¡°T¨² sentarse, ahora pasar chica¡±
Procesados 38 proxenetas chinos que explotaban a menores en ¡®meubl¨¦s¡¯ de Barcelona Dos hombres dirig¨ªan la red mafiosa desde un karaoke
La Nochebuena de 2009, Yanli Z. acudi¨® a comisar¨ªa y denunci¨® la desaparici¨®n de su hija, menor de edad. Sospechaba que hab¨ªa ca¨ªdo en manos de una organizaci¨®n criminal china dedicada a la explotaci¨®n sexual de mujeres. Acert¨®. Su testimonio y la investigaci¨®n posterior permitieron desarticular una trama que controlaba una treintena de prost¨ªbulos ¡ªla mayor¨ªa, en viviendas particulares¡ª de Barcelona y su ¨¢rea metropolitana. La juez ha dado por cerrado el caso y ha procesado a 38 personas por ofrecer servicios sexuales de ni?as, algunas de 13 a?os.
La hija de Yanli Z. aparec¨ªa involucrada en un intento de compra con tarjetas de cr¨¦dito falsificadas en la Fnac. M¨¢s tarde, la polic¨ªa dio con ella por casualidad: sufri¨® un accidente de tr¨¢fico en un coche en el que viajaba junto a otras dos menores y dos adultos. En su declaraci¨®n, las ni?as afirmaron que se dirig¨ªan al Maileidi, un karaoke situado en un pol¨ªgono industrial de Sant Adri¨¤ de Bes¨°s. El local result¨® ser el centro de operaciones de la red: desde all¨ª, dice la juez en su auto, se enviaba a menores a la pensi¨®n Yindu, en la vecina Santa Coloma de Gramenet.
Un hombre apareci¨® en comisar¨ªa para recoger a las dos menores (de 13 y 15 a?os) que acompa?aban a la hija de Yanli. La polic¨ªa le investig¨® y descubri¨® algo interesante: regentaba varios prost¨ªbulos en los que se hab¨ªan registrado incidentes violentos, ofrec¨ªa servicios de menores y manten¨ªa fuertes v¨ªnculos con otros proxenetas, tambi¨¦n chinos. A partir de ese hilo, la investigaci¨®n descubri¨® una trama liderada desde el Maileidi por Hai L. y Quan L. Ellos ¡°impon¨ªan las condiciones¡± para ejercer la prostituci¨®n y ¡°daban pautas¡± al resto.
El trasiego de mujeres ¡ªde su pa¨ªs de origen a Barcelona, de un meubl¨¦ a otro¡ª era constante. As¨ª se desprende de las llamadas telef¨®nicas intervenidas. En una de ellas, un imputado ofrece a una joven de 13 a?os para prostituirse en un piso de la avenida Meridiana. Quan L. le pide que se asegure si sus padres est¨¢n al corriente del asunto y le permiten que trabaje all¨ª. En los seguimientos, la polic¨ªa detect¨® el traslado de una joven de 16 a?os desde el karaoke hasta la pensi¨®n a las tres de la madrugada.
Los registros tambi¨¦n depararon sorpresas. En el karaoke, la polic¨ªa hall¨® un hacha, un martillo, y unas bolsas de pl¨¢stico con polvo blanco escondidas en el carrito de un beb¨¦ de cuatro meses, hijo de Quan L. En otro local, en la calle Enten?a ¡ªla mayor¨ªa de prost¨ªbulos est¨¢n en el Eixample¡ª los polic¨ªas hallaron una anotaci¨®n manuscrita para exhibir a los clientes por las dificultades del idioma: ¡°T¨² sentarse, ahora pasar chica¡±.
Los pinchazos telef¨®nicos, una de las principales pruebas para el juicio oral, ponen en evidencia la conexi¨®n entre los proxenetas y la actividad de la banda para intercambiar mujeres e imponer sus condiciones. ¡°Intercambiaban encargados y prostitutas¡±, concluye la titular del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 10 de Barcelona, M¨ªriam de Rosa, en su auto de procesamiento. Los miembros de la red mafiosa se quedaban con parte del dinero que ganaban las mujeres y, en ocasiones, ¡°aprovechaban su situaci¨®n de desamparo y vulnerabilidad¡±, ya que la mayor¨ªa de ellas se encontraba en situaci¨®n irregular y desconoc¨ªa el idioma.
Algunas conversaciones son elocuentes. La encargada del burdel de la avenida Meridiana informa a un cliente potencial interesado en unos ¡°masajes¡± de que ¡°el timbre del local es azul¡± y hay ¡°tres chicas nuevas¡±. Otro de los imputados pide que se busque a un cliente para ¡°pasar la noche¡± con una chica china que hab¨ªa llegado al d¨ªa anterior desde aquel pa¨ªs. En las llamadas discuten sobre dinero: se preguntan cu¨¢ndo puede cobrarse a personas que pretenden viajar a Francia en situaci¨®n irregular; tambi¨¦n, sobre el coste de traer a dos chicas de las que, dicen, ¡°tienen las fotos y son muy guapas¡±. Uno de los imputados admite que ha tenido que ¡°asustar¡± a dos j¨®venes para devolver la deuda que, al viajar a Espa?a, hab¨ªan contra¨ªdo con la organizaci¨®n criminal. Otro presunto proxeneta recomienda retirar los pasaportes a dos mujeres que adeudan 6.000 euros para que as¨ª ¡°no puedan irse¡±.
Todos los imputados ¡ªpropietarios, encargados de los prost¨ªbulos y transportistas¡ª son de origen chino. Hay confusiones en algunos nombres, que aparecen citados de dos y hasta de tres formas distintas. Solo uno de los procesados es espa?ol, C¨¦sar L. Seg¨²n la juez, se encargaba de ¡°elaborar la publicidad¡± de los prost¨ªbulos. Los miembros de la banda tambi¨¦n aluden a ¨¦l para conseguir chicas espa?olas que quieran acostarse con clientes chinos.
La juez investig¨® el papel de un agente de los Mossos d¡¯Esquadra y un concejal de Sant Adri¨¤ por haber alertado a la mafia china sobre la operaci¨®n policial. Ninguno de ellos, sin embargo, ha sido procesado. Hai L., uno de los capos, ordena a un subordinado que prepare a una mujer a las 17 horas ¡°para el cliente del Ayuntamiento¡±.
La juez cree que la red estuvo activa en 2011 y lleg¨® a controlar 25 locales, 15 en Barcelona y el resto en el ¨¢rea metropolitana. Y concluye que hay indicios para procesar a los proxenetas ¡ªnueve de ellos siguen en prisi¨®n provisional¡ª por tr¨¢fico de seres humanos, inmigraci¨®n ilegal, lucro con la prostituci¨®n ajena, falsedad documental, tenencia il¨ªcita de armas y tr¨¢fico de drogas.
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