Entre copas por Madrid
Coger la carretera y enfilar entre vi?edos hacia las bodegas de una regi¨®n, con siglos de tradici¨®n vin¨ªcola, que vuelve ahora a despuntar. El turismo enol¨®gico despega en la Comunidad
Ese caldo guarda un gran secreto. Tan grande que ni su inventora, Isabel Galindo (Madrid, 1972), lo conoce. Como los grandes descubrimientos, es en parte fruto del azar y, en parte, de la investigaci¨®n. Pero, a diferencia de esos grandes hallazgos, ha sido internacionalmente premiado sin que se haya desvelado su misterio. Se llama Las Luces y es un vino que sali¨® de una generosa cosecha de 2007, de unos vi?edos centenarios de San Mart¨ªn de Valdeiglesias y, aqu¨ª viene lo bueno, parece llevar entre sus posos lo m¨¢s parecido al elixir de la eterna juventud.
Estas y otras cosas se pueden descubrir (y probar) poniendo rumbo al sur de Madrid. Por ejemplo, est¨¢ la sorpresa de darse cuenta de que, detr¨¢s del nuevo pol¨ªgono industrial de Aranjuez, uno puede encontrarse rodeado de vi?edos, como en Falcon Crest. All¨ª, de la mano de Daniel Garc¨ªa, es posible seguir todo el proceso de elaboraci¨®n de un vino como El Regajal, ¡°el de la mariposa roja¡±, cada vez m¨¢s presente en bares y restaurantes de dentro y fuera de la regi¨®n. Madrid no es el Valle del Napa californiano que retrata Alexander Payne en su road movie sobre vinos y amistad , de acuerdo, pero hay un Madrid entre copas.
Y, s¨ª, hay un vino madrile?o que parece mantenerse eternamente joven. Si se quiere averiguar su origen hay que preparase para un viaje de una hora en coche por la autov¨ªa de los Pantanos (M-501). Y cruzar pueblos tan castizos como ignotos para la mayor¨ªa, como Ventorro del Cano, atravesar frondosos pinares, hacer, si se quiere, una parada en el camino, a la ida o a la vuelta, en tradicionales ventas de carretera con buen¨ªsimos churrascos como la del Mes¨®n del Puerto (carretera de San Mart¨ªn de Valdeiglesias kil¨®metro 47, men¨² 9,5 euros) y atreverse por carreteras de cabras y de arena hasta encontrar esos vi?edos rec¨®nditos que, sin embargo, estuvieron all¨ª casi desde siempre.
Las Luces est¨¢ hecho a base de la uva garnacha que crece en esas altas tierras arenosas al pie de la sierra de Gredos y que lindan con Toledo, ?vila y Segovia. Una uva con fama de ef¨ªmera pero que, sin embargo, milagrosamente ha demostrado una prodigiosa capacidad de aguante: 21 meses en barrica nueva (cuando puede haber crianzas de entre tres y seis meses), y tres a?os en botella (de 2009 a 2012, lo habitual es dar el doble de tiempo en botella que en barrica). Es ahora, despu¨¦s de que lo premiaran con la medalla de oro 5.000 catadores de la ¨²ltima gran competici¨®n vin¨ªcola (Challenge Internacional du Vin, celebrada en Burdeos este a?o), cuando empieza a comercializarse el resultado de aquella cosecha de 2007, con toda su frescura y su eterna juventud. ¡°Es sorprendente, tiene una evoluci¨®n muy lenta, lo hemos sacado ya al mercado pero es un vino que va a seguir vivo mucho tiempo¡±, asegura Galindo, la en¨®loga responsable de este caldo con vocaci¨®n inmortal. ¡°Nadie habr¨ªa pensado que con una garnacha se pod¨ªa hacer un buen vino de crianza o de reserva. Es algo muy raro y creemos que tiene que ver con las condiciones de estas tierras y la climatolog¨ªa espec¨ªfica de la zona, que genera una uva con una acidez perfecta: no hay que tocarla¡±, asegura.
