Malas noticias para PP y PSPV
"Todo indica a que ser¨¢n incapaces de revertir la situaci¨®n. Y esa s¨ª que es una mala noticia para todos los ciudadanos"
Desde hace tiempo pintan bastos para el PP valenciano. La crisis se ha llevado por delante el decorado de cart¨®n piedra de los grandes eventos y las infraestructuras in¨²tiles ante el que los populares representaron su falsa obra del mal llamado ¡°poder valenciano¡±. Desnudos de todo oropel solo queda paro, corrupci¨®n y despilfarro. Si a esta realidad se le une la pol¨ªtica de recortes del Estado del bienestar llevada a cabo por el Gobierno de Mariano Rajoy es m¨¢s que comprensible el hundimiento electoral de los populares que adelantaba la encuesta realizada para EL PA?S por Metroscopia el pasado 9 d'Octubre. Un sondeo que ven¨ªa a confirmar los que se manejan en la madrile?a calle de G¨¦nova, sede nacional del PP.
Es obvio que la gesti¨®n de la crisis por parte de La Moncloa no es ajena al desastre electoral que se augura para el PP de la Comunidad Valenciana (ca¨ªda de m¨¢s de 15 puntos en intenci¨®n de voto y p¨¦rdida de 13 esca?os); pero la tropa aut¨®ctona tambi¨¦n aporta lo suyo al cataclismo. Un Consell d¨¦bil, un partido dividido, un grupo parlamentario con el 20% de sus miembros imputados por presuntos delitos m¨¢s un presidente tan prudente como tardo en reaccionar ante los acontecimientos no son los mejores materiales para taponar las v¨ªas de agua por las que los votos se escurren por centenares de miles. Los esfuerzos del secretario general del PP, Seraf¨ªn Castellano, por achicar el agua con el viejo fantasma del anticatalanismo son tan pat¨¦ticos como miserables. Proponer la supresi¨®n de las ayudas a todas las entidades pol¨ªticas, sindicales o culturales que lleven en su denominaci¨®n el t¨¦rmino Pa¨ªs Valenciano es una melonada que solo revela el nivel de desesperaci¨®n existente en el PP. Castellano deber¨ªa empezar por ilegalizar el pre¨¢mbulo del Estatut, que no es poca cosa. Por no hablar de la contradicci¨®n que supone criticar la pol¨ªtica identitaria de Artur Mas en Catalu?a y envolverse con la senyera en la Comunidad Valenciana para tapar tanto desastre pol¨ªtico y econ¨®mico. Y no parece que la sociedad valenciana est¨¦ para comulgar con las ruedas de molino del anticatalanismo cutre cuando sus preocupaciones reales son otras.
Entre las conclusiones que los responsables de Metroscopia extra¨ªan de la encuesta, se?alaban: ¡°En este amplio desafecto hacia la denominada clase pol¨ªtica, son los dos grandes partidos, PP y PSPV, quienes salen peor parados (¡). Ese desafecto se plasma en el hecho de que sean ya mayor¨ªa simple (un 36%, 9 puntos m¨¢s que hace dos a?os) los ciudadanos que consideran que ninguno de los partidos existentes en la Comunidad defienden los intereses de los valencianos¡±. Por primera vez en lustros, como explicaba recientemente Miquel Alberola en estas p¨¢ginas, desaparec¨ªa la sinonimia entre PP y Comunidad Valenciana. Pero tan significativo como esto era la pr¨¢ctica desaparici¨®n del PSPV como partido que representa los intereses de sus conciudadanos, Apenas un irreductible 9% conf¨ªa todav¨ªa en que los socialistas sean capaces de plantarle cara a Madrid a la hora de sacarles las casta?as del fuego. Con estos datos es imposible que un partido sea percibido como alternativa de gobierno.
El PSPV padece males muy similares a los del PP. Un l¨ªder nacional desprestigiado (Alfredo P¨¦rez Rubalcaba tiene un porcentaje de desaprobaci¨®n en la Comunidad Valenciana del 72%; ni siquiera le valoran positivamente la mayor¨ªa de sus propios electores), una organizaci¨®n en la que no creen ni sus propios afiliados (la desmovilizaci¨®n entre los militantes socialistas es brutal), una direcci¨®n en el grupo parlamentario (el t¨¢ndem Torres-Barcel¨®) que es incapaz de actuar tan siquiera como altavoz del discurso de regeneraci¨®n democr¨¢tica y autogobierno que predica su secretario general, Ximo Puig, y unos l¨ªderes en las grandes ciudades tan antiguos como inoperantes. El seguidismo de Joan Calabuig a Rita Barber¨¢ en la ampliaci¨®n del Palacio de Congresos de Valencia ha descolocado hasta a sus m¨¢s fieles, mientras que en Alicante la alcaldesa, Sonia Castedo, se quit¨® de en medio al flamante portavoz del grupo municipal socialista, Miguel Ull, con un papirotazo: ¡°Usted es una marioneta¡±. El que mov¨ªa los hilos estaba situado justo detr¨¢s: el incombustible ?ngel Franco. La pregunta clave es saber si quien mueve los hilos de la alcaldesa y de Franco es la misma persona. Porque si as¨ª es, como maliciosamente creen muchos, la democracia en Alicante tiene un serio problema. Puig y su d¨²o din¨¢mico org¨¢nico (Boix-Orengo) deber¨ªan aplicarse a fondo en regenerar la organizaci¨®n alicantina. En realidad, deber¨ªan regenerar todo el PSPV; pero eso, trat¨¢ndose de quienes se trata, es absolutamente imposible.
La encuesta de Metroscopia fue tan mala noticia para unos como para otros. Pero las peores est¨¢n dentro del PP y del PSPV. Y todo indica a que ser¨¢n incapaces de revertir la situaci¨®n. Y esa s¨ª que es una mala noticia para todos los ciudadanos.
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