¡°Nos hemos convertido en m¨¢quinas de gestionar el poder¡±
"El aparato del PSdeG es endog¨¢mico y clientelar internamente", afirma el expresidente


Se sonr¨ªe cuando el periodista le dice que no ha dejado t¨ªtere con cabeza: dirigentes de su partido, sus antiguos socios nacionalistas, los medios de comunicaci¨®n, incluido este... Lejos del tono duro de algunas de las p¨¢ginas de su libro O futuro ¨¦ posible. Retrato dun tempo de cambio. Galicia, 1998-2009 (Galaxia), Emilio P¨¦rez Touri?o transmite serenidad y esfuerzo anal¨ªtico. E insiste en que su ¨²nico prop¨®sito es contribuir a crear una alternativa al PP.
Pregunta. El libro transmite la sensaci¨®n de que su Gobierno ha sido injustamente tratado por casi todo el mundo: la derecha, cierta izquierda, los medios¡
Respuesta. El leit motiv del libro es pagar una deuda contra¨ªda con la mayor¨ªa que apost¨® por la continuidad del Gobierno, 795.200 votos. Lo ¨²nico que puedo tener para ellos es agradecimiento, aunque no bastase para seguir en el Gobierno. Y lo que intento es analizar autocr¨ªticamente por qu¨¦ se trunc¨® el proyecto y no tuvo cuatro a?os m¨¢s para consolidar sus reformas.
P. Iba a decir bipartito, pero ese t¨¦rmino no le gusta¡
R. Bueno, es otro triunfo de la derecha, que hegemoniza tantas cosas en este pa¨ªs, tambi¨¦n la comunicaci¨®n medi¨¢tica. Ese t¨¦rmino lo usa Feij¨®o antes incluso de que se forme Gobierno. Y tuvo ¨¦xito. Hasta la actual oposici¨®n le compr¨® la mercanc¨ªa.
P. Feij¨®o demoniz¨® la f¨®rmula y los partidos que la integraron no la han defendido.
R. No me molesta, pero es un error estrat¨¦gico de calado. Que las fuerzas que formaron aquel Gobierno no quieran seguir hablando de ¨¦l significa dos cosas: enterrar su propia identidad y, lo que es peor, decirle que se equivoc¨® a la mayor¨ªa que deseaba que el Gobierno continuara. Eso es despilfarrar una herencia, el camino al desarme pol¨ªtico e ideol¨®gico. La derecha jam¨¢s lo ha hecho: recupera el legado de Fraga, de Albor... Pero la izquierda, no, por razones de lucha interna org¨¢nica. Quer¨ªan acabar con aquello y trazar una nueva etapa, pero eso no se levanta sobre el vac¨ªo. Feij¨®o ha construido su mensaje sobre dos mantras: el de la austeridad y el del bipartito como origen de todos los males de la patria. Y no ha tenido respuesta.
¡°PSdeG y BNG
P. ?Ese proyecto deber¨ªa seguir siendo una referencia para la alternativa al PP?
R. En primer lugar necesitamos crear una cultura de la coalici¨®n entre la socialdemocracia de ra¨ªz galleguista, con mayor tradici¨®n de gobierno, y un nacionalismo democr¨¢tico que viene de una tradici¨®n de resistencia. El nacionalismo tiene que reformularse y saber si quiere gobernar este pa¨ªs. Gobernar es encontrar respuestas, no reafirmarse en uno mismo. El Gobierno est¨¢ para transformar el pa¨ªs desde una plena unidad de acci¨®n, no para convertirlo en una plataforma de competici¨®n partidista. El nacionalismo debe entender que gobernar es comprometerse, pactar, ceder en muchas cosas. Esa es la tarea m¨¢s revolucionaria, y la condici¨®n de reconstruir una alianza estrat¨¦gica entre nosotros y un nuevo nacionalismo. En un sector importante de mi partido siempre ha habido la tentaci¨®n de considerarnos la ¨²nica alternativa. Y cuando hemos actuado as¨ª, en el 93 y en el 97, hemos tenido los peores resultados. El PP nunca ha bajado del 45% de los votos. Frente a esa muralla, hay que construir otra.
P. El libro es muy duro con algunos de sus compa?eros.
R. M¨¢s que duro, es autocr¨ªtico. Conmigo mismo y con el proceso. Y con el modelo de partidos. En Catalu?a, los dos pilares centrales de su democracia, CiU y el PSC, acaban de sufrir un varapalo y el voto se ha fragmentado. En Europa ocurre lo mismo, hay una desafecci¨®n hacia los partidos centrales. Y en particular para los socialdem¨®cratas, que se han convertido en m¨¢quinas de gesti¨®n de poder. Y ya no solo del poder pol¨ªtico sino, como en nuestro caso, del poder org¨¢nico. Hay un aparato endog¨¢mico y clientelar internamente, que ha perdido su funci¨®n de di¨¢logo con la sociedad y se limita a ser un reclutador de cuadros. M¨¢s all¨¢ de personas concretas, ese es el problema. En los ¨²ltimos cuatro a?os, volvimos a un modelo que prima lo org¨¢nico y disminuye el proyecto pol¨ªtico. Los movimientos sociales como el 15-M son muy interesantes, es muy importante que se revitalice la sociedad, pero seguimos necesitando partidos pol¨ªticos.
