Vicequestore Patta

Donna Leon, que est¨¢ de moda, retrata en sus novelas no s¨®lo la belleza y el encanto de una ciudad tan atractiva como Venecia, sino tamb¨ª¨¦n un amplio escenario social en el que se mueven sus personajes en mansiones se?oriales, en humildes casas de alquiler o en campamentos de gitanos donde la ciudad termina. Muchas de sus narraciones que giran en torno al comisario Brunetti, traducidas al castellano y al catal¨¢n, han tenido en las anchas espa?as un ¨¦xito considerable. En Centroeuropa es harto conocida, dado que las aventuras del investigador Brunetti se convirtieron en guiones para la televisi¨®n alemana, que han popularizado al comisario y a la escritora. Los guiones televisivos se ajustan con bastante precisi¨®n a la trama argumental de la serie Brunetti, incluidas en dicha trama las descriptivas im¨¢genes publicitarias de la sin par Venecia. Y es que la escritora, consciente o inconscientemente, ha hecho por atraer turismo a la otrora Seren¨ªsima Rep¨²blica de Venecia m¨¢s que cualquier pretencioso evento en forma de F¨®rmula 1 o Master de Golf. Eventos que, mucho antes de que apareciesen las novelas de Donna Leon, no necesitaba Venecia.

Desfilan por las novelas de Leon casos de corrupci¨®n, problemas medioambientales, delitos en todas las capas sociales como suele suceder por doquier. Y junto a Brunetti aparecen unos personajes secundarios muy bien individualizados y caracterizados. Entre ellos destaca sin duda para el lector el del vicequestore Patta, el jefe inmediato de Brunetti. Patta es personaje mediocre y est¨²pido, que casi siempre pretende quedar bien y mantener buenos contactos con el poder establecido, frente a la integridad laboral de Brunetti. En una de sus ¨²ltimas novelas que gira en a los perjuicios sociales frente a las minor¨ªas, Patta intenta ponerse al d¨ªa en la cuesti¨®n y aboga por utilizar un lenguaje pol¨ªticamente correcto para denominar a los roman¨ªes. Seg¨²n el vicequestore, no se ha de hablar de gitanos sino de ¡°minor¨ªa ¨¦tnica n¨®mada¡±. Una ridiculez del personaje a quien Dona Leon pone en solfa en La chica de sus sue?os como en tantas otras novelas del comisario Brunetti.

Y en esas andaba uno, cuando coge la prensa del d¨ªa y lee que quienes desde hace casi dos d¨¦cadas gobiernan en Castell¨®n, Valencia y Alicante, pretenden eliminar ayudas o sancionar del modo que sea a quien utilice la denominaci¨®n de Pa¨ªs Valenciano para referirnos a estas tierras hispanas tan sufridas, tan maltratadas, tan olvidadas del sentido com¨²n, pero con tantas deudas, tantos eventos que obligar¨ªan a los turistas a invadirnos, tantos casos de corrupci¨®n y tanto perjuicio hacia nuestros vecinos inmediatos del norte y del sur, del este y del oeste. Y estas andaba uno cuando nuestro Patta valenciano, Seraf¨ªn Castellano, indica que no utilizar denominaciones oficiales, y pol¨ªticamente correctas, es atentar contra las se?as de identidad valencianas. Sin lugar a dudas necesitamos una Donna Leon en Alicante, Valencia y Castell¨®n.