Cartel discriminatorio en Russafa

"No s¨¦ si es racista o ilegal, pero lo seguro es que es discriminatorio". Eso es lo que comenta Derek, un vecino del barrio valenciano de Russafa, ante un cartel colgado en un local en alquiler. "Este local no se alquila a pakistan¨ª" pone escrito a ordenador en un folio plastificado atornillado a la pared con trozos de madera. Al lado, otro letrero muestra un n¨²mero de tel¨¦fono y el nombre de la agencia junto a los datos del espacio, situado en la calle de Romeu de Corber¨¢.

Esta se?al que advierte de que los ciudadanos de esta nacionalidad no pueden alquilar el local lleva puesta pocos d¨ªas. Seg¨²n Al¨ª, el due?o -paquistan¨ª- de la peluquer¨ªa contigua, el lugar est¨¢ vac¨ªo desde primeros de este mes. Antes, dos chicos de ese pa¨ªs asi¨¢tico montaron una fruter¨ªa que les dur¨® tres meses. En cuanto cerraron se coloc¨® en la valla met¨¢lica un papel que dec¨ªa lo mismo, pero lo arrancaron. "Ahora, con las maderas y en la parte superior de la puerta, es m¨¢s dif¨ªcil", explica este hombre asumiendo que ¨¦l lo retirar¨ªa.

El gestor del local, Carlos Fuster, responde por tel¨¦fono que "alguien habr¨¢ pasado y lo habr¨¢ puesto". "Si te molesta lo quitas", alega malhumorado. ??l lo har¨ªa? "Si paso alg¨²n d¨ªa y puedo...", contesta dudoso. "Est¨¢ en la calle y se puede romper", se excusa. Este administrador confirma que el establecimiento lleva vac¨ªo desde primeros de mes y responde enfurecido que antes lo alquilaban "unos chinos". En otra conversaci¨®n con un vecino, el administrador cambia la historia y da a entender que el letrero lo ha colgado supuestamente el due?o, con quien EL PA?S no ha podido hablar, porque "no quieren" (en plural) gente de esa nacionalidad. "Es un previo aviso porque no se les va a alquilar. En esa calle hay muchos y es una p¨¦rdida de tiempo", afirma. "Como los que estuvieron no pagaron y se portaron mal, no queremos m¨¢s", repite.

El due?o alega que los inquilinos que tuvieron de esta nacionalidad "se portaron mal" y no quieren m¨¢s

Al¨ª, que ha vivido la trayectoria del local muy de cerca, relata que cuando sus compatriotas (con quienes no ten¨ªa ning¨²n trato anterior) alquilaron el recinto tuvieron que pagar 400 euros del primer mes y dos mensualidades m¨¢s de fianza. En total, 1.200 euros. Lo pagaron inmediatamente. ?l, que lleva nueve a?os en la ciudad, ten¨ªa que ayudarles habitualmente porque apenas hablaban espa?ol. Seg¨²n cuenta el peluquero, el due?o tuvo que hacer reformas y ellos se quedaron sin poder trabajar. A cambio, el propietario presuntamente les prometi¨® dos meses gratis. Las obras solo duraron un mes. Al volver a abrir la tienda, les requiri¨® el dinero del mes.

Ellos no ten¨ªan c¨®mo pagar y alegaron como aval los dos meses gratuitos que ten¨ªan o, como segunda opci¨®n, devolverle las llaves a cambio de la devoluci¨®n de la fianza. Al final se quedaron dos meses (los que consideraban que les correspond¨ªan por la fianza) y se marcharon. "El due?o ven¨ªa cada d¨ªa y les ped¨ªa que pagaran", explica Al¨ª. "Tambi¨¦n se acercaba de vez en cuando el de la inmobiliaria y les acusaba con muy malas palabras", confiesa. "O pag¨¢is o a la puta calle" era una de ellas, cuenta ruborizado.

La inmobiliaria, Hogarvalencia, presume en su p¨¢gina web de abarcar todos los campos de gesti¨®n inmobiliaria y de expandirse gracias a su "profesionalidad y buenas pr¨¢cticas". En el barrio, que cuenta con una poblaci¨®n paquistan¨ª numerosa, los propietarios de otros locales ignoran el letrero. Al¨ª, que lo ve cada d¨ªa, dice sentirse "ofendido" y lo califica, sin dudar, como "100% racista".