¡°La izquierda ha perdido identidad, nos pegamos en exceso al realismo¡±
P. A Pachi V¨¢zquez lo presenta como el paradigma de ese hombre del aparato.
R. Es el primado del aparato, que lo que se juega es solo el control sobre s¨ª mismo para garantizarse la perpetuaci¨®n. Nosotros convertimos en un asunto central la protecci¨®n del urbanismo y del paisaje. Eso nos llev¨® incluso a enfrentarnos con alcaldes nuestros. Y el aparato de mi partido, esas personas que acabamos de citar, se pusieron enfrente para proteger a su clientela pol¨ªtica. ?Qu¨¦ es m¨¢s importante, consolidar el proyecto pol¨ªtico o un modelo org¨¢nico? Eso es lo que aleja a la gente de los partidos.
P. A Feij¨®o lo presenta como un pol¨ªtico inteligente, pero sin sentido institucional y sin escr¨²pulos para atacar al adversario.
R. La oposici¨®n que hizo fue muy agresiva. El comportamiento en la oleada de incendios de 2006, la bulla que montaron, no tiene nombre. No ha parado de decir, y siguen diciendo, que Galicia se quemaba mientras yo estaba en la playa, lo que no es verdad. Actu¨® de forma parecida en la reforma del Estatuto o en la utilizaci¨®n del idioma. No es que tenga de ¨¦l una mala opini¨®n personal, pero esa es su estrategia.
P. ?Act¨²a igual en la Xunta?
R. Hay un cambio, una actitud m¨¢s institucional y cort¨¦s. Pero el personaje ¡ªlo siento, porque es el presidente de mi comunidad y le respeto¡ª muestra un vac¨ªo enorme de proyecto pol¨ªtico. No veo m¨¢s discurso que una apelaci¨®n a la austeridad adornada con mensajes comunicacionales construidos a partir de medias falsedades.
P. Sostiene que cuando Beiras estaba al frente de la oposici¨®n, esa circunstancia favorec¨ªa al PP. Justo lo que ahora dice el BNG.
¡°Rubalcaba debe pilotar una transici¨®n
R. Si el nacionalismo se instala en el irrealismo doctrinario, si su objetivo es parar al adversario y no construir un pa¨ªs diferente, si hace una caracterizaci¨®n radical antisistema, como se hac¨ªa entonces, eso es una v¨¢lvula de seguridad para el PP. Los ciudadanos necesitan alguien confiable, que pueda llevar a cabo un proyecto de reformas. Si el proyecto del nacionalismo es la competici¨®n entre las partes fragmentadas, sin reconstruir su unidad, le estaremos dando bazas a la derecha.
P. La situaci¨®n del PSdeG recuerda a la que se encontr¨® usted en 1998. Tras esa experiencia, ?qu¨¦ es lo m¨¢s urgente ahora?
R. Ser conscientes de la situaci¨®n. En 1998, hab¨ªa un grupo de dirigentes y una mayor¨ªa de militantes que lo eran. Sobre esa base se redefini¨® el proyecto, se cre¨® un modelo de partido al servicio de ese proyecto y se busc¨® un liderazgo capaz de dirigirlo y cohesionarlo. Ese modelo de refundaci¨®n o reconstrucci¨®n vuelve a ser necesario, porque hemos vuelto a los noventa, otra vez por debajo del 20% de los votos. Lo fundamental es compartir el diagn¨®stico para atender esa demanda ciudadana que ya es como un grito en el silencio. Darles otra expectativa que no sea la condena al paro, al empobrecimiento y a la inseguridad. Es dif¨ªcil. Necesitamos concluir el proyecto europeo como unidad pol¨ªtica e integraci¨®n econ¨®mica, volver a la pol¨ªtica de igualdad como centro de actuaci¨®n de la izquierda y en Galicia crear un proyecto por y para el pa¨ªs. Eso no se resuelve ma?ana. Pero el tiempo no se puede utilizar para lo contrario, para reconstruir un proyecto org¨¢nico y esperar a que la rueda de la fortuna te pille sentado en la silla. La tarea necesita de la generosidad de todos No tiene por qu¨¦ hacerse sangre, sino abordarlo con di¨¢logo. Y renovando equipos y liderazgos.
P. ?La socialdemocracia se contamin¨® de neoliberalismo?
R. Llevamos una d¨¦cada desconcertados. Y hay una paradoja: en 2007, la crisis empez¨® por la burbuja especulativa, el sistema bancario en la sombra, la desregulaci¨®n de los mercados¡ Y ahora se ha convertido en una crisis por la irresponsabilidad del sector p¨²blico, el d¨¦ficit del Estado¡ Y la estrategia ¨²nica es la austeridad, que nos conduce al desastre. Falta la voz de una alternativa, de un proyecto socialdem¨®crata radical, que tiene que repensar Europa. El euro es un proyecto cojo porque no tiene un Estado detr¨¢s. Y los mercados financieros nos est¨¢n ganando. Nos pegamos demasiado al realismo cotidiano, a la gesti¨®n del poder. Y la izquierda ha perdido identidad.
P. ?Rubalcaba es la persona id¨®nea para ese proyecto?
R. Tengo una debilidad especial por ¨¦l y coincido con Felipe Gonz¨¢lez en que es una de las mentes m¨¢s l¨²cidas del socialismo espa?ol. Mi humilde opini¨®n es que deber¨ªa pilotar la transici¨®n del partido hasta una renovaci¨®n en profundidad, que es inexorable De momento, no da s¨ªntomas de que est¨¦ en ello. Pero es el que tiene la autoridad y la legitimidad hist¨®rica para hacerlo.
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