El artificio natural
Un recital como el de Bejun Mehta el pasado domingo en el Liceo interpela directamente al espectador sobre la naturaleza del canto y por qu¨¦ fascina tanto esta ancestral actividad humana. Hay en este arte una contradicci¨®n de origen: cuanto m¨¢s natural parece, m¨¢s artificial es. Y seguramente la tesitura del contratenor es la que mejor ilumina este sinsentido. Las arias de Haendel, cumbre de la artificialidad barroca, flu¨ªan en la voz de Mehta con una rara naturalidad. Por m¨¢s que supieras que cantaba en falsete, no lograbas percibirlo en los cambios de registro, que son las costuras por donde deber¨ªa ponerse en evidencia. Gracias a una t¨¦cnica de a¨²pa, la voz aparec¨ªa homog¨¦nea en toda la extensi¨®n. Si acaso, era en los graves donde pod¨ªas apreciar cierto desfase: semejante profundidad, redondez y fuerza de sonido compitiendo con el fagot dif¨ªcilmente puede proceder de una contralto femenina. Se supone que ah¨ª es donde los castrati de los tiempos de Haendel ¡ªpara ellos fue escrito este repertorio¡ª jugaban sus mejores bazas y desataban el entusiasmo acreditado en las cr¨®nicas.
Fue en el momento en que Mehta anunci¨® la propina, como no pod¨ªa ser de otro modo una nueva aria del compositor de Halle, cuando ca¨ªas en la cuenta de la t¨¦cnica que hab¨ªa tras aquella voz. Una voz hablada m¨¢s bien grave, tirando a bar¨ªtono. Tras una breve y fulgurante carrera como ni?o soprano, con el cambio de la voz Mehta (Laurinburg, Carolina del Norte, 1968) empez¨® a formarse, en efecto, en lo que parec¨ªa ser su tesitura natural, pero se estrell¨® una y otra vez contra ella hasta que un profesor le indic¨® en 1997 la v¨ªa del contratenor. Y desde ah¨ª se ha encumbrado como uno de los mejores especialistas, actuando en los mejores escenarios internacionales. Moraleja: en arte, lo natural puede ser puro artificio, mientras que lo artificial puede resultar lo m¨¢s pr¨®ximo a la naturalidad.
Hay que decir adem¨¢s que el formato del recital que protagoniz¨® Mehta en el Liceo es sumamente agradecido: una alternancia de oberturas y otros pasajes instrumentales, pulcramente interpretados por la Freiburger Barockorchester, con arias de los m¨¢s variados colores, del furore al lamento, del ardor guerrero al enamoramiento: los affetti (afectos) de las ¨®peras haendelianas constituyen una paleta excepcional, apta para todos los p¨²blicos. El del Liceo, la otra noche, fue relativamente escaso, pero ciertamente sali¨® recompensado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.