Tres paradas en la ruta
- Las Moradas. San Mart¨ªn de Valdeiglesias. Recorrido por los vi?edos, cata y cursillos de iniciaci¨®n. Necesario reservar en el 691 676 570 o en www.lasmoradasdesanmartin.es.
- El Regajal. Aranjuez. Visita a vi?edos, explicaciones sobre la producci¨®n, catas y venta del producto. Contacto: 91 307 89 03 / 690 85 36 59
- El Rinc¨®n. Aldea del Fresno. Los m¨¢s completos en su oferta enotur¨ªstica. Adem¨¢s de recorridos y catas, dan almuerzos con productos de su huerta y catas de aceite. www.pagosdefamilia.com.
Las Moradas de San Mart¨ªn, que es como han bautizado a esta peque?a bodega montada en 2001 por tres socios y que puede producir entre 35.000 y 75.000 botellas al a?o en sus 22 hect¨¢reas, mira hacia la sierra de Gredos y domina el valle en el que se ubica el pueblo. Desde dos peque?as naves, convertidas en centro de operaciones vin¨ªcolas, se dirige toda la actividad que acarrea la elaboraci¨®n del vino: desde la poda, hasta la vendimia, pasando por los dep¨®sitos de fermentaci¨®n, las barricas y su salida para el embotellado. Hoy es posible solicitar una cata, una degustaci¨®n o incluso un curso de iniciaci¨®n al vino para grupos de un m¨¢ximo de 10 personas y visitar la finca llamando previamente (www.lasmoradasdesanmartin.es). La experiencia y los saberes de Isabel Galindo, tanto como ingeniera agr¨®noma como por su posterior especializaci¨®n enol¨®gica en la Rivera del Duero, es un plus a tener en cuenta para cualquiera que quiera profundizar en la materia.
Aunque no es conocido o, por lo menos, no ha sido muy difundido, Madrid es una regi¨®n tradicionalmente vin¨ªcola. Cuenta con tres subzonas principales: San Mart¨ªn de Valdeiglesias, Arganda del Rey y Navalcanero. En total son m¨¢s de 7.461,61 hect¨¢reas de vi?edos pertenecientes a 54 municipios del sur de la Comunidad, siendo la subzona de Arganda, situada en el sureste madrile?o, la que m¨¢s municipios comprende y la de mayor producci¨®n. Sobre los caldos y vi?edos de San Mart¨ªn de Valdeiglesias ya escribieron Cervantes, Quevedo, Lope de Vega¡ No en vano el siglo de Oro supuso un momento importante para la regi¨®n y para sus vinos. Madrid fue elegida como capital del reino y, en consecuencia, hubo un notable crecimiento de la demanda y, a su vez, de la producci¨®n. De ello dieron buena cuenta tambi¨¦n los sacerdotes que dirig¨ªan las siete iglesias que dan nombre a esa pr¨®spera comarca rodeada de vi?as.
En la subzona de Arganda del Rey es donde se encuentra la finca de Daniel Garc¨ªa, El Regajal, perfectamente montada para el enoturismo, a¨²n muy subdesarrollado en la Comunidad pero a punto de dar el gran salto. El pr¨®ximo 17 de octubre la Consejer¨ªa de Medio Ambiente ha citado a los bodegueros de la regi¨®n que se han mostrado interesados en tratar de poner en marcha unas rutas del vino. ¡°Es la primera vez que nos hacen un poco de m¨¢s caso¡±, dice Garc¨ªa, de 39 a?os. ¡°Y no va a ser f¨¢cil porque estamos muy distanciados f¨ªsicamente los unos de los otros, pero hay que intentarlo¡±. ?l, que dej¨® el mundo de la publicidad por el hobbie del vino, ya hace de todo en esa finca de Aranjuez. Desde bodas hasta rutas guiadas en las que explica las claves para hacer un buen vino y, por supuesto, catas. Su marca ya se ha posicionado en el mercado. ¡°Yo la tengo en mi bar desde la primera cosecha de 2007¡±, comenta Jes¨²s, un gallego que ha aprovechado el puente del Pilar para venir a conocer el origen del vino que sirve en su barra. Tambi¨¦n lo sirve en copas La Chula de Chamber¨ª (Fernando el Santo 11), la enotaberna que dirige la en¨®loga Ana Losada. ¡°Ya hay muchos vinos de Madrid muy buenos: es un mercado al alza¡±, comenta poniendo una copa desde su barra, donde los marida con los deliciosos platos elaborados por David Marsal y Olivier de Belleroche.
