Hist¨®rica, pero no competitiva
El pr¨®ximo presidente ser¨¢ Mas, por la ca¨ªda socialista y porque el duelo del tripartito no ha terminado
Estamos ante una campa?a electoral hist¨®rica, pero no competitiva. Una elecci¨®n competitiva es aquella en la que el resultado es incierto entre las fuerzas que se disputan el poder. No es el caso. No hay una verdadera competencia por la victoria. Todos sabemos que el pr¨®ximo presidente de la Generalitat ser¨¢ Artur Mas. En este sentido, el partido est¨¢ decidido antes de empezar. Aun en el caso, poco probable, de que CiU perdiera alg¨²n esca?o, no hay posibilidad alguna de una mayor¨ªa de gobierno alternativa. Por la ca¨ªda socialista y porque el duelo del tripartito no ha terminado todav¨ªa. La hip¨®tesis de una alianza de izquierdas est¨¢ totalmente fuera de programa. Dos de sus actores, el PSC y Esquerra, siguen renegando de ella.
Y sin embargo, estamos ante unas elecciones hist¨®ricas, por la apuesta que hay en el origen de la convocatoria. Artur Mas disolvi¨® el Parlamento y convoc¨® elecciones para encuadrar, encarrilar y capitalizar el movimiento social por la independencia, que hab¨ªa dado un salto cuantitativo y cualitativo con la manifestaci¨®n del 11-S. Abrir un proceso de ruptura con Espa?a no es algo que ocurra en cualquier convocatoria. Es un acontecimiento excepcional que abre un periodo para el que no hay pautas establecidas. En esta primera etapa, de un proceso que se presume largo y complicado, el objetivo es la convocatoria de un refer¨¦ndum. En esta materia, estas elecciones tampoco son competitivas. Todos sabemos que habr¨¢ una abrumadora mayor¨ªa a favor de un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n. Lo llevan en su programa CiU, Esquerra, Iniciativa e incluso, aunque con condiciones, el PSC. De modo que se puede afirmar sin riesgo de error que el Parlamento catal¨¢n, una vez constituido, solicitar¨¢ por ampl¨ªsima mayor¨ªa al Parlamento espa?ol la autorizaci¨®n para la convocatoria de un refer¨¦ndum.
?D¨®nde est¨¢ entonces la competici¨®n? En que CiU consiga o no la mayor¨ªa absoluta. Tanto si la alcanza como no, el gobierno ser¨¢ suyo y el refer¨¦ndum tendr¨¢ un apoyo masivo. Pero CiU quiere tener manos libres para decidir el camino que seguir y los partidos contrarios a la independencia buscan el consuelo en que Artur Mas se quede sin mayor¨ªa absoluta. Un estancamiento o retroceso de CiU servir¨ªa para argumentar que su apuesta pierde empuje. Y por tanto, para tratar de cambiar el escenario del d¨ªa despu¨¦s. Dado que, en l¨ªneas generales, los resultados est¨¢n escritos, estas elecciones son vistas, especialmente desde Madrid, pero tambi¨¦n desde el poder econ¨®mico local, como un par¨¦ntesis a la espera de la hora de la verdad. La hora de la pol¨ªtica, dicen algunos. ?Quieren m¨¢s pol¨ªtica que un proyecto para cambiar el estatus de un pa¨ªs?
En resumen: unas elecciones hist¨®ricas en que casi todo est¨¢ decidido. De modo que al analizar los resultados se magnificar¨¢n mucho los matices. Dicen que el diablo est¨¢ en los detalles.
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