?Qu¨¦ es de ETA?

Por primera vez en democracia, ETA no est¨¢ presente en unas elecciones. Euskadi y sobre todo la inmensa mayor¨ªa de los partidos pol¨ªticos se han acostumbrado, sin duda con una inusitada rapidez, a vivir sin la amenaza del terror, ahora que se aproxima el primer aniversario del anuncio voluntario de su extorsi¨®n, y en v¨ªsperas de acudir a las urnas.

En una campa?a electoral donde el debate identitario ha compartido protagonismo con la b¨²squeda de soluciones a la crisis econ¨®mica, nadie ha querido retrotraerse al efecto ETA ni siquiera ahora que adormece. Desde la izquierda abertzale, porque le permite situarse en un perfil bajo ante un tema demasiado vidrioso cuando busca ensanchar su nicho electoral; en el resto, porque nadie busca un r¨¦dito, consciente, adem¨¢s, de que es imposible.

EH Bildu recuerda los acuerdos a¨²n pendientes de la Conferencia

As¨ª las cosas, tampoco los debates han propiciado mensajes intencionados sobre la b¨²squeda de un escenario de convivencia a partir de la renuncia de la banda armada a su actividad terrorista. Ante semejante olvido intencionado, la izquierda soberanista rescat¨® ayer el esp¨ªritu de Aiete, derivado de los acuerdos de aquella Conferencia previa al comunicado de ETA del 20 de octubre, para colocar as¨ª el foco en las asignaturas pol¨ªticas pendientes una vez conseguida la paz en Euskadi.

Con el lenguaje habitual en estos casos, las representantes de EH Bildu Maribi Ugarteburu y Amaia Agirresarobe criticaron ayer el intento del Gobierno espa?ol de ¡°paralizar, boicotear y sabotear¡± el proceso de ¡°pacificaci¨®n, normalizaci¨®n y reconciliaci¨®n social¡± que entienden se inici¨® en Aiete, hace ahora un a?o. La efem¨¦ride, sin embargo, pas¨® desapercibida porque el resto de fuerzas pol¨ªticas no se sienten especialmente concernidas durante la campa?a electoral. Desde posiciones abertzales, sin embargo, este primer aniversario de la Conferencia de Aiete es una oportunidad para actualizar, a modo de consumo interno, la demanda de ETA para que los Gobiernos franc¨¦s y espa?ol empiecen a dialogar sobre las ¡°consecuencias del conflicto¡±, mientras los partidos vascos abordan ¡°las cuestiones pol¨ªticas¡±.

Con todo, es muy posible que ma?ana, en el ¨²ltimo d¨ªa de campa?a, algunas formaciones rescaten su discurso sobre el final de la violencia, convencidos de que la sociedad vasca debe tener ¡°claro¡±, como sostienen desde PSE-EE y PP, cu¨¢l ha sido la trayectoria seguida por los terroristas y, de paso, por quienes durante demasiado tiempo, sostienen, les comprendieron pol¨ªticamente.