Sacrificar incluso el empleo
Los fondos para pol¨ªticas activas laborales caen en Galicia un 57%, a pesar de que el paro se increment¨® en 37.500 personas desde 2011

Curtida en materia de austeridad, Galicia no se concede un respiro. Por eso, a medida que el Gobierno central diluye los presupuestos entre compromisos de d¨¦ficit, la primera de la clase recoge complaciente cualquier reto de altura. Incluso si el desaf¨ªo burla el enunciado sobre fomento del empleo de un Contrato con Galicia que ya se ha vuelto indefinido. Con el 1,5% de d¨¦ficit en los talones, la Xunta no escatima en estrecheces para lucirse en la c¨²spide del cat¨¢logo de la solvencia. Sacar pecho con las cuentas en regla implica aplazar prioridades. Tambi¨¦n el empleo.
Avanza el paro y retroceden los fondos para ponerle freno. La mayor partida, que llega de fondos estatales y europeos a trav¨¦s de la Conferencia Sectorial de Empleo, achica este a?o el presupuesto para Galicia en m¨¢s de 140 millones. En pellizcos m¨¢s o menos evidentes, los tijeretazos se diseminan a lo largo de las m¨¢s de 40 p¨¢ginas que explican el reparto. Entre ellos se desliza un recorte que deja 109 promotores menos en las Oficinas de Empleo gallegas y vuelan 5,6 millones de euros de la partida para la inserci¨®n de personas con discapacidad. Los 106,6 millones para pol¨ªticas activas que sobreviven en Galicia se repartir¨¢n entre 264.000 desocupados, 37.500 m¨¢s que en 2011. Y para 2013, otro tajo de 34,5% en el Presupuesto estatal para activar el empleo amenaza con asestar el tiro de gracia.
Aunque a bocaditos se ensordece el estruendo, muchos lo sienten igual. Entre ellos, Jos¨¦ Antonio Espantoso, que casi 20 a?os despu¨¦s de la ¨²ltima clase ha cambiado el malet¨ªn por una mochila y la amplitud del despacho por un pupitre de formica. La culpa es del par de muletas que sujeta desde hace ocho a?os y el diagn¨®stico m¨¦dico que le trunc¨® la carrera laboral. Licenciado en Econom¨ªa y directivo de banca hasta 2010, su empresa le ¡°procur¨®¡± la incapacidad permanente porque ya ¡°no resultaba rentable¡±. Ahora invierte las ma?anas en el m¨¢ster que le abrir¨¢ las puertas del doctorado a falta de otra salida profesional. En los descansos, carga contra el mundo en lo que dura un caf¨¦ sin az¨²car.
¡°El Inem solo sirve para registrar parados, no para darles salida¡±, lamenta. Se inscribi¨® con el ¨¢nimo de asistir a cursos de formaci¨®n y a¨²n no ha recibido el primero. Para buscar trabajo lo derivan a Cogami (Confederaci¨®n Galega de Persoas con Discapacidade), que busca empleo a 28.000 personas con recursos ¡°casi simb¨®licos¡± y se confiesa ¡°al l¨ªmite¡±. El presidente de la organizaci¨®n, Anxo Queiruga, recuerda que ¡°en plena ¨¦poca de esplendor econ¨®mico, las personas con discapacidad se mov¨ªan en tasas de paro como las actuales, superiores al 70%¡±. Ahora, dice que sin apoyos, sus posibilidades de encontrar empleo son ¡°casi testimoniales¡± y teme que la crisis se lleve 30 a?os de esfuerzos ¡°de vuelta a la exclusi¨®n¡±.
Aunque Jos¨¦ Antonio agradece el trato recibido, en la cartera de empleo de Cogami no hay lugar para su equipaje. ¡°Existe la percepci¨®n generalizada de que las personas con discapacidad carecemos de formaci¨®n¡±, lamenta. Todo lo que pueden ofrecerle son trabajos de baja cualificaci¨®n pagados, ¡°con suerte¡±, a raz¨®n de 1.000 euros mensuales. Su n¨®mina rondaba los 45.000 euros al a?o no hace tanto tiempo.
Por arriba y por abajo, al desempleo le molesta la formaci¨®n. La que le sobra a Jos¨¦ Antonio y la que le falta a casi la mitad de los parados que el Sepe registra en Galicia. M¨¢s de 105.000 de los 259.373 nombres que pasan revista en las oficinas gallegas carecen de graduado escolar, un pedazo de papel que se volvi¨® un problema cuando el paisaje se vaci¨® de andamios. Sin ¨¦l, la mayor¨ªa de los cursos est¨¢n vetados. El Sepe los oferta repartidos en tres niveles, de los que solo al primero ¡ªque ni siquiera proporciona un Certificado de Profesionalidad¡ª se puede acceder sin estudios b¨¢sicos. La mayor parte de la oferta se concentra en el intermedio. Para la mayor¨ªa de los solicitantes, con m¨¢s de 40 a?os y una experiencia cimentada en la burbuja de la construcci¨®n, los criterios de acceso significan renunciar a la movilidad laboral.
La secretaria de empleo de Comisiones Obreras, Maica Bouza, reduce la efectividad de las ayudas a la activaci¨®n de empleo a lo m¨¢s m¨ªnimo. ¡°Ni en Espa?a ni en Galicia se est¨¢n haciendo pol¨ªticas para la recuperaci¨®n del empleo, sino todo lo contrario¡±, advierte. Su compa?ero Xavier Dongil a?ade a estas carencias que las Administraciones p¨²blicas no midan el impacto de la formaci¨®n en la inserci¨®n laboral, con evaluaciones peri¨®dicas y publicaciones transparentes. Las propuestas de colaboraci¨®n p¨²blico-privada representan, en opini¨®n del sindicato, ¡°una nueva segregaci¨®n laboral¡±. A este respecto, desde UGT, Domingo Barros critica que en los Presupuestos de 2013 se destinen 20 millones de euros a agencias de colocaci¨®n privadas.
A punto de cumplir 40 a?os, Mar¨ªa ¡ªnombre ficticio¡ª se concentra en no perder los estribos. Ha tenido que solicitar estas ayudas con m¨¢s o menos fortuna. La ¨²ltima, la del plan Prepara, le peg¨® un buen susto en julio, cuando el ministerio retras¨® los pagos. Le queda un mes, de los seis que establece el programa, para que la prestaci¨®n de 450 euros desaparezca, y en febrero se extinguir¨¢ definitivamente, seg¨²n los nuevos Presupuestos. En las reuniones de los beneficiarios del plan se hilvanan curr¨ªculums y t¨¦cnicas de busca de empleo. Mar¨ªa es de Oleiros. Su experiencia laboral transita por oficinas y quiz¨¢s papeleras. Pero ella zanja la traves¨ªa pertinaz con un: ¡°No hubo suerte¡±. Lo intenta, tanto como puede. ¡°Siempre estoy mandando curr¨ªculums¡±, agrega. Previamente hab¨ªa participado en el plan FIP (Plan Nacional de Formaci¨®n e Inserci¨®n Profesional), y a partir de ah¨ª pas¨® del quiosco a ser promotora.
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