Las c¨¢maras ciudadanas vuelven a la calle en el Rodea el Congreso del #23O
Entre el activismo y el periodismo, hoy regresan los ciudadanos que retransmiten las protestas Consideran un intento de represi¨®n el plan del Gobierno de prohibir la toma de fotos de polic¨ªas
Es uno de los v¨ªdeos m¨¢s vistos de la convocatoria a rodear el Congreso que el 25 de septiembre congreg¨® a miles en personas en los alrededores del Parlamento. En ¨¦l se ve c¨®mo los antidisturbios irrumpen en Atocha aterrorizando a los viajeros. Aunque la polic¨ªa dijo que los agentes iban buscando a ¡°alborotadores¡±, las cr¨ªticas que estas y otras im¨¢genes provocaron acabaron llevando al Gobierno a abrir una investigaci¨®n sobre lo sucedido.
El autor del v¨ªdeo es Juan Ram¨®n Robles, un estudiante de periodismo madrile?o de 25 a?os que vive con sus padres. Al final de la filmaci¨®n ¡ªque solo en su canal personal ya ha sido reproducido 1.200.000 veces¡ª se le oye gritar indignado cuando un agente arranca el micr¨®fono de su c¨¢mara. Despu¨¦s de muchos meses usando una vieja LX1 acababa de pagar ¡°con el sudor de la frente¡± 1.200 euros por una Canon. La agresi¨®n le doli¨® en el alma.
¡°Yo, m¨¢s que activista, me siento un informador¡±, dice Robles, que a¨²n anda llamando a algunos de los m¨²ltiples medios que usaron el v¨ªdeo para cobrar por su emisi¨®n, aunque se guarda cu¨¢nto ha obtenido. ¡°Entre que me he tenido que dar de alta como aut¨®nomo y lo que me han costado los arreglos, voy a perder dinero¡±, dice el madrile?o, que ha vuelto a unir el micr¨®fono mediante un arreglo casero: un tornillo. ¡°En realidad odio la pol¨ªtica, pero parece que estoy predestinado a este tipo de informaci¨®n. No me gusta que se falte a la verdad¡±, reflexiona el fot¨®grafo, que en cuanto oye ajetreo en una concentraci¨®n sale disparado en el sentido del que procede el jaleo.
Como ¨¦l, cientos de personas se han sumado con entusiasmo al llamado periodismo ciudadano. Los aqu¨ª entrevistados han asistido a decenas de manifestaciones, desahucios o encierros para grabar o fotografiar lo que sucede. Muchos de ellos est¨¢n en paro y disponen de m¨¢s tiempo del que querr¨ªan para hacerlo. Como St¨¦phane M. Grueso (39 a?os), conocido rostro del 15-M y socio de una productora v¨ªctima de la crisis. ¡°Mi trabajo, coproducir documentales para la tele, ha desaparecido, por eso tengo tanto tiempo, as¨ª que ayudo haciendo lo que mejor s¨¦ hacer¡±, dice Grueso, tambi¨¦n conocido por su alias en Twitter, @fanetin, activo streamer o retransmisor de eventos en directo en Madrid.
En paro est¨¢ tambi¨¦n William Criollo, ecuatoriano de 25 a?os. Vive con sus padres y a veces Diario independiente le compra alguna foto. Aun as¨ª, asiste cada d¨ªa a desahucios y manifestaciones con su Nikon. Este a?o hab¨ªa barajado estudiar Periodismo, pero la subida de tasas le ha hecho desistir. Como otros periodistas ciudadanos ha sido detenido. La primera vez en Par¨ªs, junto a un centenar de indignados. La segunda, en Madrid, sospechoso de ser parte del grupo que coordin¨® el sabotaje en el metro en protesta por el tarifazo. Criollo sostiene que le tomaron por un activista mientras fotografiaba una protesta del grupo.
Algunos de los entrevistado en este reportaje se consideran activistas; otros periodistas y otros, ni pa ti ni pa m¨ª. ¡°Yo soy una activista de los derechos humanos que usa distintas herramientas para generar conciencia¡±, dice Susana Sanz, de 37 a?os, licenciada en Empresariales, miembro del colectivo People witness. Sanz es otra conversa del streaming. ¡°Es una forma de democratizar la informaci¨®n, de empoderar a la ciudadan¨ªa. Y es un arma muy potente que magnifica la informaci¨®n. Hay veces que hay m¨¢s personas viendo una manifestaci¨®n en directo que manifest¨¢ndose¡±, dice esta burgalesa, que opina que los grandes medios ¡°est¨¢n en manos de corporaciones que no transmiten la realidad de forma fiel¡±.
El reciente anuncio del Gobierno del PP de su intenci¨®n de prohibir la toma de im¨¢genes de polic¨ªas mientras ejercen su trabajo, ha indignado a estos activistas de una forma muy directa. ¡°Yo saldr¨¦ a la calle igual. Y si hace falta, con una c¨¢mara en el casco¡±, dice Robles. ¡°Me parece tan fuerte, que no creo que se llegue a hacer, lo dicen para asustarnos¡±, sostiene Zakiah Iraultza (24 a?os), de Tomalatele, la televisi¨®n de los indignados, desde la que emiten informativos, debates y reportajes desde su punto de vista. ¡°La ley espa?ola recoge que un agente p¨²blico en un espacio p¨²blico y en un acto p¨²blico puede ser grabado¡±, defiende Sanz. ¡°Es una estrategia de represi¨®n, nos tratan como a ni?os, pero ya hemos demostrado que no estamos jugando y sabemos lo que hacemos¡±.
La artista Nikky Schiller (del grupo Dirty Princess) y su pareja, el estadounidense de origen ruso Vlad Teichberg, vivieron el 15-M desde el grupo de comunicaci¨®n que se cre¨® al poco de empezar las protestas, Audiovisol. Cuando el movimiento Occupy empez¨® a tomar forma, viajaron a Estados Unidos ¡°para ense?arles a hacer streaming¡±, cuenta Teichberg, un convencido de esta forma de activismo. ¡°Nos da una ventaja econ¨®mica brutal sobre los medios, que no pueden seguir nuestro ritmo y tener a sus profesionales horas y horas en la calle¡±, sostiene este activo miembro del grupo internacional Global Revolution.
El 25-S, Audiovisol hizo su propia cobertura de la manifestaci¨®n con una veintena de personas coordinadas por el italiano Paolo P. ¡°Mientras unos emit¨ªan con su m¨®vil, les d¨¢bamos instrucciones: ¡®Necesitamos un plano elevado. ?Que alguien se vaya a Atocha!¡±. Hoy, volver¨¢n a poner en pr¨¢ctica su periodismo ciudadano para cubrir la protesta que llama a empapelar el Congreso. ¡°Todos aportamos¡±, sostiene el italiano. ¡°La clave es trabajar juntos¡±.
Manifestaci¨®n no comunicada
La delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, record¨® ayer que la convocatoria para rodear el Congreso de los Diputados esta tarde no le ha sido comunicada con car¨¢cter previo, como obliga ¡°la Constituci¨®n y la Ley Org¨¢nica que regula el derecho de manifestaci¨®n¡±. ¡°No basta anunciarla en una rueda de prensa¡±, critic¨® Cifuentes. La polic¨ªa, dijo, actuar¨¢ ¡°como hace siempre¡±, aplicando la ley para mantener ¡°la seguridad ciudadana, el orden p¨²blico y el Estado de derecho¡±. La delegada record¨® que la legislaci¨®n obliga a que las manifestaciones se comuniquen con una antelaci¨®n de 10 d¨ªas o 24 horas en caso de urgencia.
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