Gozosa crisis de ansiedad

?Sencillamente fant¨¢stico. La performance (pueden buscarse otros nombres pero este encaja a la perfecci¨®n) presentada en el Instituto Franc¨¦s bajo el poco descriptivo t¨ªtulo de L'oeil de l'¨¦lephant super¨® todas las expectativas que ya eran muchas vista la lista de los participantes. Un apabulle visual cargado de sugerencias envuelto en una m¨²sica por momentos fascinante, por momentos tremendamente incisiva, lacerante y pre?ada de un ritmo que, como lava de volc¨¢n, lo iba transformando todo a su paso.

No es f¨¢cil reunir sobre un mismo escenario a m¨²sicos de tanta val¨ªa como Michel Portal, Luois Sclavis o Henri Texier, sin duda de lo mejor que puede encontrase hoy en el panorama europeo. Guy Le Querrec lo ha conseguido: el fot¨®grafo de Magnum lleva ya muchos a?os colaborando con m¨²sicos de jazz, interaccionando sus im¨¢genes con ellos con magn¨ªficos resultados. En disco, la cosa funciona pero sobre el escenario crece hasta l¨ªmites insospechados.

El planteamiento es sencillo pero efectivo: en una gran pantalla se proyecta un h¨¢bil montaje de algunas fotograf¨ªas agrupadas de forma tem¨¢tica mientras los m¨²sicos agolpados a un lado van interpretando una m¨²sica pensada especialmente para ellas. Una m¨²sica tremendamente colorista para unas im¨¢genes en un intrigante blanco y negro. Una m¨²sica densa centrada sobre todo en el trabajo de Sclavis con los clarinetes y de Portal altern¨¢ndose con el saxo soprano, el clarinete bajo y el bandone¨®n. Sin olvidar a un impagable Texier en especial cuando utilizaba el arco en su contrabajo. Musicalmente, la cosa funcionaba sola manteniendo al oyente en un suspiro constante que potenciaba el excesivamente r¨¢pido paso de im¨¢genes.

El ¨²nico problema de una velada as¨ª estuvo en las posibilidades de cada asistente de disponer de suficientes neuronas capaces de asimilar al mismo tiempo tanta informaci¨®n. Las fotograf¨ªas, cargadas de docenas de detalles a descubrir, se suced¨ªan a tal velocidad que generaban una cierta ansiedad potenciada por una m¨²sica repleta tambi¨¦n de detalles r¨ªtmicos y mel¨®dicos. Una crisis de ansiedad provocada por la incapacidad de disfrutar todo lo que se estaba ofreciendo. A pesar de ello, crisis gozosa porque lo asimilado, aunque fuera solo una parte, era ya para dejar satisfecho a cualquiera y devolverle su fe en la fotograf¨ªa y en el jazz. Al final, en el bis las im¨¢genes bailaban sobre una danza vasca totalmente transformada por Portal, un regalo para los sentidos.