrossing (aunque aqu¨ª no hace falta dejar ning¨²n libro a cambio del que te llevas), donde los visitantes podr¨¢n recoger vol¨²menes gratuitos de tem¨¢tica variada y en varios idiomas, siempre con el deber moral de compartirlo en el futuro con otros lectores. Las paredes del espacio pueden acoger exposiciones, como los actuales murales de Jos¨¦ Freixanes. Al fondo del pasillo est¨¢ la zona de formaci¨®n, muy bien equipada, donde se impartir¨¢ ense?anza reglada y no reglada, desde m¨¢steres hasta cursillos sobre comunicaci¨®n, edici¨®n, dise?o, audiovisual y dem¨¢s.
? Homenaje al creador. La Casa del Lector surge como iniciativa privada de la Fundaci¨®n Germ¨¢n S¨¢nchez Ruip¨¦rez, que corre con los gastos de la obra, 26 millones de euros, y de la programaci¨®n anual, tres millones m¨¢s. El espacio fue cedido por el Ayuntamiento de Madrid por 25 a?os. Germ¨¢n S¨¢nchez Ruip¨¦rez, fundador del Grupo Anaya, cre¨® la fundaci¨®n que lleva su nombre para fomentar la lectura y la cultura del libro, y ha abierto varios centros por el pa¨ªs con este y otros fines. La Casa del Lector es su regalo a la ciudad (¡°ser¨¢ la huella de mi paso por el mundo¡±, dijo el editor), que no pudo ver finalizado porque falleci¨® a principios de a?o. Aqu¨ª se le dedica una peque?a exposici¨®n que explica su vida y obra, y que incluye, adem¨¢s de fotos, libros, objetos y documentos, la vieja Vespa que el editor utilizaba.
? Subidos en La Nube. Los ni?os y la literatura infantil, que tanto interesaba a S¨¢nchez Ruip¨¦rez, tambi¨¦n tienen su lugar en el espacio llamado La Nube. M¨®dulos m¨®viles con recovecos y cuevas llenan el espacio en el que los chavales podr¨¢n juguetear mientras se acercan a los libros en un ambiente amable y colorido tapizado de c¨¦sped artificial. Se organizar¨¢n talleres y exposiciones para fomentar bien pronto el h¨¢bito de lectura y garantizar la formaci¨®n de nuevos lectores dispuestos a comerse el mundo letra a letra.
? El auditorio que vino del fr¨ªo. Enfrente del edificio principal se encuentra, en otra nave, el auditorio, tal vez el espacio estrella de la Casa. Un recinto abovedado que en el interior tiene forma de hangar y que en otros tiempos fue la sala de fr¨ªo donde se conservaban las piezas de carne, cuando el Matadero era un matadero de verdad. Las paredes interiores est¨¢n formadas por paneles iluminados que pueden apagarse o encenderse a voluntad, creando curiosos efectos de iluminaci¨®n. Preside la sala una enorme pantalla LED de 10 metros por cuatro para realizar proyecciones audiovisuales y videoconferencias (la conexi¨®n a Internet es de un giga en esta sala). Aqu¨ª se celebrar¨¢n todo tipo de actos librescos, presentaciones, conferencias o incluso espect¨¢culos teatrales.
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