Los oscuros nexos entre arte y pol¨ªtica
La compa?¨ªa sevillana La Fundici¨®n estrena en M¨¢laga ¡®Tomar partido¡¯, de Ronald Harwood
En 1946, en la zona americana del Berl¨ªn ocupado, una ciudad destruida tras la guerra, el comandante estadounidense Steve Arnold investiga la vida del gran director de orquesta Wilheim Furtw?ngler, durante el periodo de la Alemania nazi. Impulsado por una actitud m¨¢s bien maniquea, Arnold intenta inculpar a Furtw?ngler de colaboracionista ante la Comisi¨®n Antinazi, sin tener en cuenta que el ¨²nico error del director fue no rebelarse contra el r¨¦gimen nazi para poder seguir desempe?ando su labor.
As¨ª arranca Tomar partido, una obra del sudafricano Ronald Harwood ¨Cganador de un Oscar por el gui¨®n de El pianista- que ha sido adaptada por la compa?¨ªa sevillana La Fundici¨®n, que esta noche la estrena en el Teatro C¨¢novas de M¨¢laga.
La obra, que se desarrolla tras la Segunda Guerra Mundial, cuenta con Antonio Dechet y Roberto Quintana como protagonistas
¡°La obra sondea temas como el compromiso de un genio con su p¨²blico, la espinosa independencia del arte frente a la pol¨ªtica, e incluso la dudosa capacidad redentora de la bondad sobre las acciones irreparables¡±, explica su director, Pedro ?lvarez-Ossorio. ¡°Desaf¨ªa al espectador a decantarse por la b¨²squeda de la verdad ante dos actitudes, dos maneras de enfrentarse a una terrible realidad pol¨ªtica. La m¨¢s a ras de tierra encarnada en Arnold, personaje mostrado como un ser vulgar, agresivo, irritante, mal educado pero persistente en la b¨²squeda de esa semilla capaz de dar cimiento a una sociedad, la verdad, la responsabilidad y la justicia. Y, del otro lado, la seductora fascinaci¨®n por la belleza musical de un int¨¦rprete, director de orquesta genial y compositor, Wilheim Furtw?ngler, capaz de revelar la grandeza de la m¨²sica¡±, a?ade ?lvarez-Ossorio sobre esta obra que en 2001 fue llevada al cine por el director h¨²ngaro Istv¨¢n Szab¨®, con Harvey Keitel (Steve Arnold) y Stellan Skarsg?rd (Wilheim Furtw?ngler) como protagonistas.
'Tomar partido' fue llevada al cine en 2001 por el director h¨²ngaro Istv¨¢n Szab¨®
En la adaptaci¨®n de La Fundici¨®n, el sevillano Antonio Dechent da vida al comandante Arnold, mientras que Roberto Quintana se mete en el papel del m¨²sico Furtw?ngler.
¡°El espectador se ve sumido en un juicio donde es parte y testigo, de hecho no se le da una soluci¨®n, se le sit¨²a en la misma posici¨®n que los personajes: ?Es necesario tomar partido? ?Qu¨¦ deber¨ªa haber hecho F¨¹rwangler? ?Debi¨® quedarse, como hizo, o simplemente debi¨® huir para no colaborar con aquel r¨¦gimen? Debate sobre arte y pol¨ªtica, sobre el hombre y el artista, sobre las miserias y las grandezas del ser humano¡±, resalta el director sobre el duelo entre ambos personajes.
¡°En el ritual habitual del teatro, el p¨²blico obtiene una respuesta que le libera moralmente de tomar partido. Como en el mejor teatro griego, aqu¨ª sucede todo lo contrario: las dos posiciones tienen un gran sentido moral pero est¨¢n totalmente contrapuestas e implica a la sociedad para que examine su propia actitud respecto a c¨®mo afronta moral y socialmente su propia historia¡±, concluye ?lvarez-Ossorio.
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