El aspirante desconocido y tranquilo
Pere Navarro aspira a seguir liderando el PSC pese al rev¨¦s electoral
Pere Navarro empez¨® la campa?a electoral con un traje que le ven¨ªa muy grande, pero la ha acabado relativamente satisfecho porque si de algo le han servido estos d¨ªas es para darse a conocer. Con ese aspecto de bonach¨®n que le caracteriza, el l¨ªder del PSC no tiene rubor en mirar a la c¨¢mara de televisi¨®n en un debate, admitir que quiz¨¢s muchos espectadores no le conocen y a rengl¨®n seguido formular sus propuestas pol¨ªticas. O empezar un spot electoral de campa?a diciendo qui¨¦n es, todo un s¨ªntoma de la desventaja con la que part¨ªa frente al resto de candidatos.
En el PSC nadie discute que a Navarro le falta un hervor para liderar el partido o que en ocasiones funciona como un motor diesel y sin reprisse, pero tambi¨¦n se le reconoce que sali¨® elegido primer secretario en el peor momento para los socialistas catalanes y que todo ha jugado en su contra: desde la precipitaci¨®n de las elecciones hasta el eterno debate identitario de la pol¨ªtica catalana. Sin contar con las interminables cr¨ªticas internas a su liderazgo protagonizadas por el sector catalanista del PSC y que Navarro no ataj¨® nunca, seguramente porque no se sent¨ªa con la fortaleza necesaria para dar un pu?etazo en la mesa y cortar cabezas.
En favor del l¨ªder su entorno recuerda que Jos¨¦ Montilla?tampoco era precisamente un encantador de serpientes cuando tomaba la palabra y que acab¨® presidiendo la Generalitat. A diferencia de aquel, el todav¨ªa alcalde de Terrassa no despierta en CiU los recelos que provocaba el exministro, menos contemplativo con los nacionalistas en el fondo y las formas. A Navarro, por ejemplo, no le duelen prendas en decir que apoyar¨¢ personal y pol¨ªticamente a Artur Mas si se demuestra que las acusaciones de las cuentas suizas no son ciertas. A sus colaboradores no les gusta o¨ªr cosas as¨ª, pero forma parte de la manera de Navarro de entender la pol¨ªtica.
?La campa?a electoral no ha alterado para nada al candidato socialista, m¨¢s all¨¢ de su ajustada agenda, y si acaso le ha servido para darle m¨¢s desenvoltura y liberarlo de la rigidez con la que la inici¨®. Ha mantenido su indumentaria, ha encontrado tiempo para tomarse un respiro los fines de semana con su familia y no ha perdido en ning¨²n momento el tono afable y pr¨®ximo que le caracteriza como alcalde que ha sido durante siete a?os.
Si a Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero se le compar¨® con Bambi, Navarro bien podr¨ªa ser Tambor, el conejo amigo del conocido cervatillo del cuento. Pero una vez finalizada campa?a, se acabaron las aventuras de Disney y no faltar¨¢n los que quieran hincarle el colmillo a Navarro para removerlo del liderazgo o forzar un cambio de estrategia. La promesa del reglamento de primarias que qued¨® pendiente tras las elecciones servir¨¢ para tomar la temperatura de las prisas que tiene el PSC y su l¨ªder por abrir el partido a la sociedad en el peor momento desde su fundaci¨®n, hace 34 a?os.
Lo que s¨ª tiene claro Navarro es que no piensa arrojar la toalla, porque ya era socialista antes de que naciera el actual PSC y no tiene intenci¨®n de acabar convertido en un diputado de su grupo.
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