El ICS pagar¨¢ 468.000 euros a un camarero que se qued¨® incapacitado

La secci¨®n cuarta de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo ha condenado al Instituto Catal¨¢n de Salud (ICS) a indemnizar con 468.699,42 euros a un camarero que sufre un raro s¨ªndrome que le ha causado un 85% de discapacidad tras vacunarse contra la gripe en el a?o 2002.

El fallo, al que ha tenido acceso Europa Press, admite el recurso de casaci¨®n interpuesto por el afectado, Jos¨¦ Juan S¨¢nchez Andreu, contra la sentencia previa del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) que, en septiembre de 2010, hab¨ªa desestimado las reclamaciones por da?os y perjuicios presentadas por el afectado. Asimismo, admite su recurso contencioso-administrativo interpuesto contra la desestimaci¨®n por silencio de la reclamaci¨®n patrimonial ante el ICS.

Seg¨²n considera probado el fallo, S¨¢nchez Andreu, que entonces contaba 37 a?os de edad y trabajaba como camarero, acudi¨® al centro de asistencia primaria (CAP) del Temple de Tortosa (Tarragona) para que se le administrase la vacuna antigripal para la temporada invernal 2002-03. A los diez d¨ªas comenz¨® a sentir cansancio en brazos y piernas y, al agravarse su estado, tuvo que ser ingresado en la UCI del Hospital Joan XXIII de Tarragona, donde se le diagnostic¨® el s¨ªndrome de Guillain-Brr¨¦.

Posteriormente requiri¨® meses de rehabilitaci¨®n hasta que en julio de ese a?o se le traslad¨® al hospital de Tortosa, donde adquiri¨® autonom¨ªa para andar y subir escaleras con ayuda de dos muletas. En junio de 2004 se le concedi¨® la invalidez absoluta ya que presentaba una "grave disminuci¨®n funcional" del 85%.

El tribunal considera igualmente probado el nexo de causalidad entre la administraci¨®n de la vacuna y la aparici¨®n del citado s¨ªndrome, un riesgo conocido pero que se da en uno de casi cada dos millones de dosis administradas.

El ICS, por su parte, defendi¨® que "la actuaci¨®n sanitaria se desarroll¨® con total correcci¨®n desde el punto de vista t¨¦cnico y cient¨ªfico, tanto en lo que hace referencia al acto asistencial como a la detecci¨®n y tratamento de la complicaci¨®n posterior", al tiempo que apuntaba que, dada la excepcionalidad del s¨ªndrome, "no se puede exigir que se informe de esta posibilidad al paciente".

El ponente, Santiago Mart¨ªnez-Vares Garc¨ªa, estima no obstante que, pese a que el paciente no estaba entre los grupos de riesgo para los que est¨¢ indicada esta vacuna, las campa?as generales de vacunaci¨®n tienen objetivos generales de salud p¨²blica para la disminuci¨®n de la incidencia de enfermedades como la gripe, "cuyo ¨¦xito requiere de la m¨¢xima cobertura de la poblaci¨®n por la vacuna".

Es por esto que considera que los efectos secundarios padecidos por el paciente son "una carga social que el reclamante no tiene el deber jur¨ªdico de soportar de manera individual, sino que ha de ser compartida por el conjunto de la sociedad, pues as¨ª lo impone la conciencia social y la justa distribuci¨®n de los muchos beneficios y los aleatorios perjuicios que dimanan de la programaci¨®n de las campa?as de vacunaci¨®n dirigidas a toda la poblaci¨®n".