La dif¨ªcil mutaci¨®n del PP andaluz
El cierre en falso del congreso del relevo de Arenas por Zoido empieza a aflorar El plan es aguantar sin candidato a la Junta hasta poco antes de las elecciones

El verbo de la crisis del PSOE por el traspaso de poder entre Manuel Chaves y Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n se hizo carne el d¨ªa en que el primero respondi¨® de esta manera a una pregunta sobre el entonces presunto malestar entre ambos: ¡°No estoy en dimes y diretes¡±. Lo que eran comentarios sueltos se convirti¨® en ese momento en una realidad inapelable y devino en un terremoto resuelto en un congreso extraordinario. Ahora, Juan Ignacio Zoido, el sucesor de Javier Arenas en el PP andaluz, ha repetido la misma expresi¨®n a cuenta de la refriega que empieza a aflorar en el partido, de modo que el conflicto interno ha cogido plena carta de naturaleza. Lo dijo el mi¨¦rcoles, despu¨¦s de que la n¨²mero dos nacional, Dolores de Cospedal, dejara de piedra a propios y extra?os al atribuir a Arenas en un acto p¨²blico intenciones conspiratorias para quitarle el puesto a Zoido.
?Qu¨¦ est¨¢ pasando en el PP de Andaluc¨ªa? ?Qui¨¦n intriga contra qui¨¦n? ?Tiene Zoido los d¨ªas contados? ?Se trata simplemente de la turbaci¨®n consustancial a los cambios de ciclo de las organizaciones pol¨ªticas? Por seguir con el s¨ªmil socialista: los relevos de liderazgo sobrevenidos que se liquidan en un santiam¨¦n, con unanimidad militar, muestras ardorosas de entusiasmo y exhibiciones de patriotismo partidario suelen ser artificiales. Y aunque en el momento se perciban como una jugada de enorme audacia, m¨¢s pronto que tarde la fina capa con la que se ha cubierto el debate termina por ceder y se resquebraja.
Es lo que le ocurre a los populares. Tras la salida de Javier Arenas por el fracaso de las elecciones auton¨®micas ¡ªel PP gan¨®, pero no con la mayor¨ªa suficiente para gobernar¡ª, el partido cerr¨® filas en torno a Juan Ignacio Zoido, siguiendo los designios de Cospedal. El tambi¨¦n alcalde de Sevilla sali¨® victorioso del congreso de la sucesi¨®n, celebrado en julio en Granada, dio la vuelta al organigrama como si fuera un calcet¨ªn (los arenistas se esfumaron en masa) y la mutaci¨®n se dio por concluida. Pero el malestar se qued¨® ah¨ª, instalado, incubando el desenlace.
Adem¨¢s, con todo abierto. Desde el minuto uno, Zoido advirti¨® de que aceptaba el cargo temporalmente, que su ambici¨®n es repetir como alcalde de Sevilla y que la candidatura a la Junta en 2016 est¨¢ vacante. Una situaci¨®n muy peliaguda para un partido, pues resulta pr¨¢cticamente imposible mantener la paz org¨¢nica si se deja un hueco de semejante tama?o: inevitablemente, los aspirantes se lanzan a una carrera desenfrenada y sin miramientos para ocuparlo.
Cospedal ha acusado esta semana a Arenas de conspirar contra Zoido. Y en un acto p¨²blico
Por si fuera poco, Arenas contin¨²a sentado en el Parlamento andaluz, no ha abandonado el esca?o y su papel de jarr¨®n chino ¡ªen palabras de Felipe Gonz¨¢lez: un objeto muy valioso que nadie sabe d¨®nde poner ni qu¨¦ hacer con ¨¦l¡ª es fuente de suspicacia permanente. Sus fieles juran que no maquina ninguna estrategia de desestabilizaci¨®n, que permanece al margen, que va a otra cosa. Da igual. Est¨¦ o no detr¨¢s de las observaciones maledicentes que se extienden en el PP por la fallida r¨¦plica de Zoido a Gri?¨¢n en los duelos parlamentarios, su sola presencia es un engorro y una tremenda distorsi¨®n. Sencillamente: estorba.
