La fiscal¨ªa pide 120 a?os de c¨¢rcel para el l¨ªder de los ¡®Casuals¡¯
La banda de Ricardo Mateo extorsion¨® a due?os de discotecas de Barcelona Los ¡®minicasuals¡¯ asaltaban las salas armados y agred¨ªan a porteros y clientes
Lucho, Sobres, Canas y Guantes. Cuatro alias que responden a una misma identidad: la de Ricardo Mateo, el l¨ªder de los Casuals, la facci¨®n m¨¢s violenta de los Boixos Nois que se convirti¨®, con el tiempo, en un grupo criminal violento. La fiscal¨ªa pide 119 a?os y medio de c¨¢rcel para Mateo como jefe de una estructura formada por una treintena de j¨®venes dedicada a atracar a narcotraficantes, dar palizas por encargo y extorsionar a due?os de discotecas.
Los Mossos d¡¯Esquadra desmantelaron el grupo hace dos a?os. Mateo est¨¢ en prisi¨®n provisional por este caso desde entonces y, a la vez, est¨¢ siendo juzgado por hechos anteriores pero muy similares. En esta ocasi¨®n se le atribuyen dos asesinatos en grado de tentativa, asociaci¨®n il¨ªcita, tenencia de armas, contra la salud p¨²blica, robo con violencia y lesiones con deformidad. Las penas solicitados para sus m¨¢s estrechos colaboradores superan, en alg¨²n caso, los 50 a?os.
Seg¨²n el escrito de acusaci¨®n de la fiscal Ana Gil, al que ha tenido acceso este diario, los acusados se agruparon desde 2006 en torno a Mateo para cometer, ¡°de forma sistem¨¢tica y profesionalizada¡±, toda clase de delitos. La banda particip¨® en ¡°innumerables acciones indiscriminadas y violentas¡± en los ambientes ¡°del hampa y el ocio nocturno¡± de Barcelona. En todas ellas exhib¨ªa su est¨¦tica skin y su condici¨®n de seguidores fan¨¢ticos del Bar?a.
Durante casi cuatro a?os, los Casuals convirtieron la noche barcelonesa en una pesadilla de violencia. Dirigidos por Mateo y sus hombres de confianza, los m¨¢s j¨®venes ¡ªllamados minicasuals¡ª ¡°provocaban altercados violentos¡± contra clientes y personal de locales de ocio nocturno. Para evitar que estos se repitieran, exig¨ªan a sus responsables ¡°la entrega de importantes cantidades de dinero¡± o, en otros casos, ¡°el compromiso de contratarles como empleados de seguridad¡±. La banda obtuvo, de ese modo, ¡°un enorme capital¡± que destin¨® a ¡°inversiones y compras de bienes de elevado precio¡±; en especial, coches de lujo. Durante los registros, en febrero de 2010, se les intervino un total de 200.000 euros.
Los acusados irrumpieron en algunas de las discotecas m¨¢s famosas de Barcelona: Pach¨¢, Razzmatazz o Opium, entre otras. En la mayor¨ªa de casos, los due?os no denunciaban las agresiones por ¡°el miedo que infund¨ªa el grupo¡± e incluso intentaban llegar a pactos de no agresi¨®n. En 2006, los Casuals lograron que, tras una serie de agresiones, Pach¨¢ contratara a uno de ellos como jefe de seguridad, seg¨²n la fiscal. En esos ataques, en los que a menudo topaban con el personal de seguridad, usaban armas blancas. Los chivatos lo pagaban caro. ¡°T¨² tienes la boca muy grande, cualquier d¨ªa te la vamos a hacer callar¡±, dijo uno de los acusados a una v¨ªctima. Por ese mismo motivo, Mateo orden¨® matar a un empleado de Isla Fantas¨ªa.
Las ¨®rdenes de Mateo se cumpl¨ªan. Y las amenazas se aceptaban. De lo contrario, hab¨ªa consecuencias. En diciembre de 2008, llam¨® a un hombre para advertirle de que no participara en una subasta. El hombre no hizo caso y Mateo se present¨®, junto a dos pandilleros m¨¢s, con armas blancas frente a los juzgados de Barcelona. Mateo ejerc¨ªa sobre los suyos un ¡°indiscutido liderazgo¡± y se reun¨ªa con ellos en el bar Virginia, cerca del Camp Nou. La disciplina tambi¨¦n reinaba dentro de la banda. En caso de desobediencia, sigue la fiscal, Mateo ¡°aplicaba sanciones pecuniarias y f¨ªsicas¡±. Fruto de esas presiones, uno de los acusados lleg¨® a irse de la ciudad para salvar la vida.
El primer golpe policial a la banda ¡ªel que estos d¨ªas se juzga en la Audiencia de Barcelona¡ª vino motivado por las extorsiones y torturas a otros narcotraficantes a los que robaban la mercanc¨ªa. En este segundo caso, sin embargo, los Casuals se dedicaban por s¨ª mismos a la venta y distribuci¨®n de hach¨ªs y coca¨ªna. Advertidos por la primera operaci¨®n policial, sigue la fiscal, usaban ¡°medidas de contravigilancia¡± y un ¡°lenguaje cr¨ªptico¡± en sus conversaciones telef¨®nicas: la droga pod¨ªa convertirse en bocadillos, embutidos o?entradas de cine. En sus casas se ha encontrado un ¡°completo arsenal de armas de fuego¡± para cometer los delitos.
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