No hay puntada sin hilo
Elegir octubre para los comicios fue p¨¦simo desde el punto de vista de la l¨®gica presupuestaria
El Partido Socialista de Euskadi se despide de la gesti¨®n econ¨®mico-financiera al frente del Gobierno vasco con una escenificaci¨®n plagada de contradicciones. De los acuerdos alcanzados en la sesi¨®n maratoniana del Consejo Vasco de Finanzas del pasado martes destacan dos: la aprobaci¨®n de la recaudaci¨®n estimada para el a?o 2013 y la aportaci¨®n extraordinaria de las Diputaciones en concepto de beneficios fiscales recuperados tras su ilegalizaci¨®n por la Uni¨®n Europea.
La recaudaci¨®n de 2013 ha sido aprobada con los votos favorables de las Diputaciones y la sorprendente abstenci¨®n de los tres representantes del Gobierno vasco. Dif¨ªcilmente se puede justificar semejante dejaci¨®n en un asunto sobre el que pivota todo el entramado presupuestario de la comunidad aut¨®noma. ?O es que, despu¨¦s de los resultados electorales del 21-O, el Ejecutivo socialista ya no tiene la responsabilidad de gobernar?
Parad¨®jicamente, quien no ha querido pronunciarse sobre la estimaci¨®n de los ingresos, se ha cre¨ªdo en el deber de marcar las directrices presupuestarias para 2013.
De haber sido el precio 71 y no 14 millones, ?se lo habr¨ªa pensado mejor Bildu?
Ha quedado evidenciado que la decisi¨®n de incumplir el plazo l¨ªmite establecido ¡ª15 de octubre¡ª para la reuni¨®n del Consejo Vasco de Finanzas, adem¨¢s de contravenir la legalidad, s¨®lo ha servido para debilitar institucional y t¨¦cnicamente una operaci¨®n compleja como es la estimaci¨®n de los ingresos fiscales. Claramente la designaci¨®n del mes de octubre para celebrar los comicios auton¨®micos fue una p¨¦sima elecci¨®n desde el punto de vista de la l¨®gica presupuestaria, y, en consecuencia, de la l¨®gica del despliegue de las pol¨ªticas p¨²blicas que el presupuesto concreta.
Respecto a la aportaci¨®n relacionada con las vacaciones fiscales, lo sucedido en Lakua no pasar¨ªa de ser una an¨¦cdota banal en otro contexto financiero y pol¨ªtico.
Por un lado, el Consejo rompe la din¨¢mica seguida en los ejercicios anteriores a 2012. Adem¨¢s, se infringe una elemental regla de prudencia que aconseja posponer la utilizaci¨®n de unos fondos cuando todav¨ªa son objeto de litigio judicial.
Finalmente, la capa de maquillaje que a?aden 216 millones a una ejecutoria presupuestaria deficitaria, no esconde las arrugas propias de la situaci¨®n econ¨®mica que viven el pa¨ªs y las cuentas p¨²blicas.
Como regla general, la aportaci¨®n de cada Diputaci¨®n al Gobierno vasco se determina no en funci¨®n de lo que ella misma recauda, sino de los ingresos totales de las tres Haciendas forales. Es decir, primero se calcula el monto global de la aportaci¨®n al Gobierno vasco ¡ªun 70% aproximado del total recaudado¡ª y a continuaci¨®n ese monto se distribuye entre las Diputaciones de acuerdo con unos coeficientes de reparto establecidos.
La an¨®mala singularidad institucional de los ¨²ltimos a?os ha comenzado a desintegrarse
Sin embargo, el propio Consejo Vasco de Finanzas acord¨® en su momento, con criterio m¨¢s pol¨ªtico que t¨¦cnico, liberar el caso que nos ocupa ¡ªla recuperaci¨®n de las ayudas¡ª de esta regla general, de modo que cada Diputaci¨®n aporte el 70% de su particular recaudaci¨®n.
Esta ins¨®lita excepci¨®n beneficia a la Diputaci¨®n menos involucrada en el affaire de las vacaciones fiscales, esto es, a Gipuzkoa.
De haberse aplicado el criterio marcado por la ley de Aportaciones, la Hacienda guipuzcoana tendr¨ªa que haber contribuido con el 32,91% de 216 millones, es decir, con 71 millones de euros. Por v¨ªa de excepci¨®n, sin embargo, su aportaci¨®n rondar¨¢ los 14 millones de euros. Notable diferencia. De haber sido el precio 71 y no 14 millones, ?se lo habr¨ªa pensado mejor Bildu cuando decidi¨® el martes apoyar la tesis del Gobierno vasco? ?Pero el precio como contraprestaci¨®n de qu¨¦? ?Qu¨¦ es lo que ha pretendido comprar Bildu a costa de un desembolso que perjudica a los guipuzcoanos?
La especulaci¨®n acerca del hilo pol¨ªtico que ha llevado a Bildu a posicionarse con el Ejecutivo del PSE no se ha hecho esperar. Unos piensan que se ha limitado a aprovechar la ocasi¨®n para remarcar su presencia en el escenario pol¨ªtico. Otros, la mayor¨ªa, creen ver un mensaje n¨ªtido lanzado al partido que va a liderar el nuevo Gobierno entrante, el PNV, as¨ª como una t¨ªmida caranto?a al partido saliente, recordando a unos y otros que 21 y 16 suman 37.
Probablemente Bildu es consciente de que un pacto con los socialistas es hoy impensable, pero s¨ª alberga la convicci¨®n de que los acuerdos puntuales son una buena v¨ªa para ir tejiendo y madurando una complicidad que con el tiempo sea capaz de aspirar a vuelos m¨¢s ambiciosos.
No ser¨¢ el Consejo Vasco de Finanzas la instituci¨®n que se preste a esta clase de juegos pol¨ªticos. Una vez constituido el nuevo Gobierno, monocolor o en coalici¨®n, la mayor¨ªa del PNV en tan decisivo ¨®rgano est¨¢ asegurada.
La an¨®mala singularidad institucional vivida en los ¨²ltimos a?os ¡ªcuatro instituciones regidas por cuatro partidos distintos¡ª ha comenzado afortunadamente a desintegrarse. Arranca una nueva etapa.
?Qu¨¦ es posible y deseable? ?Un liderazgo monocolor que vaya improvisando acuerdos con unos y con otros? ?O una direcci¨®n m¨¢s amplia capaz de coordinar la acci¨®n de las cuatro instituciones?
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