Se daba por hecho que se marchar¨ªa despu¨¦s del verano o, a lo m¨¢s tardar, al final de a?o. ¡°No asume que su etapa como referente del partido se ha terminado¡±, sostiene un dirigente, ¡°¨¦l mejor que nadie sabe que hasta que no se vaya no habr¨¢ tranquilidad¡±. Y a?ade este soliloquio: ¡°?Qu¨¦ quiere? Ser el interlocutor del PP de Andaluc¨ªa en Madrid, que las gestiones con los ministros, en el Congreso y en el Senado pasen por ¨¦l. ?Para qu¨¦? Para ser ministro, de lo que sea, de la Marina mismo¡±.
Estos d¨ªas los cuadros medios est¨¢n paralizados. Las palabras de Cospedal en M¨¢laga el martes les ha dejado con la boca abierta. ¡°No saben de lo que est¨¢n hablando aquellos que se refieren a la provisionalidad [de Zoido] y que alguien que ya no est¨¢ en el PP andaluz ejerciendo la presidencia [Arenas] vaya a volver a estar¡±, espet¨® en una conferencia. Y abund¨® en la explicaci¨®n: ¡°Se equivocan quienes tienen la intenci¨®n de hacerle el juego a los que gobiernan en Andaluc¨ªa [Gri?¨¢n] y se dan palmaditas olvid¨¢ndose de tiempos pasados¡±.
El entorno del presidente del PP andaluz admite que la secretaria general, lejos de despejar resquemores, lo que ha hecho es colocar una lupa sobre ellos. Porque al se?alar a Arenas como instigador de la ca¨ªda de Zoido, ha establecido la existencia de dos bandos. Y al proclamar que este es el ¡°l¨ªder magn¨ªfico e indiscutible¡±, en realidad le ha debilitado. Es lo que dicen los entendidos que pasa en el f¨²tbol: cuando desde las alturas se ratifica al entrenador, batacazo seguro.
Arenas no asume que su etapa como l¨ªder del PP andaluz ha terminado
Tambi¨¦n son conscientes de que ¡ªcon Arenas o sin Arenas de cuerpo presente¡ª tener la candidatura de la Junta abierta de par en par dos o tres a?os constituye una fuente inagotable de conflictos. ¡°Es un desastre¡±, se lamenta un miembro de la direcci¨®n. ¡°Cada vez que alguien dice que el debate de la candidatura no toca y que hay cinco o seis candidatos, irremediablemente, los postulantes piensan: ?cinco o seis? ?y yo no, que soy el s¨¦ptimo?¡±, reflexiona. Pero agrega: ¡°En cualquier caso, es lo que hay. Es necesario aguantar porque antes es preciso solucionar otras cosas: que el liderazgo de Zoido se asiente y coja el ritmo de la din¨¢mica auton¨®mica, que lleva solo 100 d¨ªas. Si abrimos el proceso de la sucesi¨®n tan pronto, nos tendremos que ir todos a casa¡±.
Hasta ahora, Zoido no va con el ritmo. Partidarios y detractores coinciden en que su dedicaci¨®n a Sevilla le impide marcar a Gri?¨¢n con la porf¨ªa que corresponde al partido que derrot¨® el 25 de marzo, por primera vez en la historia, al imbatible PSOE andaluz. Temen que, en una coyuntura econ¨®mica tan dura, el discurso de una oposici¨®n descuadernada pueda derivar en la p¨¦rdida del patrimonio electoral afanosamente conquistado. Eso, sin contar con la comez¨®n asentada en las organizaciones territoriales de M¨¢laga y Granada, donde la identificaci¨®n del presidente con Sevilla es una desventaja considerable ante sus votantes.
Desde un principio Juan Ignacio Zoido fue la persona de transici¨®n en la dif¨ªcil metamorfosis del PP andaluz de Javier Arenas, modelado durante 19 a?os a su imagen y semejanza. El tiempo dir¨¢ si ¡°los dimes y diretes¡± que ¨¦l apunta en su partido terminan, como en el caso del PSOE, en un desenlace precipitado.
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