Cuando el sal¨®n de actos es comedor
Los colegios p¨²blicos del municipio de Mos denuncian goteras, escasez de gas¨®leo y falta de espacio para los alumnos
La cuidadora que atiende a los escolares del colegio p¨²blico Mestre Valverde ¡ªen el municipio pontevedr¨¦s de Mos¡ª no puede cortarle los filetes o el pescado a los m¨¢s peque?os. Si lo hiciera, le meter¨ªa el codo en un ojo a alguien. La cuidadora asiste pr¨¢cticamente de perfil al comedor escolar. Los comensales de este CEIP, medio centenar diarios, ocupan una esquina de 2,5 x 7 metros cuadrados del sal¨®n de actos del colegio. As¨ª diariamente desde hace tres a?os. Lo narran con toda precisi¨®n los representantes del ANPA, hartos de pedir soluciones ¡ªesto es, obras que suponen dinero¡ª durante el ¨²ltimo lustro a la Conseller¨ªa de Educaci¨®n, que ¡°no contesta¡±.
Pero la singularidad del comedor escolar del Mestre Valverde ¡ªque evidencia la insuficiencia de recursos de este centro p¨²blico¡ª no es m¨¢s que uno de los numerosos casos de deterioro de la ense?anza p¨²blica ¡ªajeno en este caso al recorte en profesorado¡ª que han sacado ahora a la luz las asociaciones de padres de alumnos de tres de los cinco centros de primaria p¨²blicos del municipio pontevedr¨¦s de Mos. ¡°El conselleiro vino el a?o pasado, se fotografi¨® en el patio con la alcaldesa y la concejala de Educaci¨®n, dijo que el sal¨®n de actos no le parec¨ªa buen sitio para que comieran los ni?os y hasta hoy¡±, protestan los padres mientras adoptan nuevas iniciativas en espera de esa respuesta que nunca llega. Mientras tanto, han visto c¨®mo se invert¨ªan ¡°800.000 euros en un pabell¨®n en otro colegio pr¨®ximo".
En realidad, la elecci¨®n del sal¨®n de actos como comedor fue algo provisional. Para salir del paso. Una decisi¨®n improvisada de los padres de alumnos cuando apenas hab¨ªa 12 comensales en el centro. Pero las crecientes ¡°dificultades¡± de la conciliaci¨®n laboral han disparado la demanda hasta superar el medio centenar de escolares que se quedan a comer en el centro desde hace tres a?os. ¡°Estiramos el espacio como podemos ocupando parte del aula de m¨²sica o la de idiomas. Algo tenemos que hacer, porque el comedor es esencial para nosotros¡±.
"Cosa de las ANPAS"
La Conseller¨ªa de Educaci¨®n se desentiende de las condiciones en que se encuentran los comedores escolares que han decidido instalar las ANPAS por propia decisi¨®n ¨Ccon el objetivo de que madres y padres puedan conciliar su vida laboral- en los colegios de infantil y primaria, como ocurre en el caso de al menos dos CEIP del municipio de Mos en donde los ni?os comen en condiciones escasamente adecuadas.
¡°Cuando el comedor lo solicitan la asociaciones de madres y padres son ellas las que deben buscarles el lugar que consideren m¨¢s adecuado¡±, sostiene un portavoz de este gabinete de la Xunta cuando se le detalla que utilizan el sal¨®n de actos o la biblioteca. Y precisa: ¡°Desde aqu¨ª, nosotros les facilitamos algunos servicios, como las bandejas para la comida, el resto es cosa de las ANPAS¡±.
En los casos en los que no es la Conseller¨ªa la que decide instalar el comedor escolar, sino las asociaciones, ¡°son las propias ANPAS las que deben gestionarlo¡±, con lo que eso implica de elecci¨®n del lugar ¨Cen el caso de dos centros de Mos, rob¨¢ndole espacio a otros servicios educativos- precisan desde la Conseller¨ªa de Educaci¨®n.
La escasez presupuestaria que como consecuencia de los recortes padecen los centros de ense?anza p¨²blica choca, especialmente, con el aumento del precio del gas¨®leo. En el caso de los colegios de infantil y primaria con problemas para afrontar este gasto, cada vez mayor en el medio rural de Galicia, la Conseller¨ªa que preside en funciones Jes¨²s V¨¢zquez se compromete a ayudar, ¡°tras comprobar que el centro realiza una adecuada gesti¨®n del presupuesto¡±, con el objetivo de que ¡°los ni?os no pasen fr¨ªo¡± en las aulas.
No es la ¨²nica penitencia del ANPA del Mestre Valverde. Los pasdres de alumnos han pedido tambi¨¦n a la Conseller¨ªa que preside en funciones Jes¨²s V¨¢zquez un par de ¨¢rboles de r¨¢pido crecimiento para el peque?o patio del colegio ¡°en el que apenas hay dos balancines con un poco de arena alrededor¡±. ¡°Durante los meses del verano los ni?os se achicharran¡±, explica una portavoz del ANPA. Pero la Conseller¨ªa de Educaci¨®n ¡°no dispone¡± de los ¡°escasos 200 euros que cuestan esos ¨¢rboles que podr¨ªan dar sombra en un a?o¡±.
Las penurias presupuestarias que lastran a la pr¨¢ctica totalidad de los colegios p¨²blicos de Mos ¡ªfruto de los recortes a los que se ajusta la Conseller¨ªa de Educaci¨®n¡ª impiden, por ejemplo, que el CEIP Pena de Francia puede conectar sus aguas residuales al alcantarillado p¨²blico. Los padres suspiran por la conexi¨®n que ponga fin a las fosas s¨¦pticas. Pero la obra, ¡°presupuestada en 34.000 euros nos ha sido denegada por Educaci¨®n¡±.
El presupuesto de este centro es insuficiente hasta para arreglar las ventanas, las goteras y para abrir una salida de emergencia en la planta superior. En el CEIP de Petelos el consumo de gas¨®leo se lleva la cuarta parte del presupuesto para gastos de funcionamiento que recibe de la Conseller¨ªa de Educaci¨®n. Pese a ello, los ni?os pasan fr¨ªo en el gimnasio. Ah¨ª la calefacci¨®n ya no se pone: ¡°ser¨ªa ¨²n gasto in¨²til ya que carece pr¨¢cticamente de aislamiento¡±.
En este centro, el comedor est¨¢ situado en la planta baja, en la antigua casa del conserje y el ANPA est¨¢ preocupada por ¡°lo inapropiedo¡± de los accesos con escaleras de dif¨ªcil acceso. Pero adem¨¢s, el comedor tambi¨¦n se ha quedado peque?o. Para vestir a este santo, el colegio ha tenido que desvestir a otro. ¡°Usamos las mesas de la biblioteca que, de esta forma, ha quedado inutilizada. As¨ª, si en el CEIP Mestre Valverde los ni?os comen haciandos en un ¨¢ngulo del sal¨®n de actos, en el colegio de Petelos los escolares comparten las instalaciones con el ¡°aula madruga¡± y la biblioteca.
Cuando no hay presupuesto, los padres anteponen la cobertura de las necesidades b¨¢sicas. La lectura se ha convertido, al menos en el caso de este centro, en una actividad prescindible. Un lujo en ¨¦poca de carencias.
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