Cepas en espaldera
Las de El Regajal, son unas cepas j¨®venes (de 1998) que, en lugar de estar plantadas en forma de vaso (abriendo desde el suelo), como las de Las Moradas, crecen en espaldera (encaramadas a tiras de alambre que facilitan la mecanizaci¨®n de cultivo). ¡°Intentamos no echarles agua con el riego para que las ra¨ªces profundicen m¨¢s y evitar tener que alimentarlas¡±, explica Garc¨ªa durante la vista. ¡°Aqu¨ª hacemos la poda a mano para tener nuevos sarmientos cada a?o; la idea es siempre trabajar con madera nueva y que la savia llegue m¨¢s o menos a todas las uvas por igual¡±, agrega. La visita concluye, tras saborear el vino en sus distintos momentos de fermentaci¨®n, en la habitaci¨®n de cata y venta, donde el que quiera puede comprar aquellos caldos que m¨¢s le hayan gustado.
No hay a¨²n muchas fincas que ofrezcan esta posibilidad. Hay otra bonita pionera en el enoturismo como la bodega de El Rinc¨®n (www.pagosdefamilia.com), ubicada en la subzona de Navalcarnero, antigua propiedad del Marqu¨¦s de Gri?¨®n (con palacete incluido) y de la que, en los a?os setenta, se hizo cargo Carlos Falc¨®. Inmersa en un espectacular encinar, ofrece desde 2009 la posibilidad de visitar sus vi?edos y disfrutar de las explicaciones acerca de la elaboraci¨®n de sus vinos, adem¨¢s de catas (tambi¨¦n de sus aceites) y almuerzos caseros (o gastron¨®micos) elaborados con los productos de su huerta.
Todo apunta a que el todav¨ªa limitado escenario de rutas enol¨®gicas cambiar¨¢ pronto. ¡°El vino de Madrid no ha sido bien visto hasta hace muy poco¡±, dice Galindo. Pese a que la regi¨®n entr¨® en el siglo XX con m¨¢s de 60.000 hect¨¢reas de vi?edo, en 1914 se detect¨® la primera filoxera en San Mart¨ªn de Valdeglesias, que ven¨ªa de Francia y afect¨® al mundo entero. La plaga se extendi¨® r¨¢pidamente, arruinando el vi?edo madrile?o y provocando un cambio sustancial en sus vinos. La reparaci¨®n ha sido lenta. La verdadera recuperaci¨®n no se producir¨ªa hasta los a?os cincuenta, cuando surgieron las cooperativas que, eso s¨ª, sumieron a los vinos de la regi¨®n en el anonimato por dedicarse a nutrir a otros envasadores. Pero ahora ya hay cada vez m¨¢s peque?as bodegas con producciones modestas que buscan crear vinos competitivos que modifiquen la antigua idea de la denominaci¨®n de origen Vinos de Madrid, reconocida desde 1990. ¡°Todav¨ªa no nos busca nadie, es casi m¨¢s f¨¢cil colocar los vinos internacionalmente que en nuestra propia plaza, que es nuestro objetivo y va habiendo m¨¢s restaurantes interesados¡±, comenta Galindo.
No obstante, ya hoy se pueden hacer rutas del vino por los vi?edos madrile?os que guardan la historia, la literatura, los sabores y algunos grandes secretos de la regi¨®n.
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