El CSIC descubre el secreto de la cr¨ªa en cautividad del caballito de mar europeo
La ¡°desidia¡± por parte de la Xunta impide al equipo vigu¨¦s de Investigaciones Marinas estudiar las posibilidades de recuperaci¨®n de las poblaciones salvajes
La hembra y el macho, que no se juran fidelidad eterna pero pelean por ella mucho m¨¢s que bastantes parejas humanas, se sent¨ªan fuera de su entorno natural, en el anodino acuario de una instituci¨®n cient¨ªfica, y a¨²n as¨ª le echaban ganas, y emprend¨ªan animosos esa danza nupcial que en los caballitos de mar es el proleg¨®meno del apareamiento. El problema es que de ah¨ª no pasaban. La hembra se frenaba en seco, no culminaba el ritual, no se abalanzaba como es su costumbre sobre su pareja para introducir sus huevos en el saco incubatriz que da fama a los caballitos macho de ser tan buenos padres. Porque ellos, y no ellas, son los que soportan durante un largo mes el embarazo de 400 cr¨ªas, y ellos, que no ellas, paren con dolor, en medio de fuertes convulsiones. Claro que en el acuario, todo esto nunca llegaba.
En 2006, cuando el grupo vigu¨¦s de Biolog¨ªa y Fisiolog¨ªa Larvaria de Peces del CSIC se atrevi¨® por primera vez en el continente a perseguir la cr¨ªa en cautividad del caballito de mar nariz¨®n, la especie de hipocampo europeo m¨¢s delicada y exigente, los fracasos se suced¨ªan y el equipo de cient¨ªficos, dirigido por Miquel Planas, a punto estuvo de tirar la toalla. Durante el tiempo transcurrido tuvieron que vigilar el proceso los 365 d¨ªas de cada a?o, pero al fin lo lograron. El secreto del apareamiento y la cr¨ªa en cautividad del Hippocampus guttulatus, que entr¨® recientemente en el Cat¨¢logo Espa?ol de Especies Amenazadas y se conoce como nariz¨®n porque su hocico es m¨¢s largo que el del caballito com¨²n (Hippocampus hippocampus), radicaba, sobre todo, en la temperatura del agua y el tipo de comida.
Cuando lograron que la hembra pre?ase al macho, result¨® que las cr¨ªas empezaron a nacer prematuras, malformadas, con una boca tan peque?a que no consegu¨ªan comer y mor¨ªan de hambre. Los bi¨®logos de este grupo que forma parte del Instituto de Investigaciones Marinas tuvieron que experimentar, hasta que supieron cu¨¢les eran las verdaderas necesidades alimenticias de los animales; afinaron la f¨®rmula hasta que fabricaron el zooplancton perfecto y entonces, los partos comenzaron a ser felices. Pero a la vuelta de la esquina aguardaba el siguiente problema: los hipocampos reci¨¦n nacidos, siguiendo su instinto natural, sub¨ªan a la superficie y aspiraban aire para inflar su vejiga natatoria. Lo que pasa es que no eran capaces de dejar de hacerlo, la vejiga se hinchaba tanto que los animalitos se convert¨ªan en globos, no lograban volver a bajar y al cabo mor¨ªan en la parte superior de la pecera.
El equipo encontr¨® soluci¨®n tambi¨¦n para esto, y comprob¨® que la supervivencia y el desarrollo de los ejemplares es muy baja por debajo de los 15 C y que el h¨¢bitat id¨®neo para el cultivo artificial est¨¢ entre los 19 C y 20 C. Con estas condiciones, en la ¨²ltima fase del proyecto los cient¨ªficos consiguieron unos caballitos de mar narizones desinhibidos a la hora de aparearse y tan fornidos que llegan a ser el doble de grandes que los que tienen que v¨¦rselas con la cruda realidad en el Atl¨¢ntico o el Mediterr¨¢neo. Al a?o de su nacimiento ya miden 17 cent¨ªmetros, y a lo largo de su vida (pueden durar hasta los seis) alcanzan los 30 de estatura.
En 2009, los investigadores soltaron varios de estos ejemplares en aguas de la Illa de Arousa y unos meses despu¨¦s comprobaron que algunos segu¨ªan vivos. Pudieron localizarlos porque les hab¨ªan puesto un collar e inyectado un pol¨ªmero fluorescente bajo su piel amarillo-verdosa. Pero si los buscaron fue por amor al arte, por iniciativa propia, y no porque ese requisito formase parte del proyecto. La financiaci¨®n con la que contaban no cubr¨ªa el objetivo del reencuentro.
Eso iba a venir ahora. Tocaba en adelante. El equipo del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas, que hasta el momento contaba con subvenciones del Gobierno Central, prepar¨® una propuesta para estudiar las posibilidades de repoblaci¨®n del amenazado Hippocampus guttulatus en los mares de Europa. Iba a presentarlo, en busca de subvenci¨®n, al programa europeo Life+. Era su ¨²ltima oportunidad para aspirar a este plan de ayudas para el medio ambiente de la UE, previsto para el per¨ªodo 2007 y 2013, pero la Xunta lo fren¨®. Era un requisito que la Conseller¨ªa de Medio Ambiente, que dirige Agust¨ªn Hern¨¢ndez, diese su visto bueno (algo totalmente gratis) antes de septiembre, y la Administraci¨®n no respondi¨® a los insistentes correos de los cient¨ªficos. Se quedaron fuera, por eso ahora intentan financiarse vendiendo sus cr¨ªas de caballito, muy cotizadas en aquariofilia (80 euros el ejemplar).
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