Las cartas de Gri?¨¢n
El PSOE se enfrenta a la m¨¢s grave crisis que ha sufrido en este periodo democr¨¢tico. Y todo indica que sus principales dirigentes no se ponen de acuerdo en el diagn¨®stico
Los datos son contundentes: el pasado domingo, 28 de octubre, se cumplieron 30 a?os de la hist¨®rica victoria de Felipe Gonz¨¢lez, que lleg¨® al poder con una abrumadora mayor¨ªa absoluta de 202 diputados. Ahora el PSOE tiene 110.
?En los ¨²ltimos cuatro a?os, el PSOE ha perdido en las elecciones generales 4,6 millones de votos. Ha perdido votos en todas las elecciones auton¨®micas, las m¨¢s recientes, las de Galicia y Pa¨ªs Vasco. Ya solo gobierna en dos comunidades. Una de ellas, Andaluc¨ªa, apoyado en la muleta que le presta IU.
De 52 alcaldes de capitales de provincia, solo ocho son socialistas. La lista se alarga a las medianas y peque?as poblaciones¡ En Andaluc¨ªa, los socialistas han sido literalmente barridos de la costa, de manera especial en M¨¢laga.
La n¨²mero dos del partido, Elena Valenciano, ha dicho que esta sangr¨ªa generalizada se debe a un ¡°ciclo electoral negativo¡±. Y se queda tan ancha.
Pero es algo m¨¢s que una mala racha. El PSOE se enfrenta a la m¨¢s grave crisis que ha sufrido en este periodo democr¨¢tico. Y todo indica que sus principales dirigentes no se ponen de acuerdo en el diagn¨®stico de tan grave enfermedad.
Aunque es bien sencilla: el PSOE traicion¨® sus principios ideol¨®gicos. Unos principios que, con el paso de los a?os, se hab¨ªan ido aguando hasta confundirse en ocasiones con los planteamientos de la derecha. La puntilla fue el cambio de la Constituci¨®n, por exigencia de los mercados y al dictado de Merkel, para pagar la deuda a los especuladores antes que las pensiones o la prestaci¨®n por desempleo. Antes que dotar de fondos suficientes al sistema sanitario y al educativo.
Aquello fue un disparate de consecuencias previsibles: casi cinco millones de espa?oles abandonaron al PSOE y el azul pepero se extendi¨® por casi toda la piel de toro.
En esa encrucijada cr¨ªtica est¨¢ atrapado el PSOE. Los l¨ªderes del partido se dividen entre quienes exigen una toma de decisiones urgente, con sustituci¨®n de P¨¦rez Rubalcaba al frente de la secretaria general y quienes opinan que no es el momento adecuado. Estos ¨²ltimos parecen ser mayor¨ªa.
Pero, antes incluso de iniciar ese proceso de renovaci¨®n de personas y programa, los socialistas deben recuperar la confianza perdida ante la ciudadan¨ªa. Una confianza que se desvaneci¨® cuando comenzaron a aplicar el catecismo ultraliberal para combatir la crisis, aunque esas medidas arrojaran al paro a cuatro millones de trabajadores (de 1,7 millones en 2008, a los 5,7 de la ¨²ltima EPA) y el 20% de la poblaci¨®n se situara por debajo del ¨ªndice de pobreza.
Para recuperar la confianza, nada mejor que reconocer y pedir disculpas por los errores cometidos. Es de alabar que el presidente Gri?¨¢n haya reconocido el principal: el cambio de la Constituci¨®n hecho a toda prisa por Zapatero y Rajoy.
Todas las miradas se vuelven hacia Gri?¨¢n en estos momentos. Es el dirigente socialista con mayor poder institucional y lidera la organizaci¨®n m¨¢s numerosa del partido. Por ello, debe jugar bien sus cartas. No tanto para su ganancia personal, y no creo que est¨¦ pensando en eso, sino para bien de su partido y del pa¨ªs.
Y sus cartas, en estos momentos, son sus acciones de gobierno y las soluciones que aporta ante los problemas que sufren los ciudadanos. Que deben ir en la direcci¨®n de las que ha tomado esta semana: incluir en los Presupuestos 370 millones de euros para combatir el desempleo y subir becas (7%) y pensiones no contributivas (2%).
Gri?¨¢n tiene en su mano un arma m¨¢s potente que todas las declaraciones a los medios informativos juntas: gobierna la comunidad m¨¢s poblada del pa¨ªs, y puede demostrar que es posible gobernar de otra forma a como lo hace la derecha. Pensando en los m¨¢s desfavorecidos.
@JRomanOrozco
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