Urgentes y febriles
Los brit¨¢nicos Max?mo Park regalan a Madrid una feroz andanada de insolencia
Traje negro, corbata oscura, impecable bomb¨ªn sobre la sesera. Paul Smith, el cantante de Max?mo Park, parece que se dispusiera a comenzar su jornada laboral en la city, pero el espejismo solo se prolonga durante When I was wild, tierna y brev¨ªsima balada introductoria al piano. En cuanto estalla The national health, el poderoso zambombazo que sirve para titular su cuarto disco, el quinteto ya puso anoche las cosas en su sitio en la Sala Arena. Por lo pronto, no son de Londres, sino de la ruda Newcastle. Su metr¨®nomo no volver¨¢ a bajar de las cien pulsaciones por minuto durante todo el concierto. Y las baladas les interesan poqu¨ªsimo: lo suyo es rock urgente y febril, ya sea para testimoniar las carencias de este mundo sin escr¨²pulos o las sangr¨ªas de los corazones rotos.
The national health es, precisamente, una feroz andanada contra las carencias de la sanidad p¨²blica en Gran Breta?a, un asunto que aqu¨ª dar¨ªa para un ¨¢lbum completo. Y el sonido de los Max?mo remite a menudo al de sus progenitores, aquella generaci¨®n (Stranglers, The Jam, XTC, Wire) que enchuf¨® las guitarras contra los desmanes del thatcherismo. Smith resulta muy convincente en el papel de showman histri¨®nico, con esos aspavientos teatrales que recuerdan a Suggs, su hom¨®logo en Madness y otro rogelio ilustre. Y los movimientos rob¨®ticos de cabeza de Lukas Wooller, el teclista, tambi¨¦n nos retrotraen a aquel Reino Unido gris pero comprometido de hace tres d¨¦cadas, esa escena que revive con bandas j¨®venes como Spector.
Max?mo Park tiran a dar y hasta pueden enarbolar un meg¨¢fono, pero nunca renuncian a ser divertidos. Pese al mal sonido en Arena, su repertorio invitaba casi siempre al baile (Write this down, Going missing), cuando no a la psicodelia electr¨®nica de Limassol, luces caleidosc¨®picas incluidas. A la altura de la inapelable Apply some pressure, ¨²ltimo tema antes de los bises, Smith andaba medio descamisado y la sala, desbocada. Por m¨¢s que anoche intent¨¢ramos espa?olizarnos, se nos acab¨® pegando la divertida insolencia british.
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