Las familias acogedoras tampoco cobran
La Generalitat no paga a las personas que atienden a m¨¢s de 1.600 menores en situaci¨®n de desamparo desde hace seis meses
![Cristina Martín y Alicia Sirvent (derecha) con dos niñas de acogida en sus brazos.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/CUJ5TVO3HSB24K65LWR3KUJMZY.jpg?auth=0c6f7a2aa38b34bfd94ae1e0cadaa7a4afd0aa6bfd58361dd1c339f04ebad47e&width=414)
Seg¨²n la propia Consejer¨ªa de Bienestar Social,? ¡°el acogimiento familiar es una medida de protecci¨®n que produce la plena integraci¨®n del menor en la familia que lo acoge¡±. Los acogedores adquieren las obligaciones inherentes a la guarda del menor (velar por ¨¦l, tenerlo en su compa?¨ªa, alimentarlo, educarlo y procurarle una formaci¨®n integral). Pero, al mismo tiempo, y con el fin de que el acogimiento se desarrolle de forma satisfactoria para ambas partes es necesario recibir una serie de apoyos t¨¦cnicos o humanos y, en algunos casos, la ayuda material para que el acogimiento no suponga una merma en su econom¨ªa familiar. Para lograr estos objetivos, la Consejer¨ªa de Bienestar Social convoca cada a?o unas ayudas econ¨®micas por acogimiento. Pero con la situaci¨®n generalizada de impagos y deudas del Consell estas ayudas no est¨¢n llegando en tiempo y forma.
Los datos oficiales de la Consejer¨ªa de Justicia y Bienestar Social indican que en la Comunidad Valenciana hay 4.555 menores en situaci¨®n de desamparo. De ¨¦stos un total de 1.228 se encuentran en acogimiento residencial, y 451 en acogimiento familiar con familia educadora, algunas son las denominadas de urgencia y diagn¨®stico.
Las ayudas econ¨®micas que reciben las familias educadoras oscilan entre los 250 y los 750 euros, dependiendo de la modalidad de acogimiento y de las necesidades de cada menor. Pero las prestaciones no llegan desde hace 6 meses, y a pesar de ello, siguen asumiendo los gastos generados por el desarrollo de la guarda de los menores tutelados por la Administraci¨®n, como leches maternizadas, pa?ales, ropa, vacunas, etc. Adem¨¢s, muchos de estos ni?os acogidos son especiales, y necesitan una atenci¨®n espec¨ªfica. Algunos de ellos han podido sufrir malos tratos o abusos, otros necesitan atenci¨®n m¨¦dica especializada, muchos acuden al logopeda, al psic¨®logo o al fisioterapeuta, y otros necesitan sillas de ruedas o complementos ortop¨¦dicos.
Las familias de acogida de urgencia para llegar a serlo antes tuvieron que realizar los correspondientes cursos de formaci¨®n exigidos por la consejer¨ªa, as¨ª como una evaluaci¨®n del entorno familiar, social y econ¨®mico; adem¨¢s, durante todo el acogimiento, las familias tienen asignado un t¨¦cnico que se encarga de evaluar y hacer el seguimiento correspondiente de los menores, de la familia biol¨®gica y de la familia acogedora, y son el ¡°enlace¡± con la consejer¨ªa. Un requisito imprescindible para ser familia acogedora de urgencia y diagn¨®stico, es la disponibilidad absoluta que se les exige y que resulta incompatible con la vida laboral. Todo su tiempo est¨¢ dedicado a garantizar la total atenci¨®n del menor. ¡°Te pueden llamar desde la consejer¨ªa y en dos horas te llevan un beb¨¦ a casa, por eso debemos tener disponibilidad total. Pero tal como est¨¢n las cosas con la crisis, si no puedes trabajar, tu pareja est¨¢ en paro y las ayudas no nos llegan desde abril con lo que volvemos a acumular seis meses (sumados a otros ocho que ya estuvimos en la misma situaci¨®n con anterioridad¡) la cosa se complica irremediablemente y resulta muy dif¨ªcil seguir dando a estos menores todo lo que necesitan para su adecuado desarrollo, como ir al psicopedagogo etc.¡¡± explican Cristina Mart¨ªn, Cristina Gomis y Maite Sendra, tres madres que hacen acogidas de urgencia desde hace a?os y que vienen reclamando un acogimiento simple desde hace 20 meses.
En la Comunidad Valenciana hay m¨¢s 4.500 menores en desamparo
Las familias educadoras temen que ¡°tal y como est¨¢ pasando actualmente, los cursos de formaci¨®n de nuevas familias no se realicen con la misma asiduidad que en a?os anteriores, y que los centros residenciales se conviertan en el primer destino para los menores debido a la falta de familias educadoras. Cuando nadie pone en duda que la familia es el entorno ideal para que cualquier menor pueda desarrollar todas sus capacidades¡± afirma Pedro Luis Amor¨®s, padre de acogida y especialista en educaci¨®n especial.
Alicia Sirvent lleva m¨¢s de siete a?os acogiendo ni?os en urgencia, por su casa han pasado m¨¢s de 15 menores en situaci¨®n de desamparo a los que la Generalitat ha retirado la tutela de sus padres biol¨®gicos. Sirvent reconoce que acoge a estos ni?os porque ¡°son una realidad social, ellos necesitan de una familia durante un tiempo, y tienen derecho a crecer en una familia y les brindamos nuestro tiempo y afecto¡±. Sirvent admite que est¨¢ satisfecha con lo que hacen ¡°pero tengo la sensaci¨®n de que algo falla en el engranaje del sistema, que es imperfecto, desde el momento en el que hay menores creciendo en residencias. Esta sociedad debe velar por sus derechos, les debe una familia que les proporcione calor, que los valore y les sea incondicional¡±. Mart¨ªn destaca que estos ni?os ¡°se nutren cada d¨ªa de cari?o, y de un amor que tiene fecha de caducidad, la sociedad se lo debe y nosotras disfrutamos sintiendo que ayudamos al crecimiento f¨ªsico y ps¨ªquico de estos menores¡±.
Cristina Gomis, que tiene un ni?o en acogida permanente y hace acogidas de urgencia, opina que este es un recurso que no est¨¢ suficientemente valorado, a pesar de que se ha demostrado sobradamente que es mucho m¨¢s rentable que el internamiento en centro, tanto a nivel emocional como econ¨®mico. ¡°A pesar de la falta de pago, las familias de acogida seguimos pidiendo a consejer¨ªa que se nos considere como el primer recurso ante una situaci¨®n de riesgo o desamparo, y que los ni?os lleguen a nuestros hogares antes que a las instituciones¡±.
Estas familias conf¨ªan en que se apruebe definitivamente la nueva ley que se tramita en el Senado sobre Reforma de Acogimiento y adopci¨®n que permita ¡°dignificar¡± las condiciones del acogimiento.
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