Noche que languidece y remonta
Santi Balmes dedica un ¨¢lbum doble a las noches de farra y su env¨¦s ineludible
La historia de amor se prolonga, a lo que se ve. El sexteto barcelon¨¦s Love of Lesbian nos hizo convocar a nuestros estupefactos gur¨²s de la sociolog¨ªa para explicar por qu¨¦ su disco ¡®1999¡¯ era merecedor de quince presentaciones en Madrid. No sabemos a¨²n hasta d¨®nde iluminar¨¢ la estrella de su heredero, La noche eterna. Los d¨ªas no vividos, pero la cola para acceder anoche a La Riviera doblaba la esquina. Y los pron¨®sticos de fidelidad se confirman: las nuevas letras siguen siendo kilom¨¦tricas y poco evidentes, pero la parroquia ya se las sabe.
Encontrarle sucesor a un trabajo del que tantos se encari?aron constituye un sudoku casi irresoluble. Santi Balmes ha optado por una orgullosa prodigalidad, pero dedicarle un ¨¢lbum doble a las noches de farra y su env¨¦s ineludible, los despertares impregnados de paracetamol y mala conciencia, no parece una idea revolucionaria. En realidad, la velada arranc¨® tan roma como la fat¨ªdica ac¨²stica rivierense, con temas de concepci¨®n reiterativa (La noche eterna, Belice, Los seres ¨²nicos¡¯), mucho m¨¢s teclado que guitarras y un bagaje escaso en hallazgos sonoros (el tararero de El hambre invisible) o sem¨¢nticos (¡°al que madruga Dios no existe¡±).
Los lesbianos remontan el vuelo con ¡®Wio, antenas y pijamas¡¯, tema poco pegadizo pero de dramatismo ascendente, y dos de esos cl¨¢sicos (¡®Domingo astrom¨¢ntico, Donde sol¨ªamos gritar) que se han ganado plaza en los anales. Tem¨ªamos que la noche languideciera, pero el nuevo repertorio despunta con la guasona y felina Pizzigatos y su ritmo a lo Don¡¯t get me wrong. O esa involuntaria cr¨®nica del berenjenal en que nos hemos metido, Si salimos de esta, con una ternura c¨¢ndida que remite a un tema anterior (Las malas lenguas) o a nuestro ya casi alicantino Josh Rouse.
Pese a los titubeos, los barceloneses a¨²n conservan esa mirada singular, entre tierna y burlona, que les ha hecho grandes. Nadie por las calles apela al encanto de la timidez, mientras que Si t¨² me dices Ben, yo digo Affleck, con alusiones a Abba, Bowie o los ¡°ojos Spontex¡±, refrenda la candidatura de Balmes a delirante del a?o. Es as¨ª, menos generacional y m¨¢s surrealista, cuando gana m¨¢s puntos.
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